Curiosidades

Historia de los verdaderos ninjas de Japón

El 22 de febrero de cada año se celebra en Japón el Día Nacional del Ninja. Una festividad muy relacionada con la historia y la cultura del país nipón. Y es que, ¿quién no relaciona Japón con los ninjas? Aprovechando la efeméride queremos descubrirte más sobre una figura con un origen incierto.

Es difícil clarificar de dónde surgieron los ninja, también conocidos como shinobis. Estos guerreros silenciosos y efectivos, siempre vestidos de negro y trabajando en las sombras descienden de un demonio que era mitad hombre y mitad cuervo, según relata la tradición japonesa.

Fue en la época del Japón feudal cuando comenzamos a saber de ellos. Los señores feudales les temían porque eran capaces de entrar en cualquier fortaleza sin ser detectados y estaban instruidos en el arte del espionaje y de la guerra. Precisamente esa habilidad para ocultarse en las sombras les hicieron ganarse el nombre de Shinobi no Mono, que traducido vendría a ser algo parecido a «la persona que espía».

La distracción como herramienta para cumplir con su misión

Los ninjas trabajan siempre en las sombras, ocultos ante cualquier mirada

Otra teoría sobre el origen de los ninjas apunta al príncipe japonés Yamato como protagonista. Según se cuenta, se disfrazó con ropa de mujer para atraer la atención de dos hombres hasta el punto de que bajaron la guardia. Este despiste fue aprovechado por Yamato para asesinarlos con una espada.

Los ninjas y los samuráis son diferentes tipos de guerrero

Los samuráis son los otros grandes guerreros de la tradición nipona

Un error muy común es confundir a los samuráis con los ninjas o utilizar ambos términos como sinónimos. Mientras que los samuráis formaban parte de las élites del ejército japonés, los ninjas eran considerados mercenarios de clase baja, unos guerreros que prestaban sus servicios a todo aquel que tuviera el dinero suficiente para contratarlos.

Otra diferencia está en las vestimentas. Los samuráis utilizaban armaduras de cuerpo completo (lo que daba una buena muestra de su clase social), mientras que los ninjas vestían ropajes negros y únicamente dejaban sin cubrir sus ojos. Esto les ayudaba a ocultarse en la oscuridad de la noche.