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Tomar bebidas azucaradas durante el embarazo puede provocar asma

El embarazo provoca que la mujer quiera llevar una alimentación o dieta lo más sana y saludable posible. No sólo para que su gestación sea tranquila y todo vaya bien, sino también para el buen desarrollo del feto, de modo que se debe cuidar bien lo que se come, y también lo que se bebe ya que existe un estudio que ha demostrado que tomar bebidas azucaradas durante el embarazo puede provocar asma. Así que al margen de intentar evitar los refrescos por el bien de tu embarazo, será buen los evites para que tu bebé no sufra asma en el futuro.

Bebidas azucaradas en el embarazo

Cuando una mujer descubre que está esperando un hijo es fundamental que tome conciencia de que tiene que cambiar ciertos hábitos de alimentación. Y es que, de esta manera, podrá conseguir gozar de buena salud y también que su bebé se encuentre en perfecto estado. Así, además de evitar ciertos alimentos, es fundamental que tengan en cuenta lo que acaba de dar a conocer un nuevo estudio. En concreto, este expone que tomar bebidas azucaradas en el embarazo aumenta los riesgos de asma infantil.

En Estados Unidos y dentro del Proyecto Viva es donde se ha llevado a cabo la investigación que nos ocupa. Nos estamos refiriendo a la que ha tomado por título “Fructosa prenatal y temprano en la vida, bebidas que contienen fructosa y asma en la infancia”.

En la edición online de “Annals of the American Thoracic Society” es donde se ha procedido a publicar dicho estudio. Un trabajo al frente del cual ha estado Sheryl L. Rifas Smith, investigadora en el Instituto de Cuidados de la Salud Pilgrim de Harvard y en la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvad.

Pilares fundamentales de la investigación

Un total de 1.068 parejas formadas por madres e hijos son las que se han analizado en este trabajo. Con el mismo lo que se ha pretendido es estudiar a fondo la influencia que la fructosa tiene en el asma infantil. De ahí que se haya analizado tanto la ingesta de la misma por los menores como también si sus progenitoras tomaron o no la citada durante el embarazo.

Para conseguir unos resultados certeros las embarazadas fueron rellenando cuestionarios sobre su consumo de bebidas azucaradas, por ejemplo, después de cada uno de los trimestres de la gestación. Luego hicieron lo propio con respecto a sus hijos cuando estos ya habían llegado a los 3 años, es decir, expusieron el consumo de fructosa que esos tomaban.

La importancia del agua en el embarazo

Según los investigadores, los hijos de mujeres que consumen grandes cantidades de bebidas azucaradas durante el embarazo tienen más probabilidades de desarrollar asma en la edad escolar. La hidratación durante la gestación requiere una atención especial . En esta fase de la vida, el requerimiento de agua aumenta en unos 300 mililitros por día, llegando a 700 durante la lactancia.

El agua es la bebida ideal para cubrir las necesidades nutricionales de la madre y el feto, y debe elegirse preferentemente entre los oligoelementos bajos en sodio, para no cansar los riñones y contrarrestar la retención de agua, así que siempre se le debe dar preferencia por delante de las bebidas azucaradas y refrescos y también por supuesto por delante del alcohol.

Bebidas azucaradas en la infancia

Por otro lado, a a partir de los datos que consiguieron reunir a partir de las respuestas de las mujeres, la investigación ha llegado a unas claras conclusiones:

De ahí que la máxima responsable de la investigación haya afirmado que es fundamental que las embarazadas no tomen o no abusen de esos productos durante la gestación para evitar la mencionada patología en niños. Y estos también deben hacer lo propio en su infancia en pro de su salud.

Otros estudios sobre las bebidas azucaradas

Además de esta investigación, no hay que pasar por alto que hay otras anteriores que también han venido a dejar patente los riesgos que las citadas bebidas entrañan para los más pequeños. En concreto, entre los principales problemas que pueden traer consigo está el que, en algunos casos, pueden generar la inflamación de los pulmones.

Otros riesgos de las bebidas azucaradas

De la misma manera, en general, siempre se recomienda no abusar de las bebidas azucaradas en ninguna etapa de la vida. No se trata de prohibirlas sino simplemente de limitar su consumo. En este caso, hay que destacar que se aconseja un consumo controlado por motivos que siempre se mencionan.

Entre estos, obesidad y diabetes pero también otros riesgos. Sin embargo, un equipo de académicos de la Universidad de Emory fue más allá. Según los datos presentados en una reunión reciente de la American Heart Association, beber demasiados refrescos azucarados después de los 45 años puede aumentar las posibilidades de muerte por enfermedad cardíaca. No se encontró el mismo vínculo para los alimentos dulces, sino solo para las bebidas. La diferencia, explican los autores, depende del hecho de que el cuerpo procesa los alimentos sólidos de manera diferente, a menudo en asociación con otros nutrientes, como proteínas y grasas.

Y en el caso concreto de los niños, la Organización Mundial de la Salud (OMS), alerta también de un crecimiento de riesgo de obesidad y sobrepeso en menores que toman bebidas azucaradas y cuya dieta además no es saludable o está llena de productos procesados, así como alimentos grasos.

Y eso no es todo, también se determina que si por la ingesta de esas bebidas los pequeños llegan a tener un peso mayor del recomendado para su edad y características físicas pueden sufrir otras nefastas consecuencias. En concreto, cabe la posibilidad de que padezcan problemas respiratorios, hipertensión, trastornos del sueño, baja autoestima…

En definitiva, la asociación entre las bebidas azucaradas y el asma ya había surgido en el pasado, pero solo de forma indirecta. De hecho, se afirmó que el azúcar conduce a la obesidad, que a su vez es responsable del asma. En cambio, este nuevo estudio del que os hemos hablado, establece un vínculo directo, lo que confirma que beber agua es la forma más segura y saludable de hidratarse y saciar la sed.