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Cómo ayudar a un niño que tiene dificultad para leer

Ayudar al niño que tiene dificultad para leer pasa por crear juegos, animar la lectura, apostar por los audiolibros y también conocer bien las causas para esa dificultad.

Aprender a leer es uno de los grandes logros de los niños durante su primera etapa escolar, pero en ocasiones puede que el niño presente ciertas dificultades que dependiendo de su gravedad, es posible que tengan que ver con algún tipo de trastorno del aprendizaje, algo que debe ser valorado siempre por un especialista. Sin embargo, si el niño o niña sencillamente tiene problema para pronunciar ciertas palabras o para leer cada vez más rápido, desde casa le podemos ayudar con algunas pautas que os vamos a ofrecer a continuación.

Cómo ayudar a un niño que tiene dificultad para leer

Antes de ver de qué modo puedes ayudar a tu hijo/a a leer, debemos hablar de la edad a la que es conveniente que los niños empiecen a leer. Esta puede variar en función de cada niño. De hecho se dan casos de niños o niñas que con cuatro años ya comienzan a leer, mientras que otros con siete todavía no lo hacen.

El hecho de que la edad pueda variar, hace que sea difícil entender si intervenir en la situación de nuestro hijo/a y cuándo hacerlo. Por un lado, de hecho, presionarlo para que comience a leer demasiado pronto podría causar problemas en lugar de prevenirlos; por el contrario, subestimar un problema durante mucho tiempo con la esperanza de que lo supere solo/a hará que sea más difícil corregir cualquier dificultad. Por lo tanto, lo mejor es hablar con la escuela, saber a partir de qué curso suelen comenzar a leer (que normalmente es algo que ya se hace en la etapa de preescolar cuando el niño tiene cinco años) y hablar con un especialista en el caso de que nos informen de alguna dificultad.

Por qué algunos niños tienen dificultades para leer

Varios pueden ser los problemas de alfabetización de los niños: problemas de audición, inmadurez física, exposición insuficiente al lenguaje durante los primeros años de vida, alteraciones emocionales , lecciones de clase ineficaces, horarios de lectura inadecuados o dislexia .

En el caso concreto de la dislexia, podemos identificar además algunos signos claros al margen de la dificultad para leer, como tener problemas para aprender a hablar y aprender los sonidos del alfabeto, recordar la secuencia del alfabeto y las palabras de las canciones, memorizar hechos, pronunciar palabras, aprender un idioma extranjero y deletrear. No debemos sin embargo desesperarnos ya que sea cuál sea el motivo por el que nuestro hijo/hija tiene dificultad para leer es importante mantener la calma y pensar que cualquier niño puede adquirir capacidad lectora si está debidamente capacitado en la escuela y además, tiene el apoyo y el estímulo suficientes en casa. Y, si se diagnostica temprano, casi todos los problemas de lectura se pueden corregir.

Dificultad para leer: el papel de los padres

Si crees que lo descrito anteriormente es tarea exclusiva (o casi) del colegio, lo cierto es que no es así, dado que el papel de los padres es importante ante todo porque para superar esta delicada fase es necesario practicar la lectura en casa. Y los padres conocen a sus hijos mejor que nadie, saben cuándo hacer cumplir la regla y cuándo ser flexibles en la lectura, especialmente al final de un largo día de escuela. El apoyo emocional y concreto que puedes brindarle a tu hijo/a también es fundamental : la lectura es de hecho el primer gran desafío escolar para él/ella, dado que inconscientemente tenderá a definirse como «inteligente» o «estúpido» dependiendo de la rapidez y habilidad con la que aprenda a leer.

Veamos entonces a continuación, cinco acciones que puedes realizar para apoyar a tu hijo/a en casa con la lectura:

Apoya a tu hijo/a en la escuela

Si sospechas que tu hijo/a tiene problemas con el habla o la lectura, habla con los maestros y pídeles consejo sobre cómo corregir el problema lo antes posible. Infórmate, siempre con espíritu de colaboración, sobre qué método de enseñanza de la lectura utilizan porque no todos son aptos, por ejemplo, para niños disléxicos. En el caso de que este sea el problema y que tengáis un diagnóstico médico de que el niño/a sufre dislexia, tenéis que informar en la escuela para que el niño/a pueda recibir clases de refuerzo o cualquier otro tipo de acción que permita seguir su educación sin problema.

Reduce la ansiedad y generar confianza

Los procesos de aprendizaje involucran un componente altamente emocional. Por eso es importante la relación con tu hijo/a, de  modo que pueda tener la motivación adecuada, y un enfoque positivo de la lectura para que la vea como algo divertido y no como algo aburrido. Por el contrario, la ansiedad es un gran enemigo, que puede bloquearlo frente a una página para leer. Por lo tanto, estar cerca de él mientras está leyendo puede ayudarlo a relajarse y dar lo mejor de sí mismo, aunque nunca debemos interrumpir al niño/a en el caso de que se atasque con una palabra, tan solo guiarlo para que pueda leer atentamente qué pone y pueda seguir adelante.

Es importante que comprenda que no le pasa nada y que para cada persona hay cosas que son más fáciles y otras menos: quizás ahora no será tan buen lector como sus compañeros o hermanos, pero sobresale en otras cosas y al final, sin embargo, estás seguro de que él/ella también aprenderá a leer bien.

Utiliza la lectura oral guiada

La capacidad de reconocer y comprender palabras con una sola mirada es esencial para convertirse en un lector experto. Aunque algunos niños pueden aprender a leer una palabra después de verla tres o cuatro veces, es posible que tu hijo/a necesite muchas más veces antes de que pueda identificarla sin esfuerzo. Para ayudar en este reconocimiento automático, practica junto con la lectura oral guiada : pídele con la mayor frecuencia posible que te lea un poema corto o un párrafo en voz alta varias veces y mientras lee corrige sus errores. Si se pierde en lo que está leyendo, podemos proporcionarle una regla para que se mantenga debajo de la línea que está leyendo.

Haz que escuche historias

Tanto para ampliar su vocabulario como para mantener vivo el placer de la lectura en esta difícil fase, es importante seguir leyéndole en voz alta  historias fascinantes que le gusten. La tecnología también nos puede ayudar ya que podemos recurrir a podcasts infantiles o audiolibros para niños. Cuantas más palabras escuche, más fácil aprenderá a leer.

Juega para «darle vida» al libro

Si tu hijo/a se aburre en la lectura, proponle un juego para «animarlo» cambiando algunas palabras: es una forma de divertirse con creatividad y un poco de espíritu de rebeldía contra un libro que quizás no sea demasiado emocionante para él/ella. Toma el libro y con un lápiz (evite los libros de otras personas o de la biblioteca ) tacha algunas palabras, reemplazándolas por otras más interesantes; luego pídele a tu hijo que cambie la siguiente oración y así sucesivamente.