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La advertencia de una nutricionista que pocos conocen en España: «esto es lo que ocurre si te comes el yogur después del filete»

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

Muchas personas cuidan su alimentación pensando que con eso es suficiente para mantenerse saludables. Comemos verduras, frutas, evitamos los ultraprocesados… pero a veces no basta con elegir alimentos «sanos». La forma en la que los combinamos también tiene un impacto directo en cómo nuestro cuerpo aprovecha los nutrientes. Y aquí es donde entra en juego una alerta poco conocida pero muy relevante: «esto es lo que ocurre si te comes el yogur después del filete».

Éste es precisamente el mensaje que ha querido transmitir la nutricionista Sandra Moñino a través de su pódcast «Jengibre y Limón». Según la experta, un error muy común que muchas personas cometen a diario es tomar productos ricos en calcio justo después de consumir alimentos ricos en hierro. ¿El resultado? El cuerpo es incapaz de absorber correctamente ese hierro, un mineral esencial para la salud.

¿Qué pasa si te comes el yogur después del filete?

El hierro es uno de los minerales más importantes para el correcto funcionamiento del cuerpo humano. Su papel es crucial en la producción de hemoglobina, la proteína que permite que el oxígeno viaje por nuestra sangre. Además, interviene en múltiples procesos metabólicos, influye en los niveles de energía y hasta impacta en nuestro sistema inmunológico. Sin embargo, tener una dieta rica en hierro no siempre garantiza que el cuerpo lo absorba correctamente.

Aquí es donde muchas personas cometen un error sin saberlo: combinan alimentos de manera que dificultan esa absorción. Sandra Moñino explica que, aunque comamos un filete o unas lentejas (dos fuentes importantes de hierro), si después tomamos un yogur como postre, el cuerpo puede desaprovechar gran parte del mineral. ¿La razón? El calcio presente en los lácteos compite con el hierro en el intestino y, cuando se ingieren al mismo tiempo, el hierro suele salir perdiendo.

Aunque parezca extraño, no es un caso aislado ni una excepción rara. Hay una serie de combinaciones en la dieta que, aunque parecen inofensivas, pueden sabotear la absorción de hierro. El calcio es uno de los principales responsables, pero no es el único. Bebidas como el café y el té, que suelen tomarse justo después de las comidas, también tienen un impacto importante.

Estos líquidos contienen sustancias llamadas polifenoles y taninos, que inhiben de forma directa la absorción de hierro no hemo (el de origen vegetal, como el que se encuentra en las lentejas o espinacas), y también dificultan, en menor medida, el hierro hemo (de origen animal). Según algunos estudios, tomar café o té junto a una comida puede reducir la absorción de hierro hasta en un 60%. Es decir, aunque comas bien, podrías estar desaprovechando una parte importante de los nutrientes.

Cómo mejorar la absorción de hierro

El primer paso para mejorar la absorción de hierro es aprender a separar ciertos alimentos en el tiempo. Esto no implica eliminar el yogur, el café o el té de tu vida, sino simplemente no tomarlos justo después de ingerir alimentos ricos en hierro, como el filete. Éste pequeño cambio puede marcar una gran diferencia en cómo tu cuerpo asimila los nutrientes.

Asimismo, hay múltiples formas de asegurarse de estar aprovechando al máximo el hierro de la dieta:

Una de las grandes dificultades de la falta de hierro es que sus síntomas no siempre aparecen de inmediato. El cuerpo cuenta con reservas de este mineral en órganos como el hígado, el bazo o la médula ósea. Pero cuando esas reservas se agotan, comienzan los problemas: fatiga crónica, debilidad, mareos, dolor de cabeza, caída del cabello, dificultad para concentrarse, palidez… Todo esto puede ser señal de una anemia por déficit de hierro.

En definitiva, no basta con comer «de todo» o incluso con seguir una dieta rica en hierro. Lo verdaderamente importante es cómo y cuándo combinamos los alimentos. Si mezclamos hierro con calcio o lo acompañamos de café, podríamos estar impidiendo que nuestro cuerpo obtenga lo que necesita. No se trata de renunciar al yogur o dejar de tomar té, sino de aprender a organizarlos en otros momentos del día.