Llega a España el ‘puttering’, el hábito que te va a cambiar la vida: giro de 180º
En un mundo en el que la productividad y la eficiencia parecen ser los valores más importantes, es fácil caer en la trampa de vivir a un ritmo frenético. La búsqueda constante de resultados, el estrés asociado con la sobrecarga de tareas y la presión por hacer siempre más en menos tiempo nos han llevado a olvidarnos de la importancia de disfrutar el presente. En este contexto, está ganando terreno en el ámbito del bienestar un término relativamente nuevo: el «puttering». Este término hace referencia a realizar pequeñas tareas de forma pausada y sin la necesidad de buscar una perfección absoluta, en un intento por disfrutar el proceso más que el resultado.
El «puttering» invita a la calma y al disfrute consciente de las actividades cotidianas, una forma de reconectar con la simplicidad de la vida. En esencia, se basa en desacelerar el ritmo, olvidarse de las prisas y sumergirse en actividades sencillas que nos permitan estar presentes. Este hábito, que algunos famosos como Jeff Bezos y Stephen King han integrado en sus rutinas diarias, ofrece un respiro en medio de la vorágine de la vida moderna. En lugar de abordar nuestras tareas con una mentalidad productiva y acelerada, el «puttering» propone disfrutarlas de forma más relajada y libre de estrés.
El poder de la relajación y la creatividad en el ‘puttering’
Una de las características más destacadas del «puttering» es que permite experimentar un estado de relajación que resulta beneficioso tanto para el cuerpo como para la mente. Esto se debe a que las actividades que se hacen sin prisa y sin buscar la perfección ayudan a reducir los niveles de cortisol, la hormona asociada con el estrés. Diversos estudios han demostrado que tareas sencillas y cotidianas, cuando se llevan a cabo de forma tranquila y sin urgencia, son una forma efectiva de disminuir el estrés y mejorar el bienestar psicológico.
Asimismo, al centrarse en tareas simples, como ordenar el escritorio, lavar los platos o cuidar el jardín, nuestra mente tiene espacio para divagar y explorar nuevas ideas. Esta especie de «descanso mental» provoca un estado conocido como el «modo por defecto», que se activa cuando no estamos completamente concentrados en tareas complejas o urgentes, lo que puede resultar en soluciones creativas a problemas o incluso en momentos de profunda reflexión.
Por otro lado, el «puttering» también puede ser una forma excelente de practicar mindfulness. Al estar completamente centrados en el momento presente, sin distracciones ni expectativas, logramos una mayor conciencia de lo que estamos haciendo. Cuando cocinamos, limpiamos o realizamos cualquier otra tarea de manera pausada, nuestra mente se aleja de pensamientos intrusivos sobre el pasado o el futuro. Esto nos ayuda a estar más presentes en nuestra vida cotidiana, reduciendo la ansiedad y mejorando la concentración en el aquí y ahora.
Beneficios la salud emocional
Al realizar tareas cotidianas sin prisas, nos damos permiso para desconectar y alejarnos de la presión constante de hacer más y más. Este acto de reducir la velocidad, de disfrutar de lo sencillo, tiene un impacto directo en nuestra capacidad para gestionar las emociones. En lugar de sentirnos abrumados, el «puttering» nos permite adoptar una actitud más relajada ante las situaciones cotidianas.
Los expertos en inteligencia emocional destacan que este tipo de actividades simples, realizadas con calma y sin expectativas, son una forma efectiva de gestionar las emociones y cultivar un equilibrio mental. Practicar el «puttering» puede ayudar a prevenir el agotamiento emocional, ya que nos brinda la oportunidad de tomar un respiro en medio de una rutina diaria que a menudo puede ser abrumadora. Al conectar con los pequeños placeres de la vida, podemos recargar nuestras energías y mejorar nuestra resiliencia emocional.
En resumen, el «puttering» no sólo es un hábito para el bienestar, sino que se presenta como una filosofía de vida que invita a reducir el ritmo, a vivir de manera más consciente y a disfrutar de las pequeñas cosas. Incorporar este enfoque en nuestra rutina diaria puede hacer una gran diferencia en la forma en que vivimos nuestras vidas. No se trata de abandonar la productividad ni de renunciar a nuestras responsabilidades, sino de aprender a equilibrarlas con momentos de calma y desconexión.
Se trata de un hábito sencillo pero poderoso que nos invita a desacelerar y disfrutar de las actividades cotidianas sin la presión de la perfección ni la urgencia de los resultados. En un mundo que a menudo valora la productividad a toda costa, esta práctica nos ofrece un espacio para respirar, relajarnos y cultivar la creatividad. Incorporar el «puttering» en nuestra vida diaria puede ayudarnos a reducir el estrés, aumentar la concentración y mejorar nuestra capacidad para encontrar paz en lo cotidiano. Simplemente haciendo pequeñas tareas, como regar las plantas o cocinar, sin prisas, podemos mejorar nuestro bienestar y alcanzar un equilibrio entre la productividad y la calma.
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