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El pueblo con paisaje lunar que nadie pensaría que está en España

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

España es un auténtico paraíso natural, revelando su esplendor en diversas regiones. Sin embargo, hay museos al aire libre que corren el riesgo de desaparecer, no sólo debido al cambio climático, sino también por el turismo irresponsable. Un ejemplo de este problema es el Paisaje Lunar, o Los Escurriales, situado en el pueblo de Vilaflor de Chasna en Tenerife, un lugar amenazado por la actividad turística desmedida. En los últimos años, este espacio protegido ha sufrido daños significativos a causa del llamado «turismo de postureo», donde la masificación de visitantes y el aumento de residuos han afectado la fauna local y han provocado una erosión alarmante del terreno.

En las Islas Canarias, la ruta circular de 13 kilómetros que comienza en Vilaflor de Chasna, el municipio más alto de España, ofrece una experiencia única. Este pueblo, famoso por su cultivo de patatas y su conexión con la historia religiosa, está rodeado de un impresionante paisaje de pinos canarios y formaciones rocosas que evocan el arte de Gaudí. Las «chimeneas de hadas», resultado de la erosión de la roca volcánica, crean un escenario que parece sacado de otro mundo, subrayando la belleza y la fragilidad de este entorno natural.

El encantador pueblo rodeado de paisaje lunar

El Paisaje Lunar, también conocido como Los Escurriales, está situado en el municipio de Granadilla de Abona, en la isla de Tenerife. Este lugar, esculpido por la erosión y el paso del tiempo, presenta un aspecto casi extraterrestre, con formaciones rocosas singulares que atraen a entusiastas de la naturaleza y turistas por igual. La fascinación por este rincón de Tenerife no solo proviene de sus notables características geológicas, sino también de la rica historia y cultura que lo envuelven.

La formación geológica de Los Escurriales se remonta a tiempos remotos, a millones de años atrás. Tenerife, como muchas islas del archipiélago canario, surgió de la actividad volcánica, donde capas de lava y ceniza han quedado atrapadas y moldeadas a lo largo del tiempo. Este proceso ha dado lugar a un paisaje extraordinario donde la roca volcánica se eleva, creando figuras con formas cónicas y chimeneas que parecen obras de arte naturales.

La erosión ha sido un factor determinante en la configuración de este espacio. Los efectos del agua, el viento y el tiempo han desgastado las rocas, generando formas dramáticas y poco comunes. Las célebres «chimeneas de hadas» que se observan aquí son un testimonio de la capacidad de la naturaleza para crear maravillas en su propia galería.

Rutas de senderismo

Para quienes desean explorar el Paisaje Lunar, existen diversas rutas de senderismo que permiten disfrutar de la belleza del entorno. Una de las más recomendadas es la ruta circular que parte del casco histórico de Vilaflor de Chasna. Este sendero, de aproximadamente 13 kilómetros y de dificultad media-alta, brinda vistas impresionantes del paisaje volcánico y permite a los excursionistas acercarse a las singulares formaciones rocosas que han hecho célebre a Los Escurriales.

Durante el recorrido, los visitantes tienen la oportunidad de admirar la flora local y, si tienen suerte, avistar algunas aves autóctonas. La ruta está bien señalizada, y se aconseja llevar suficiente agua y protección solar, ya que la radiación solar puede ser intensa en esta zona montañosa.

Vilaflor de Chasna

El pueblo de Vilaflor de Chasna, donde comienza la ruta hacia el Paisaje Lunar, se destaca por ser el municipio más alto de España, situado a 1.500 metros sobre el nivel del mar. Este pintoresco lugar no solo es famoso por su impresionante altitud, sino también por su rica historia y su estrecha relación con la agricultura, en particular el cultivo de patatas, almendros y vides.

Además, Vilaflor es conocido por ser el lugar de nacimiento de San Pedro de San José de Betancur, el primer santo de las Islas Canarias. Su legado perdura en la iglesia del pueblo, que representa un punto de referencia histórico y cultural. Los visitantes pueden pasear por sus encantadoras calles empedradas y disfrutar de la arquitectura tradicional canaria, que cuenta historias del pasado.

El creciente interés por la protección del Paisaje Lunar ha llevado a las autoridades locales a considerar diversas medidas de conservación que busquen equilibrar el desarrollo turístico con la protección del medio ambiente. Estas medidas pueden incluir límites en el número de visitantes, rutas designadas y campañas educativas sobre la importancia de preservar este entorno. Promover un turismo responsable es esencial para asegurar que el Paisaje Lunar continúe siendo un lugar fascinante, al mismo tiempo que se protege el hábitat de las especies locales.

En conclusión, el Paisaje Lunar de Granadilla de Abona es un santuario natural que ofrece experiencias memorables. Implementar medidas de conservación es crucial para preservar su belleza y garantizar la continuidad de su biodiversidad, convirtiendo a España en un ejemplo de cómo el turismo y la conservación pueden coexistir en armonía.