Curiosidades
Apodado "Patas Finas"

Pillado el gato que transportaba móviles a una cárcel

La revolución traficante también ha llegado al mundo animal. Ahora, en lugar de palomas mensajeras, los presos reciben la visita de un gato cargado de “regalos”. Aunque en este caso la historia no ha tenido un final feliz para los interesados. Es un hecho real ocurrido en una cárcel de Costa Rica, donde sus reos accedían a teléfonos móviles gracias a los felinos.

Un gato-mula

El triste caso de un animal entrenado por y para este fin

No se trata de un hecho aislado. Al parecer, el gato -apodado «Patas Finas»- estaba entrenado para llevar la carga hasta el centro penitenciario La Reforma (Alajuela) como si de una mula se tratase. Allí debía entregar varios aparatos electrónicos como cargadores o manos libres, que llevaba en una bolsa atada al cuello. Nadie sabe qué habría ocurrido después con el animal, que escapó tras ser pillado con las patas en la masa en mitad de su reparto.

Una técnica de extraperlo que asombraría al mismísimo Pablo Escobar. Aunque no se trata de una práctica nueva en este ámbito. Llevan años empleando como transporte a todo tipo de animales sin importar su bienestar. Monos y aves lideran esta larga y vergonzosa lista.

Otros animales entrenados para el mismo fin

Los monos llevan siglos siendo explotados con estos fines

Este pequeño felino con mala suerte no ha sido el único animal inmiscuido en el mundo carcelario. Hace tan solo dos semanas interceptaron otro gato cuando transportaba una carga similar. Incluso si nos remontamos a las clásicas palomas mensajeras también encontraremos casos sucedidos en la misma cárcel. La última vez, en 2015,  una de estas  llevaba pegada a su cuerpo una bolsa que contenía nada más y nada menos que 14 gramos de cocaína y 14 gramos de marihuana. Libre de cualquier castigo, la paloma fue a parar al Centro de Rescate Animal Zooave de Alajuela, donde cuidarán de ella.

Con todo, no resulta extraño que las autoridades incautaran a lo largo del 2017 más de 3.159 teléfonos móviles a sus presos. Mientras tanto, el Ministerio de Justicia del país sigue luchando por la inhibición de los móviles en sus cárceles. Nadie puede garantizar su viabilidad en el futuro, aunque esta vez los presos no hayan podido llevarse el gato al agua.