La Biblioteca Nacional inaugura una exposición sobre libros ‘pop-up’ con originales de los siglos XV al XVIII
La Biblioteca Nacional inaugura este viernes 10 de junio una exposición sobre los precursores de los llamados libros desplegables o ‘pop-up’, que cuentan con más de 700 años de historia.
La exposición ‘Antes del del pop-up: libros móviles antiguos en la BNE’, comisariada por Gema Hernández Carralón, recoge medio centenar de libros de astronomía y navegación, manuscritos, dibujos e impresos datados entre los siglos XV y XVIII.
El concepto pop-up hace referencia a libros que guardan en su interior elementos interactivos y figuras tridimensionales hechas de papel. Un término acuñado por la empresa Blue Ribbon Books en 1932, que ilustra de manera gráfica la idea de movilidad por la que se distinguen estos ejemplares.
Estas obras esconden dentro de sus cubiertas numerosas piezas y estructuras como lengüetas, pestañas, solapas, carruseles o ruedas, realizadas con hasta 12 técnicas diferentes. Son productos editoriales elitistas y que resultan caros debido al proceso manual que requieren, pero se trata de creaciones casi mágicas que tienen su punto de atracción en la interactividad. El lector debe tirar, abrir, girar, destapar* en definitiva, tocar el libro de manera activa, lo cual hace que se sienta parte de él.
Estas figuras de la llamada ingeniería del papel y de las artes gráficas comenzaron a hacerse populares durante el siglo pasado y hoy en día están relacionadas con los niños. A pesar de ello, en realidad son libros con una larga trayectoria y que abarcan temas tan diferentes como la arquitectura, la astrología, la adivinación o la retórica.
Los primeros ejemplares datan del siglo XIII, cuando a algunos manuscritos se les añadieron volvelles, construcciones de papel en forma de rueda, formadas por discos unidos por un pivote central que permitía su movilidad. Eran muy utilizados, sobre todo, en libros de astronomía y medicina, para facilitar la interpretación de diferentes datos y favorecer su pedagogía.
«Con esta exposición, hemos pretendido contar toda la historia de los libros anteriores a los denominados pop-up; la muestra comienza presentando el concepto tal y como se entiende ahora, relacionado con la literatura infantil», ha comentado la comisaria.
El grueso de la colección pertenece a los siglos XVI y XVII, cuando las técnicas utilizadas eran, sobre todo, la rueda giratoria y las solapas. El ejemplar más antiguo que podrá verse es el incunable Kalendarium de Johannes Regiomontanus, del año 1482, el primer libro impreso con partes móviles.
Los temas más recurrentes que se encontrarán los visitantes son los relacionados con la astronomía y la navegación, principalmente. Brújulas y astrolabios de papel llenan las páginas de estas obras. Pero también abarcan otras temáticas como son la astrología, la adivinación, la arquitectura, la criptografía o la anatomía. «Este tipo de libros antes tenía un sentido científico que ya ha perdido», añade Gema Hernández.
Entre las obras seleccionadas del fondo de la BNE, destacan algunas muy relevantes como I dieci libri dell’architettura de Vitruvio, en la edición veneciana de 1556 de Marcolini, o el Astronomicum Caesareum de 1540, la obra más famosa de Apiano, que cuenta con 36 discos móviles a todo color.
Libros para aprender jugando
Algunos de los ejemplares más curiosos son libros para jugar. De temática religiosa y muy relacionados con la superstición y el azar, son obras que contienen ruedas de la fortuna, como la Alegoría de la muerte de Andrea Andreani de 1588; ruedas astrológicas como el de Giovanni Paolo Gallucci, publicado en 1605 y que marca los signos del zodiaco y los ascendentes astrológicos; o como es el caso del curioso Libro delle sorti (Lorenzo Spirito, 1528) al cual se le realizaban preguntas que pudieran inquietar al lector, relacionadas con la guerra, la cosecha o la vida sentimental, el cual era remitido a diferentes páginas para poder darles respuesta.
Otra de las obras más llamativas es el Catoptrum microcosmicum, escrito por Johann Remmelin, publicado en 1613 y compuesto por láminas formadas por unas 120 solapas de papel superpuestas que representan las diferentes capas del cuerpo humano: piel, esqueleto, órganos internos.
La muestra podrá visitarse de martes a sábado en horario de 10 a 20 horas y los domingos y festivos hasta las 14 horas. Además, se han organizado tres talleres que complementan la exposición dirigidos a niños, a familias y a público general.
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