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Tres razones por las que los niños nunca deberían saltarse el desayuno

El desayuno en los niños es una comida esencial para que tengan energía, evitar la obesidad y también el riesgo de hipoglucemia.

El desayuno es como siempre se dice, la comida más importante del día y en el caso de los niños que pasan muchas horas en la escuela, es también esencial para permitirles que tengan la energía necesaria para centrarse en los estudios y también en sus momentos de juego, pero además existen otros motivos por los que resulta imprescindible que los niños no se salten nunca el desayuno.

Tres razones por las que los niños nunca deberían saltarse el desayuno

A muchos padres y madres les ha pasado tener un día ajetreado en el que apenas tienen tiempo ni de preparar un buen desayuno a los niños, pero siempre resulta esencial que esta comida del día no nos la saltemos (ni pequeños ni mayores) ya que de hacerlo podría ser perjudicial para el bienestar con importantes efectos a corto y largo plazo. De este modo, te dejamos al menos 3 razones para que toda la familia se acostumbre siempre a tomar un buen desayuno dando a la primera comida del día el papel que se merece.

El desayuno previene la obesidad

El desayuno de la mañana es fundamental para mantener a raya el hambre e influir positivamente en la correcta ingesta de calorías del día. La mayoría de los estudios sobre el tema, de hecho, han demostrado que los niños acostumbrados a dedicar el tiempo necesario a la primera comida del día introduciendo el requerimiento energético diario correcto, corren menos riesgo que otros de tener problemas de sobrepeso o incluso obesidad. Además, el hábito del desayuno ayuda a prevenir la aparición de diabetes pediátrica, una enfermedad con graves consecuencias para la salud del niño.

Saltarse el desayuno aumenta la hipoglucemia secundaria

La hipoglucemia es la caída rápida de los niveles de glucosa en sangre. Las causas son muchas, en primer lugar la diabetes. En los niños sanos, sin embargo, a menudo se debe a un ayuno prolongado no compensado por la correcta introducción de alimentos que reequilibran el nivel de azúcares en el organismo.

Las consecuencias de la glucemia secundaria son tanto físicas como cognitivas: dolor de cabeza, somnolencia, dificultad para concentrarse…

Es por eso que por la mañana, después de ayunar por la noche, es muy importante acostumbrarse a comer, aportando al organismo alrededor del 15-20% del requerimiento calórico del día. Por ello una taza de leche y un bollo o una simple galleta y no pueden considerarse «desayuno».

Los niños que no desayunan tienen más problemas para concentrarse

Un estudio realizado hace unos años por la Clínica Pediátrica de la Universidad de Verona relacionó por primera vez el desayuno con el rendimiento cognitivo. En particular, se resaltó que los niños que se saltan el primer paso del día tienen menos capacidad de atención y memoria que los que, por otro lado, desayunan cuantitativa y cualitativamente el desayuno.

En particular, un desayuno rico en carbohidratos complejos y fibra ayuda a mantener altos los niveles de atención y creatividad, promoviendo  el uso óptimo de la glucosa necesaria para mantener altos niveles de rendimiento cognitivo. Por ello, es fundamental, sobre todo para los niños que asisten a la escuela primaria, educarlos desde muy pequeños para que desayunen todas las mañanas, algo dulce o salado, es indiferente, pero con el equilibrio adecuado de carbohidratos, proteínas, azúcares y sales minerales.