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Los niños que juegan en la naturaleza tienen un sistema inmunológico más fuerte

Un equipo de científicos en Finlandia ha comprobado como el sistema inmunológico de los niños aumentaba tras dejarlos jugar durante un mes en un entorno natural.

Recientemente os hablamos de cómo un estudio había revelado que criar niños en la naturaleza aumentaba su inteligencia y ahora, otro estudio ha revelado que aquellos niños que juegan en un entorno natural pueden llegar a tener un sistema inmunológico más fuerte.

Los niños que juegan en la naturaleza tienen un sistema inmunológico más fuerte

Cuando llega el frío, muchos son los padres que se centran en añadir a la alimentación de los niños, alimentos que tengan vitaminas como la vitamina C para aumentar sus defensas y con ello, evitar coger resfriados o ponerse malos ahora que estamos en plena pandemia y también se avecina la gripe, pero además de la alimentación, parece que jugar en plena naturaleza serviría a los niños para a tener un sistema inmunológico más fuerte.

Así lo indican los resultados de un estudio realizado por un grupo de investigadores de la Universidad de Helsinki que renovó las áreas de juego de cuatro jardines de infancia en Finlandia, utilizando plantas, flores y tierra y observando que el cambio tuvo un impacto positivo en la salud de los pequeños en tan solo un mes de observación. «Los niños que jugaban en los espacios más verdesexplicó el equipo – han mantenido una microbiota cutánea e intestinal más diversa, junto con otros signos de un sistema inmunológico mejor regulado».

Los datos del estudio, publicado en la revista Science Advances, indican que en el transcurso de 28 días, los niños que asistían a los jardines de infancia, cada uno de 3 a 5 años, pasaban un promedio de alrededor de 1,5 horas por día en los espacios renovados. De este modo tuvieron oportunidad todos los días, de jugar con las plantas que se habían plantado y trabajar con materiales naturales. Para cada niño, se realizó un seguimiento de la microbiota cutánea e intestinal antes y después del período de estudio y los datos se compararon con los de los niños de tres jardines de infancia que jugaban en patios sin elementos naturales y hasta tres centros donde los niños jugaban diariamente en espacios naturales.

Los investigadores observaron que los niños de las cuatro guarderías renovadas mantuvieron una alta diversidad de microbiota  durante todo el estudio. También se encontraron resultados similares en los niños de los tres centros donde se los sacaba regularmente a jugar en la naturaleza. Los niños que jugaban en los patios desnudos no mostraron ninguna mejora inmunológica, pero sí que mostraron en cambio una disminución de la microbiota cutánea e intestinal.

«Cuando vimos los resultados, nos sorprendió mucho porque los niños de los cuatro jardines de infancia tenían un sistema inmunológico más fuerte «, ha admitido Aki Sinkkonen, investigador ambiental de la Universidad de Helsinki y primer autor del estudio. «La exposición a un entorno natural rico en biodiversidad puede haber alterado su microbioma y aumentado varios biomarcadores de mecanismos de control esenciales. Esto sugiere  la posibilidad de nuevas prácticas para reducir la epidemia mundial de enfermedades inmunomediadas. Acciones relativamente simples, que pueden cambiar el entorno de vida de los niños que viven en comunidades urbanas».