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Niños y frío: 7 consejos para evitar que se enfermen

En los días de más fríos del invierno, es importante procurar que los niños duerman las horas suficientes, se llenen de vitaminas y no se enfríen para evitar así que se enfermen.

A pesar de que el invierno comenzó hace semanas, parece que es ahora cuando el frío más se está haciendo notar por lo que antes de que los niños acaben resfriados o enfermando de algo más grave, es mejor que tomemos ciertas precauciones que os resumimos a continuación, en estos siete consejos para evitar que los niños enfermen cuando hace mucho frío.

Niños y frío: 7 consejos para evitar que se enfermen

Con la ola de frío y las heladas que estamos sufriendo estos días, y cuyo riesgo sigue vigente en gran parte del país, debemos hacer un esfuerzo mayor a la hora de intentar evitar que los niños acaben enfermando, especialmente si son pequeños.

No nos olvidemos además de la pandemia y también de que debido a esta, en muchas escuelas este año se nota el frío mucho más que en años anteriores. El motivo no es otro que el que los niños estén haciendo clase con las ventanas abiertas para evitar así el riesgo de contagio por coronavirus, de modo que al margen de abrigar bien a nuestros hijos para que dentro de clase no tengan frío, debemos procurar otra serie de precauciones que harán que pasen este invierno sin que su salud se resienta.

El frío en sí no enferma, pero eso no significa que haga que podamos ser más propensos a resfriarnos de modo que en el caso de los niños, podemos aplicar estos sencillos consejos con los que evitaremos que enfermen este invierno.

Los niños deben dormir lo suficiente

Aunque te suene a algo absurdo, queremos considerar el hecho de dormir las horas suficientes, como la primera de las reglas para conseguir que los niños no se enfermen. ¿A qué se debe esto? Pues a algo tan sencillo a que la falta de sueño, especialmente si es crónica, conlleva una disminución de las defensas inmunitarias con lo que se sufre el riesgo de padecer un mayor número de enfermedades que además se acrecientan cuando hace frío y las defensas disminuyen todavía más. Procuremos entonces que los niños duerman una media de 8-9 e incluso diez horas al día.

La importancia de una buena alimentación

Es importante también que los niños no se salten el desayuno y asegurarse de que tengan tres comidas principales durante el día. Cada comida debe contener siempre carbohidratos, una fuente de proteínas, frutas y verduras. Y sería mejor tomar un gran desayuno, en el que no falten vitaminas que son esenciales durante el invierno tales como la vitamina C (presentes en los cítricos) que es clave para prevenir resfriados y dolencias estacionales, la vitamina D  (presente en huevos, la leche o pescados como la sardina) que es esencial para fortalecer el sistema inmunológico y proteger al cuerpo de infecciones y agentes externos o la vitamina E (que tenemos en los frutos secos y cereales) y que es importante para activar el sistema inmunológico frente a bacterias y virus.

Por otro lado, es importante también que procuremos que los niños no tomen alimentos que estén llenos de azúcar, pero también evitar que beban bebidas gaseosas: el azúcar ralentiza las funciones del sistema inmunológico.

Además, no hagamos que los niños lleguen con hambre a la hora de la comida (hasta el punto en que casi se sientan mareado), ya que esto es un fuerte signo de estrés para su cuerpo, por lo que además del desayuno por la mañana, es necesario que tomen algo a media mañana (ya sea un pequeño bocadillo o también una pieza de fruta y unos cuantos frutos secos).

Los niños deben hacer ejercicio con regularidad

Lo importante es moverse incluso si solo salimos a caminar todos los días con los niños: el ejercicio reactiva la circulación sanguínea y aumenta las defensas inmunológicas. No tenemos que hacer que los niños lo den todo de inmediato si no han practicado deporte durante mucho tiempo, porque su cuerpo lo percibirá como una señal de estrés que en realidad debilita el sistema inmunológico. Correr largas distancias también es estresante. Si se siente cansado, es mejor parar o practicar algo más «suave» como la caminata antes mencionada.

La importancia de lavarse las manos

Especialmente antes de comer. Y habrá que procurar enseñar a los niños que durante el día, no se toquen la nariz, la boca o los ojos con las manos sucias. Ya no es solo para evitar los virus que pueden hacer que los niños se resfríen en invierno. Recordemos que ahora más que nunca, es esencial que los pequeños se laven las manos cada vez que vuelvan a casa (no solo antes de comer) por el riesgo del coronavirus.

No hagamos que los niños estén estresados

Una vida llena de actividades, obligaciones y agitada hace que el estrés esté fuera de control. Y esto reduce las defensas inmunológicas de los niños, por lo que es mejor que estén relajados, con actividades que les gusten pero sin tener que llenarlos de tareas y que se tomen la vida con más tranquilidad. A fin de cuentas son niños y ya tendrán tiempo de pasar épocas de estrés cuando crezcan. Y en el caso de que tus hijos estén siempre ocupados, procura también que tengan sus momentos para relajarse y estar tranquilos.

Haz que los niños se diviertan

¿Reír y ser positivo? Una verdadera panacea para el sistema inmunológico. Procuremos que los niños pasen tiempo con las personas que quieren y que les  hacen reír. Y sobre todo, permitamos que el juego y la diversión sean parte esencial de sus vidas mientras son pequeños.

No dejemos que los niños se enfríen

Nuestras madres y abuelas tenían razón: un cuerpo bien calentado se enferma con menos facilidad; así que procuremos vestirlos de forma adecuada y siempre además haciendo que lleven guantes, bufanda y gorro para los días en los que el frío apriete.