Curiosidades
Refranero español

El refrán que se oía en todas las casas durante la posguerra española: hoy ya sólo aparece en las enciclopedias

  • Manuel Morera
  • Periodista y fundador del pódcast V9, el programa de F1 más escuchado de España. Universidad de Valencia y Radio 3. Anteriormente en ElDesmarque, Levante TV y Las Provincias.

En español tenemos refranes que todavía utilizamos y tienen más de 400 años, pero otros han ido cayendo en desuso pese a que llegaron a ser muy famosos. Por ejemplo, A pan de quince días, hambre de tres semanas fue muy popular en la posguerra española.

Por fortuna, esta sentencia breve ya ha caído en desuso y sólo los lingüistas siguen analizándola. No obstante, es importante que no la olvidemos, ya que supone una ventana a la crudeza de una época en la que el hambre no era una metáfora.

El Centro Virtual Cervantes (CVC) ya la ha catalogado como «en desuso», pero lo cierto es que fue famosa en España durante siglos. De hecho, la variante A pan de quince días, hambre de dos semanas aparece en el Libro de Buen Amor. Pero, por desgracia, fue después de la Guerra Civil cuando más se expandió.

El refrán que se hizo famoso en la posguerra española por la necesidad

A pan de quince días, hambre de tres semanas sintetiza una verdad que la población española sufrió especialmente tras la Guerra Civil. Si lo que se ofrece es escaso, duro o insuficiente, la única alternativa es pasar hambre.

El pan es un alimento básico y se convirtió en el símbolo perfecto para expresar el hambre que se pasó durante la posguerra. Ese es el motivo por el que el refrán ya era conocido siglos antes.

Además, en las observaciones léxicas del CVC se hace hincapié en que el adjetivo prieto se utilizaba como arcaísmo para referirse al pan duro y difícil de masticar.

Justamente era ese pan viejo el de quince días. Es decir, era un recurso desesperado, el último cartucho antes de abandonar definitivamente la lucha contra el apetito.

Por eso el refrán no sólo describía la falta de apetito, sino que era un diagnóstico social. En cada cocina mal iluminada, en cada sobremesa sin mantel, alguien lo soltaba con resignación. Y todos entendían lo mismo: había que aceptar lo que hubiera, porque no había más. Si el pan ya tenía mucho tiempo… el hambre venía desde aún más atrás.

Otros refranes que se hicieron famosos en la posguerra

Hay otros refranes que tienen como protagonista el pan y el hambre. Por ello, también ganaron importancia en la posguerra. Un ejemplo claro es A buen hambre no hay pan duro.

El Centro Virtual Cervantes (CVC) ha definido el refrán A buen hambre no hay pan duro. Lo describen como la situación en la que, cuando cuando una persona tiene hambre, no pone reparos a lo que se le ofrece, aunque no sea de la mejor calidad.

Sin embargo, su valor va más allá de la comida. El propio refrán se ha utilizado durante generaciones para expresar que, cuando alguien está en una situación de necesidad, no se pone exigente con las soluciones que se le presentan.

Por todos esos motivos, el refrán ganó fama durante la posguerra española, sobre todo en la época de las cartillas de racionamiento. En esa época el sentido figurado importaba bien poco, era literal.

Eso sí, su nacimiento también es anterior. Hasta en el propio Quijote hay refranes cuyo origen está en el latín, por lo que tienen cientos de años. Este podría ser también el caso de A buen hambre no hay pan duro; pese a que se transmite de forma oral y su autor es desconocido.

Y es que algunos lo vinculan con antiguos aforismos latinos. En concreto ven un paralelismo con Optimum condimentum est fames, que significa El mejor condimento es el hambre.