Curiosidades
La nada no puede viajar

¿Cuál es la velocidad de la oscuridad?

Gracias a la ciencia sabemos que la luz viaja a 300 mil kilómetros por segundo. Hasta ahí todos de acuerdo, pero ¿se sabe a cuánto viaja la oscuridad?

Según cómo lo mires (nunca mejor dicho), la velocidad de una sombra podría ser, o al menos parecer, más rápida que la de la propia luz, pero ¿es esto cierto? Veamos qué nos dice la ciencia al respecto.

¿Es la oscuridad más rápida que la luz?

Estamos acostumbrados a ver viajes hiperespaciales superando la velocidad de la luz en muchas de nuestra franquicias favoritas de ciencia ficción. Y es que siempre se antoja divertido desafiar las leyes de la física con la simple excusa de dejar volar la imaginación.

La respuesta es más teórica que práctica, un sí y no, pero realmente interesante. Lo explica el famoso divulgador del canal de Youtube Vsauce, Michael Stevens, y da mucho que pensar. Se puede decir que algunas sombras «viajan» más rápido que la luz… pero sólo en nuestro cerebro.

La explicación está en el tamaño:

En la distancia, la sombra que produce un objeto es más grande que el propio objeto en sí mismo. Todo depende de la distancia de ese objeto al foco de luz. Independientemente del tamaño de la sombra, esta se mueve de la misma forma y al mismo tiempo que el objeto. Pero, reflejada sobre una superficie, cuando la sombra es más grande que aquello que la produce, recorre una distancia mayor sobre esa superficie que el propio objeto. Por eso, en teoría, «viaja» más rápido.

Una ilusión de nuestra mente

Un ejemplo que explica Stevens: imagina que, desde la Tierra, pudiéramos proyectar una sombra sobre la Luna entre dos puntos A y B. Al hacerlo, el objeto en la Tierra que produce esa sombra recorrería una pequeña distancia, mientras que la sombra sobre la Luna recorrería una distancia muchísimo mayor.

Esa sombra «viaja» más rápido que la propia luz. Sobre el papel, cierto, pero la clave es que realmente no hay nada que «viaje», de ahí poner esa palabra entre comillas.

Conclusión: la nada no puede viajar

De hecho, el verdadero truco reside en considerar que la sombra es algo y que por tanto está viajando, dado que es fácil olvidar que una sombra no es más que la ausencia de luz. Por tanto, una sombra no puede considerarse algo, dado que la ausencia de luz no conforma información alguna en sí misma. Así pues, la oscuridad no es más que la ausencia de algo, es decir, nada.