Ciencia

Las superllamaradas de Próxima Centauri podrían no acabar con la vida en Próxima b

Datos recientes informaban que las superllamaradas de Próxima Centauri, la estrella más cercana al Sol, hacían muy difícil que hubiera vida en su planeta huésped, Próxima b, el más próximo a la Tierra y gran esperanza para encontrar un vergel a poco más de 4 años luz de este mundo. Sin embargo, nuevos datos inciden en que esto podría no ser así.

Evidentemente, la atmósfera de Próxima b recibe gran cantidad de radiación. Recordemos que orbita una estrella enana roja mucho más activa y fría que nuestro Sol. Dada su cercanía, cada llamarada podría hacer que pierda atmósfera provocando que abandone todo el ozono que debe existir en ella.

En 2016, una de estas superllamaradas hizo que se detectara un aumento de luz 70 veces mayor de lo normal. sin duda, las conclusiones fueron claras, Próxima b se vería afectado y no podría contener vida similar a la que hay en la Tierra, de hecho, probablemente no podría contener nada de vida.

Y es que Próxima Centauri tiene un campo magnético complicado, que gira muy rápido. Ello, unido a su antigüedad, la hace muy activa, eyectando partículas y radiación en forma de llamaradas y superllamaradas.

Pero estos enormes fogonazos podrían no ser capaces de acabar con la vida en Próxima b. Sí que es cierto que no podría ser como la que tenemos en la Tierra, pero aún hay posibilidades.

Cómo sería la vida en Próxima b pese a las superllamaradas de Próxima Centauri

Según los datos que se tienen, Próxima Centauri podría emitir cinco superllamaradas cada año. Obviamente, este fenómeno acabaría con una atmósfera como la terrestre. Pero, ¿sabemos exactamente cómo es la atmósfera de Próxima b?

Recordemos que aquí, en la Tierra, la capa de ozono es la que nos protege de la radiación ultravioleta emitida por el Sol. Una dosis muy elevada de esta radiación es mortal para nosotros.

Cada una de estas llamaradas irían acabando poco a poco con el ozono del planeta. Pero hay que recordar que la atmósfera Tierra tiene esta capa desde hace unos 2000 millones de años, mientras que la vida apareció hace unos 4000 millones de años.

En conclusión, ¿es posible que en Próxima b pueda haber vida que no necesite esta capa de ozono y pueda resistir grandes dosis de radiación? Técnicamente, podría haberse adaptado a esas condiciones extremas, incluso vivir en cuevas protegidos de esos fogonazos o bajo océanos profundos, siempre que las llamaradas no evaporen la atmósfera, claro.