Ciencia
Ciencia

Un iceberg colosal del tamaño de Chicago y la ciencia sigue su trayectoria con estupefacción

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

La Antártida sigue siendo uno de los lugares más remotos y enigmáticos del planeta, pero lo que acaba de ocurrir con el iceberg A-84 nos recuerda que, aunque lejos de nosotros, lo que sucede allí tiene un impacto global. Este iceberg, que se desprendió de la barrera de hielo Jorge VI a finales de 2024, ha estado dando vueltas por la costa antártica durante el verano austral de 2024-2025. Con un tamaño impresionante, casi tan grande como la ciudad de Chicago, su viaje ha dejado perplejos a científicos de todo el mundo.

Desde su ruptura con la barrera de hielo Jorge VI, ha estado navegando por el océano antártico, siendo observado a través de imágenes satelitales por la NASA. Estas imágenes, obtenidas entre enero y febrero de 2025, muestran cómo el iceberg ha recorrido 250 kilómetros en apenas un mes. Esta rapidez ha dejado atónitos a los científicos, que ahora se preguntan qué está pasando bajo la capa de hielo que podría estar impulsando este fenómeno.

El misterio detrás del iceberg A-84

El iceberg A-84, que mide 30 kilómetros de largo y 17 kilómetros de ancho, tiene su origen en la barrera de hielo Jorge VI, una de las plataformas más grandes de la Antártida. A finales de 2024, ya se había observado una grieta en la barrera de hielo, lo que sugería que estaba cerca un desprendimiento de gran tamaño.

Sin embargo, lo que sucedió después sorprendió aún más a los científicos: aunque la grieta estaba ahí, el iceberg estaba atrapado por el hielo marino que lo rodeaba, en la bahía Ronne, situada en el extremo sur de la plataforma. Este hecho no es raro en la Antártida, pero lo que sí es inusual es que la plataforma de hielo Jorge VI tiene una particularidad: tiene frentes de hielo tanto al norte como al sur, lo que le otorgaba una cierta estabilidad frente a otros desprendimientos.

Sin embargo, el cambio climático ha empezado a afectar incluso las regiones más protegidas. Las temperaturas más cálidas tanto del aire como del agua han comenzado a debilitar las plataformas de hielo, especialmente en la zona de la Antártida donde se encuentra la barrera Jorge VI.

La pérdida de hielo marino protector ha permitido que las corrientes oceánicas empujaran al iceberg hacia aguas más abiertas. Este fenómeno ha acelerado el desprendimiento, algo que no se esperaba tan pronto, y ha dejado en evidencia la vulnerabilidad de esta región, que hasta hace poco se pensaba más estable.

Velocidad

Una de las características más sorprendentes del iceberg A-84 es su velocidad. En el mes que ha estado a la deriva, ha recorrido 250 kilómetros, lo que deja claro que el iceberg no sólo se ha desprendido, sino que lo están impulsando las fuertes corrientes oceánicas. Este fenómeno ha sorprendido a los expertos, que no esperaban que un iceberg de estas dimensiones se moviera tan rápido.

Las imágenes satelitales, capturadas por los satélites Terra y Aqua de la NASA, muestran que A-84 ha ido siguiendo una corriente costera, desplazándose a una velocidad constante. La rapidez de este desplazamiento ha hecho que los investigadores se pregunten sobre las condiciones debajo de la plataforma de hielo, que podrían estar influyendo en la rapidez del desprendimiento.

Christopher Shuman, un glaciólogo retirado de la Universidad de Maryland, se mostró especialmente impresionado por la velocidad con la que el iceberg ha viajado. En sus declaraciones, comentó: «Me impresiona lo rápido que se movió en la corriente costera, y eso me hace preguntarme qué está sucediendo en el agua debajo de la plataforma de hielo» Y no le falta razón, ya que la dinámica de los icebergs es compleja y puede verse influenciada por varios factores como las corrientes y los vientos.

Ecosistema antártico

Aunque los desprendimientos de icebergs no son un evento excepcional en la Antártida, lo que está ocurriendo con el A-84 es una muestra de cómo el cambio climático está afectando a las plataformas de hielo en todo el continente. El calentamiento global no sóo está alterando el clima de la región, sino que también está modificando las condiciones del océano que rodea la Antártida.

Las aguas más cálidas están debilitando las plataformas de hielo desde abajo, lo que facilita la formación de grietas y fisuras, tal y como ocurrió con la barrera de hielo Jorge VI. Este proceso de deshielo acelerado, unido a la pérdida de hielo marino protector, puede desencadenar un efecto dominó, que provoque la pérdida de más plataformas de hielo y más desprendimientos de icebergs.

Además, el impacto del iceberg A-84 en el ecosistema local es significativo. Los icebergs son esenciales para el ecosistema antártico, ya que sirven como hábitats flotantes para diversas especies de fauna marina, como pingüinos, focas y ballenas, que dependen de ellos para alimentarse y reproducirse.

En definitiva, éste es un recordatorio de la fragilidad de los sistemas naturales de la Tierra y de cómo el cambio climático está alterando incluso los lugares más remotos del planeta.