Cataluña

Marlaska autorizó una manifestación separatista a la misma hora y día que denegó la de VOX

Interior dio permiso a los separatistas para manifestarse a pie en lugar de en coche, que garantiza mejor el cumplimiento de las medidas de seguridad

  • Joan Guirado
  • Corresponsal de Gobierno y Casa Real. Siguiendo la actividad del presidente y líder del PSOE, Pedro Sánchez, y del Rey de España. También política catalana.

Mañana sábado, a las doce del mediodía, Barcelona será escenario de dos manifestaciones muy distintas en todos los sentidos. Una en coche y la otra a pie. Una organizada por VOX y otra por los separatistas. Una autorizada por el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña y la otra por el ministerio del Interior. Y es que mientras Fernando Grande-Marlaska denegó a VOX la posibilidad de manifestarse en vehículo, lo que garantiza la seguridad sanitaria, el ministro socialista autorizó una protesta a pie en la Plaza Sant Jaume peticionada por el colectivo 3 de octubre.

De esta forma, mientras el presidente Pedro Sánchez asegura en sus intervenciones semanales, en rueda de prensa y en el Congreso, que los derechos de los españoles siguen intactos pese al estado de alarma, principalmente «la libertad de expresión y prensa», Marlaska con su decisión evidencia que su ministerio opera con argumentos políticos para permitir o no las autorizaciones de manifestación que se habían enviado a Interior.

Pese a rechazar el Gobierno el permiso de la formación liderada por Santiago Abascal para protestar en las cuatro provincias catalanas, este viernes, y tras cuatro vistas orales en el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, los tribunales han determinado que las concentraciones debían poderse celebrar aún la negativa de Marlaska. De esta forma han dejado menos de 24 horas a los organizadores para organizar la marcha.

Los organizadores de la protesta separatista, los mismos que tras el referéndum ilegal del 1 de octubre crearon el caos en Cataluña tarde con protestas radicales, el día 3, han dispuesto del tiempo necesario para montar su protesta debido a la voluntad de Marlaska de autorizar su concentración. Una autorización que el Gobierno facilitó pese a no poder garantizar, de la misma forma que VOX, el cumplimiento de las garantías sanitarias recomendadas por el ministerio debido a la crisis del coronavirus.