Cultura

La primera jornada del Mad Cool se celebra sobre un estanque de tormentas y bajo lluvias torrenciales

Hace un año, la polémica envolvía al Mad Cool incluso antes de haber celebrado su primera edición. Uno de los periódicos más leídos en España advertía de que el suelo bajo el festival madrileño podría hundirse según informes del Ayuntamiento de Madrid. Todo quedó en agua de borrajas. El sol brilló con fuerza y, salvando los problemas con el sistema cashless y los errores de novato típicos de la primera edición de un festival, el Mad Cool terminó su primera edición mejor de lo que empezó. Pero el agua de borrajas del año pasado no es la misma que la que cayó ayer en Madrid.

Pero aquel titular resuena con fuerza este 2017 tras las trombas de agua que ayer inundaron metros, centros comerciales y hospitales de la capital española. Y es que el aparcamiento de La Caja Mágica de Madrid, donde bailarán desenfrenados más de 40.000 abonados al Mad Cool durante tres días, se levanta sobre un estanque de tormentas. Una estructura donde se filtran los excesos de agua tras lluvias copiosas. Y lo de ayer no fue copioso, fue torrencial.

El festival Mad Cool se celebra en el aparcamiento de la Caja Mágica, sobre el Estanque de Tormentas de la China.

El Ayuntamiento de Madrid negó rotundamente, el año pasado, que existiera riesgo alguno para los asistentes al Mad Cool, tal y como publicaba El Mundo. Pero los informes estaban ahí. Tanto la Dirección General de Gestión del Agua y Zonas Verdes como el Servicio de Relaciones Institucionales del Área de Medio Ambiente y Movilidad del Ayuntamiento desaconsejaron la celebración del festival en 2016 por un peligro potencialmente catastrófico: el derrumbe de la cubierta que cubre el Estanque de Tormentas de la China (bajo la zona norte del parking de La Caja Mágica, justo donde se levantan los escenarios del Mad Cool). Esta cubierta se diseño para aguantar un determinado peso, pero el paso de los años y diversas circunstancias han propiciado la aparición de daños estructurales y filtraciones en la cubierta en cuestión.

Según relataba, el año pasado, la directora de Gestión del Agua (firmante de uno de los informes que dudaban de la seguridad del Mad Cool) , el festival se celebra sobre todo el aparcamiento del recinto municipal, 30.000m2 aproximadamente. Casi la mitad de esa superficie se encuentra sobre el estanque de tormentas. Las alarmas saltaban entre los expertos cuando la organización del Mad Cool planeaba que la parte sur del parking fuera una zona de esparcimiento, mientras el grueso del montaje se levantó sobre la zona del estanque que acumula el exceso de agua durante las lluvias. Y ayer (y hoy se prevé más de lo mismo) llovió como nunca en Madrid. Tanto que en redes sociales uno de los hashtags más usados de ayer fue #MadPool (un juego de palabras en inglés con el nombre del festival y la palabra piscina en ingles)

A festival is a festival even if it’s in Spain ?? #mudfest #madcool #madrid

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La organización del Mad Cool pidió asesoramiento, previo a la celebración de su primera edición, a la empresa Intemac, que ya había inspeccionado con anterioridad la estructura del Estanque de  la China. Y obtuvo todos los permisos, y certificaciones de seguridad, necesarios para celebrarse. Se desconoce si este año han realizado las comprobaciones necesarias. Y las líneas del festival se encuentran inactivas para poder consultárselo desde hace dos días. Nadie responde a los mails ni atiende las llamadas.

Pantallas gigantes inútiles y el miedo de The Lumineers a los truenos en #MadPool

No pintaba tan gris el panorama cuando meses atrás se agotó el aforo del II Mad Cool Festival, pero julio ha querido retorcer previsiones con un diluvio en la primera jornada que, con todo, no disuadió a los 45.000 asistentes de disfrutar de los grandes cabezas de cartel de la edición, Foo Fighters. Aprendiendo de los errores pasados, este año el idílico sistema ‘cashless’ ha dado paso al de toda la vida: pagar las consumiciones en barra. Obviamente no ha dado problemas, más allá de las esperas.

«¡Es una noche jodidamente bonita!», gritó su líder, Dave Grohl, ya sin nubes a la vista, incapaz de ocultar su buena estrella después de casi 20 horas de agua sobre Madrid, aunque la organización comunicara desde bien temprano que la suspensión no era una opción y que las camisas hawaianas debían dar paso al menos hoy a los chubasqueros.