Cómo predecir el sexo del bebé con la teoría del Nub
La teoría del Nub o teoría del tubérculo genital predice el sexo del bebé a partir de la observación del ángulo lumbrosaco y el ángulo cutáneo que forman los genitales del todavía feto.
Sin ningún tipo de excepción saber el sexo del bebé que se espera es algo que se puede averiguar de forma fehaciente a través de una ecografía que se suele realizar a partir del quinto mes, pero muchos padres y madres desean conocer si esperan un niño o una niña lo antes posible por lo que existen varios métodos que pueden servir para ello. Uno de los más acertados al respecto, ya que se establece también a partir de una ecografía, es la teoría del Nub o tubérculo genital que a continuación os explicamos qué es y cómo se realiza.
Cómo predecir el sexo del bebé con la teoría del Nub
La teoría del Nub o también conocida como teoría del tubérculo genital es quizás una de las pruebas o maneras de conocer el sexo del bebé que más se suelen mencionar a aquellas madres y padres que desean saber qué esperan cuando ni tan siquiera ha finalizado el primer trimestre.
Puede que existan infinidad de pruebas caseras o métodos tradicionales que sirvan para intentar acertar si dentro de la barriga de la futura mamá es un niño o una niña, pero esta es quizás una de las más recomendadas ya que básicamente consiste en intentar ver el sexo del bebé en las primeras ecografías.
No es hasta el segundo trimestre de embarazo cuando se desarrolla la morfología fetal hasta el punto de poder ver claramente si el bebé es niño o niña, pero gracias a la teoría del Nub es posible intentar averiguar el sexo del bebé mucho antes de llegar al quinto mes de embarazo.
Pero ¿qué es exactamente la teoría del Nub o del tubérculo genital? Gracias a esta prueba o mejor dicho observación, podemos comprobar que los genitales de un feto difieren a partir la undécima semana de gestación. En los niños, el pilar de los genitales apunta hacia arriba formando un ángulo de unos 30 °, en las niñas permanece casi paralelo a la columna. Al evaluar el ángulo lumbosacro y el ángulo cutáneo del tubérculo genital, un profesional en el campo puede definir temprano el sexo del feto. La Teoría Nub es, por tanto, es una teoría con base científica que permite identificar el sexo del feto a partir de la semana 12.
Fiabilidad
¿Es algo fiable o solo servirá si el profesional sabe distinguir bien el ángulo mencionado? Lo cierto es que las estadísticas dicen que con esta teoría hay un 75% de posibilidades de determinar el sexo correcto del nacimiento ya en la semana 12 y el 95% solo en la semana 13. El reconocimiento del sexo se realiza mediante la observación de los genitales externos que hasta la novena semana son iguales para ambos sexos pero de los que luego comienzan a diferenciarse gradual y completamente a la decimocuarta semana. Con la esperanza de que el bebé colabore asumiendo una posición que permita la observación, se tiene en cuenta el ángulo lumbosacro y el ángulo cutáneo evaluados en el plano medio sagital del feto y con ello se obtiene una respuesta que bien podría ser la acertada.
Teoría de Nub: cómo funciona
Según la Teoría Nub, el sexo del niño se entiende en función del ángulo que forma con los genitales externos: según el ángulo lumbosacro, el feto es varón cuando el ángulo formado es mayor o igual a 30 ° y femenino cuando el ángulo es inferior a 30 °. Según el ángulo cutáneo, el feto es masculino cuando el ángulo formado es mayor o igual a 40 ° y femenino cuando es menor de 40 °.
Para aplicar realmente la teoría de Nub al ultrasonido del bebé, se debe observar con un perfil claro para que la longitud de la columna sea visible horizontalmente. A partir de ahí, se debe buscar un bulto pequeño, donde están las piernas. Si la protuberancia del bebé tiene un ángulo de 30 grados más alto que la columna, esto indica que el bebé es un niño. Pero aquí surgen las primeras dudas: ¿Cómo se forma exactamente un ángulo de 30 ° en un ultrasonido?
El estudio científico
En un pequeño estudio de 1999, los investigadores analizaron los tubérculos de los bebés en 172 embarazos y determinaron si los ángulos eran mayores o menores de 30 grados. A las 11 semanas, había un 70% de precisión en la determinación del sexo, y a las 13 semanas ese número había aumentado a más del 98%. Se encontraron resultados similares en un estudio de 2006, con un tamaño de muestra superior a 656. Sin embargo, en un estudio más grande de 2012, la precisión fue mucho menor, aunque aumentó con el tiempo a medida que aumentaba la edad gestacional. Esto sugiere que esperar más para determinar el género conduce a resultados más precisos.
Entonces, para estar seguro al 100% del sexo de tu hijo, es mejor esperar la morfología o hacer un análisis de sangre especial. Solo así estarás seguro de si nacerá un niño o una niña y no tendrás sorpresas al nacer.
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