Este es el curioso uso del pompón de los gorros de invierno
¿Para qué sirve el pompón que llevan los gorros
¿Alguna vez te has preguntado por qué los gorros de invierno llevan un pompón en el extremo? Se trata de una prenda que todos tenemos en nuestro armario en esta época del año, pero son muy pocas las personas que saben cuál es su origen y su razón de ser.
Historia del pompón de los gorros de invierno
La amplia gama de estilos en gorros de lana depende de varios factores. La técnica de confección, ya sea tejido en dos agujas, a ganchillo o en telar, influye directamente en la apariencia final del gorro. Además, el tipo y grosor de la lana desempeñan un papel crucial, ya que la elección de hebras más gruesas o texturas específicas puede transformar radicalmente el estilo, incluso al seguir el mismo patrón.
El diseño, que implica la combinación de colores, la inclusión de dibujos, la aplicación de diferentes tipos de punto y la adición de adornos, añade una capa adicional de singularidad. Por último, la forma del gorro, su estructura y diseño, contribuye de manera significativa a la creación de un estilo distintivo e inconfundible.
Durante la era vikinga, que abarcó desde los siglos VIII hasta el XI, Freyr, uno de los dioses mitológicos asociado con la lluvia, el sol naciente y la fertilidad, portaba un distintivo pompón en su casco.
No era un simple adorno, sino que cumplía una función crucial: la identificación de quien lo llevaba. A lo largo de los siglos, diversas culturas adaptaron esta utilidad identificatoria del pompón. En la Iglesia Católica, por ejemplo, el color del pompón de los clérigos indicaba su rango u ocupación principal. Asimismo, en clanes familiares y regimientos, se empleaba como un medio para reconocer a sus miembros a distancia.
La popularidad del gorro de lana con pompón ha ido en aumento con el tiempo. Además de mantener cálida la cabeza de quien lo lleva, estos gorros se popularizaron entre marineros y pescadores, quienes utilizaban el pompón para evitar golpearse con los bajos techos dentro de los barcos.
Hasta el siglo XIX, los pompones también desempeñaron un papel relevante en el uniforme de los regimientos de las Highlands escocesas, específicamente en el gorro de Balmoral. Este sucesor del bluebonnet, utilizado por los trabajadores escoceses entre los siglos XVI y XVIII, marcó una transición significativa en el vestuario.
La autora e historiadora Enid Gauldie detalla la utilidad del bluebonnet en la revista ‘Selvedge’, destacando su forma plana y ala larga que brindaba protección: «A veces, una banda de mayor profundidad permitía tejer un patrón de cuadros o rayas, y a veces había un toque final de «toorie», una bola hecha con puntas de lana; rojo brillante, o más a menudo, para los ancianos, más plano y negro para combinar con el sombrero».
Lo que comenzó en los barcos vikingos y más adelante en los campos de batalla se convirtió con el tiempo en una moda extendida por todo el mundo. Hoy en día, el pompón se ha integrado como un elemento decorativo en los gorros de lana que cumplen la función de mantener la cabeza caliente.
Consejos para lavar las prendas de lana
La frecuencia de lavado de tus prendas de invierno dependerá de la cantidad de veces que las uses y el nivel de exposición a factores que puedan ensuciarlas.
En el caso del gorro, por lo general, no tiende a ensuciarse demasiado. Se recomienda prestar más atención si sudas mucho o si padeces alguna afección cutánea. En términos generales, lavarlo cada dos semanas suele ser suficiente.
Respecto a la bufanda, se aconseja lavarla una vez cada dos semanas. En situaciones en las que la prestas a alguien más, es recomendable lavarla antes de volver a utilizarla para evitar la posible transmisión de gérmenes.
Los guantes, siendo el complemento invernal más propenso a acumular bacterias debido al contacto con diversas superficies, requieren una mayor atención. Es recomendable evitar llevarlos puestos durante el desplazamiento en transporte público y lavarlos cada semana para mantener la higiene adecuada.
Cuando te dispongas a lavar prendas de lana en la lavadora, sigue estos pasos para garantizar un cuidado adecuado:
- Selecciona el programa de lavado. La mayoría de las lavadoras cuentan con un programa especialmente diseñado para tejidos delicados. Es recomendable elegir este programa y evitar llenar la carga por completo para prevenir roces y posibles daños en las prendas.
- Controla la temperatura. Aunque el programa de lavado suele tener una configuración predeterminada, verifica la temperatura de lavado y la velocidad del centrifugado. Para evitar riesgos de daño a las prendas de lana, lava a menos de 30 grados y a una velocidad máxima de 800 revoluciones.
- Utiliza un detergente específico. Al igual que en el lavado a mano, es aconsejable emplear un detergente diseñado específicamente para prendas de lana.
- Secado adecuado. La mejor manera de secar la ropa de lana es colocarla extendida en posición horizontal.
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