Descubren una pirámide sellada hace 4.000 años y no dan crédito a lo que han encontrado dentro
En un reciente hallazgo en Egipto, un equipo de arqueólogos ha desenterrado una pirámide que estuvo oculta durante casi 4.000 años en la necrópolis de Dahshur. Dahshur, situada al sur de El Cairo, alberga pirámides como la Pirámide Roja y la Pirámide Acodada, ambas construidas por el faraón Snefru, fundador de la IV Dinastía. El hallazgo se produjo de manera accidental cuando trabajadores de una cantera local tropezaron con bloques de piedra caliza.
Lo que parecía un descubrimiento prometedor pronto se convirtió en un enigma, ya que la pirámide reveló signos de haber sido saqueada. Este hallazgo abre una nueva ventana a las prácticas de enterramiento en Egipto y plantea interrogantes sobre los eventos ocurridos durante un período turbulento en la historia egipcia, concretamente la XIII Dinastía, un momento marcado por inestabilidad política y luchas internas por el poder.
La pirámide oculta de Dashur
El descubrimiento se produjo en Dahshur, un lugar que alberga pirámides de gran importancia arquitectónica e histórica, como la Pirámide Acodada y la Pirámide Roja, que fueron construidas por el faraón Snefru. Sin embargo, la pirámide recién descubierta parecía estar oculta y olvidada bajo la arena, sin que los historiadores tuvieran conocimiento de su existencia.
La primera fase de la excavación reveló un pasadizo subterráneo que conducía hacia una cámara funeraria. Sin embargo, lo que los arqueólogos encontraron al abrir el acceso fue algo inesperado: a pesar de que la pirámide llevaba miles de años sellada, la cámara funeraria estaba desordenada y mostraba claros signos de haber sido saqueada. Esto dejó perplejos a los expertos, ya que, por lo general, los saqueos ocurren mucho tiempo después del sellado de las pirámides, normalmente en épocas de la antigüedad tardía o incluso en periodos posteriores.
Sin embargo, la escena que encontraron en el interior de esta pirámide parecía la de un crimen ocurrido hace milenios. La anomalía que presentaba la tumba sugirió que el robo de los objetos valiosos sucedió antes de que se cerrara de manera definitiva. Este fenómeno es completamente inusual en la arqueología egipcia y plantea preguntas sobre las prácticas funerarias y las políticas de seguridad de la época.
Según el Dr. Chris Naunton, un egiptólogo británico que lidera la investigación, este hallazgo podría sugerir la existencia de conspiraciones o alteraciones dentro de los círculos más cercanos al poder durante la XIII Dinastía. La idea de que el robo se llevó a cabo antes del sellado definitivo de la tumba podría indicar que quienes supervisaban el entierro tenían algún tipo de interés en ocultar el saqueo y encubrir lo sucedido para evitar represalias o escándalos.
Lo más sorprendente de este hallazgo fue que los arqueólogos lograron recuperar varios artefactos que no sólo ofrecieron información sobre las prácticas funerarias de la época, sino que también ayudaron a desvelar la identidad de la persona enterrada en la pirámide. Uno de los hallazgos más intrigantes fue un cofre canópico, una urna que se utiliza para contener los órganos internos del difunto.
Los jeroglíficos que adornaban este cofre fueron analizados utilizando tecnología de escaneo avanzada, lo que permitió descifrar un nombre que no se encontraba registrado en los anales de la historia egipcia. El nombre revelado fue el de la princesa Hatshepsut, una figura real hasta entonces desconocida, que aparentemente pertenecía a la XIII Dinastía.
El hecho de que la princesa Hatshepsut fuera completamente desconocida hasta ahora sugiere que pudo haber sido una figura crucial en la corte, pero cuya existencia fue olvidada o deliberadamente eliminada de los registros. El hallazgo plantea muchas preguntas sobre los motivos detrás de este olvido y las dinámicas políticas de la época. Durante la XIII Dinastía, Egipto atravesó un periodo de gran inestabilidad política, con luchas internas y posibles disputas por el trono. La falta de documentación sobre Hatshepsut podría reflejar cómo ciertas figuras fueron sistemáticamente eliminadas de la memoria colectiva debido a su relación con los conflictos dinásticos de la época.
Este descubrimiento ofrece una visión sobre las luchas internas del Egipto antiguo, y también amplía nuestra comprensión de las estructuras funerarias y las prácticas religiosas de la época. La pirámide perdida de Dahshur se convierte en un recordatorio de la complejidad de la historia de Egipto, en la que muchos secretos aún permanecen ocultos bajo las arenas del desierto.
El equipo de arqueólogos continúa con sus investigaciones, analizando los artefactos recuperados y profundizando en los detalles de la vida de la princesa Hatshepsut. Mientras tanto, la pirámide de Dahshur sigue siendo un símbolo de los enigmas que aún quedan por resolver. A medida que avanza la investigación, no sólo se revelarán más detalles sobre esta figura olvidada de la XIII Dinastía, sino que también podrían salir a la luz otros secretos relacionados con las intrigas políticas y las prácticas funerarias de un Egipto que, aunque bien documentado, sigue guardando muchas sorpresas bajo sus capas de historia.
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