Adiós al cambio de hora en 2025: confirmado por el BOE
El sistema de cambio horario, regulado por el Real Decreto 236/2002, establece dos ajustes anuales: uno para el horario de verano, que adelanta los relojes una hora, y otro para el horario de invierno, que los atrasa. En 2025 el cambio de hora tendrá lugar el 30 de marzo y el 26 de octubre, respectivamente. Originalmente, el cambio de hora se implementó como una medida de ahorro energético durante la época de crisis del petróleo en los años 70. Sin embargo, informes más recientes, como los elaborados por el Instituto para la Diversificación y Ahorro de Energía (IDAE) en 2015 y la Comisión Europea en 2018, han cuestionado su eficacia en el contexto actual.
La razón de mantener este sistema radica en la ausencia de consenso y en la falta de datos concluyentes que justifiquen un cambio radical. Aunque se ideó en su día para optimizar el consumo de energía mediante un mejor aprovechamiento de la luz natural, las circunstancias actuales son muy diferentes. Las tecnologías modernas, el autoconsumo y el teletrabajo han transformado los hábitos de las personas. En este contexto, según el calendario oficial del Boletín Oficial del Estado (BOE), el 25 de octubre de 2026 será probablemente la última vez que se realice el cambio de hora.
¿Qué pasará con el cambio de hora en 2025?
En septiembre de 2018, la Comisión Europea manifestó su preocupación por el impacto que genera el cambio de hora en la salud y el bienestar de los ciudadanos, proponiendo la posibilidad de eliminar este ajuste de los relojes. La idea era poner fin a la práctica del cambio de hora, realizando una consulta pública que reveló una mayoría de ciudadanos en favor de abolirlo. Inicialmente, se propuso que el año 2019 fuera la fecha límite para implementar esta medida, pero debido a diversos factores, la decisión se pospuso a 2021.
Sin embargo, la propuesta aún no se ha materializado, ya que no se ha logrado un consenso entre los Estados miembros de la Unión Europea sobre cómo proceder. Cada país debía elegir si mantenía el horario de verano o el de invierno de manera permanente, pero la falta de acuerdo ha retrasado la implementación de la medida. Como resultado, el cambio de hora sigue vigente, y la cuestión sigue siendo un tema de debate.
Opiniones a favor y en contra
Entre quienes defienden la continuidad del cambio horario, destacan argumentos como el mejor aprovechamiento de la luz solar durante los meses de verano, lo que favorece actividades al aire libre y un posible beneficio para la economía. Además, ciertos sectores, como el turismo, sostienen que los días más largos incentivan el consumo y el ocio, generando un impacto positivo en la economía local.
Por otro lado, los detractores argumentan que el cambio horario afecta negativamente al reloj biológico de las personas, provocando alteraciones en el sueño, el ánimo y la productividad. Además, el uso de tecnologías eficientes en iluminación y climatización, así como por el auge del teletrabajo y el autoconsumo, ha reducido significativamente la necesidad de recurrir a esta medida.
Efectos en la salud
El cambio de hora tiene varios efectos negativos sobre la salud de las personas, ya que interrumpe el ritmo circadiano, el cual regula los ciclos de sueño y vigilia. Este ajuste de una hora hacia adelante o atrás provoca un desajuste temporal en el cuerpo, lo que puede llevar a trastornos del sueño, como insomnio o dificultad para conciliar el descanso.
Además, estudios han demostrado que el cambio de hora puede aumentar el riesgo de sufrir accidentes de tráfico, ya que la fatiga y la desorientación provocadas por la alteración del sueño afectan la concentración y los reflejos.
Un futuro incierto
El debate sobre la eliminación del cambio horario no es exclusivo de España. En 2018, el Parlamento Europeo planteó la posibilidad de suprimir esta práctica, dejando a los Estados miembros la elección de un huso horario fijo. Sin embargo, la falta de consenso entre los países y las diferentes realidades geográficas y sociales han dificultado avanzar en esta dirección.
En España, la Comisión de expertos concluyó en 2019 que cualquier modificación debería realizarse con cautela, acompañada de un análisis exhaustivo de los usos del tiempo y de una difusión clara de los riesgos y oportunidades asociados.
Por ahora, el calendario establecido por el Ministerio de la Presidencia regula los cambios de hora hasta 2026, momento en el que se espera que las autoridades revisen nuevamente la conveniencia de mantener este sistema.
El cambio de hora, una medida diseñada para un contexto energético muy distinto al actual, se enfrenta a un creciente escrutinio público y científico. A pesar de las críticas y las transformaciones sociales y tecnológicas, el sistema se mantendrá al menos hasta 2026, con la esperanza de que futuros debates y estudios ofrezcan soluciones más acordes con la realidad moderna. Por ahora, el cambio de hora en 2025 seguirá marcando el paso de las estaciones.