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La nueva revolución moderna puede estar en manos de este metal del espacio exterior

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El espacio exterior es una fuente de fascinación y misterio para la humanidad. Entre las maravillas que alberga, se encuentra un metal raro y sorprendente. Una aleación de hierro y níquel que se forma en los meteoritos y que tiene unas propiedades magnéticas únicas. ¿Qué hace tan especial a este metal? ¿Qué aplicaciones podría tener en el futuro? Conoce la nueva revolución moderna a manos de este metal del espacio exterior.

La revolución moderna en manos de este metal del espacio exterior

Entre los metales todavía desconocidos para la gran mayoría, podemos mencionar la tetrataenita que fue descubierta por primera vez en 1984 por el geólogo francés Claude Perron y sus colaboradores. Ellos analizaron una muestra del meteorito de Saint-Séverin, que cayó en el suroeste de Francia en 1966. Usando un microscopio electrónico de barrido y un espectrómetro de masas, identificaron una pequeña fase metálica con una estructura tetragonal y una composición de hierro y níquel casi equitativa. La llamaron tetrataenita, por su similitud con la taenita, pero con una forma diferente.

Posteriormente, se han encontrado trazas de tetrataenita en otros meteoritos, como el de Mundrabilla en Australia, el de Sikhote-Alin en Rusia o el de Gibeon en Namibia. Sin embargo, la tetrataenita sigue siendo un metal muy raro y escaso, tanto en el espacio como en la Tierra. Su formación requiere condiciones muy específicas de temperatura, presión y tiempo, que solo se dan en algunos cuerpos celestes. Por eso, la tetrataenita es considerada como un metal del espacio exterior que podría transformarlo todo.

¿Qué es la tetrataenita?

La tetrataenita se forma cuando la taenita se enfría lentamente durante millones de años en el espacio, lo que le confiere una ordenación atómica más regular y estable.

La tetrataenita tiene una característica que la hace muy interesante para la ciencia y la tecnología: es un imán permanente muy potente. Su magnetización es de unos 1000 kA/m, lo que supera con creces a la de otros materiales magnéticos conocidos, como el neodimio o el samario. Además, la tetrataenita es muy resistente a la desmagnetización por factores externos, como el calor, la presión o los campos magnéticos opuestos.

La tetrataenita podría revolucionar la producción y el uso de dispositivos electrónicos, baterías, armas e infraestructuras de energía renovable. Al ser un imán permanente tan potente y estable, podría reducir el tamaño, el peso y el consumo de energía de muchos aparatos que dependen de campos magnéticos, como los motores, los generadores, los altavoces, los discos duros o los resonadores. También podría mejorar el rendimiento y la seguridad de las baterías de vehículos eléctricos, al permitir una mayor densidad de energía y una menor pérdida de carga.

Además, la tetrataenita podría tener aplicaciones militares y estratégicas, al facilitar el desarrollo de armas más potentes y precisas, como los misiles guiados por magnetismo o los cañones electromagnéticos. Asimismo, podría contribuir a la transición hacia una economía más sostenible y ecológica, al optimizar el aprovechamiento de las fuentes de energía renovable, como la eólica o la solar.

¿Qué desafíos plantea la tetrataenita?

A pesar de sus enormes ventajas potenciales, la tetrataenita también presenta algunos inconvenientes y dificultades. El principal es su escasez y su alto coste. Al ser un metal que solo se encuentra en el espacio exterior, su obtención depende de la exploración y la minería espacial, que son actividades muy costosas y complejas. Además, su extracción y procesamiento podrían tener impactos ambientales negativos tanto en el espacio como en la Tierra.

Otro reto es su síntesis artificial. Hasta ahora, los científicos no han logrado reproducir las condiciones necesarias para crear tetrataenita en el laboratorio. Se requieren temperaturas muy bajas (entre -200 ºC y -100 ºC) y tiempos muy largos (entre 10 millones y 100 millones de años) para que la taenita se transforme en tetrataenita. Por tanto, se necesitan desarrollar nuevos métodos y materiales que permitan acelerar y abaratar este proceso.

La similitud con los metales de tierras raras

Sin embargo la Tierra podría tener su propia tetrataenita o al menos esta contaría con unas propiedades magnéticas muy similares a las de los metales de tierras raras. Estos son un grupo de 17 elementos químicos que se usan en la fabricación de dispositivos electrónicos, baterías, armas e infraestructuras de energía renovable. Pero el problema de la escasez surge de nuevo, ya que los metales de tierras raras son además difíciles de extraer y procesar, lo que los hace muy valiosos y estratégicos. China es el principal productor y exportador de estos metales, lo que le da una gran ventaja competitiva frente a otros países, especialmente Estados Unidos.

De hecho, la guerra comercial entre China y Estados Unidos ha generado tensiones y amenazas por el uso de los metales de tierras raras como arma económica. China podría restringir o encarecer el suministro de estos metales a Estados Unidos, lo que afectaría a su industria tecnológica y a su seguridad nacional. Por eso, Estados Unidos está buscando alternativas para reducir su dependencia de China, como impulsar sus propias explotaciones mineras, diversificar sus fuentes de importación o desarrollar materiales sustitutivos.

La tetrataenita podría ser uno de esos materiales sustitutivos, ya que podría reemplazar a los metales de tierras raras en la fabricación de imanes permanentes muy potentes y estables. Sin embargo, la tetrataenita es muy rara y como ya mencionamos, solo se ha encontrado en pequeñas cantidades en algunos meteoritos. Por eso, los científicos siguen trabajando con el fin de poder reproducirla en el laboratorio.