Bebés

Mi bebé ha vomitado, ¿qué hago?

Los padres, especialmente los que son primerizos, temen especialmente no estar preparados para actuar en caso de que su hijo se ponga enfermo. Y es que creen que quizás no actuarán como es debido o no harán lo que es oportuno porque se pondrán muy nerviosos y posiblemente se puedan quedar bloqueados.

No obstante, en la mayoría de los casos son miedos infundados porque cuando llegue el momento y vean a su pequeño malito, seguro que reaccionan como es debido. No obstante, la mejor manera para conseguirlo es estar convenientemente informado de qué se debe hacer en cada caso. Y es precisamente por eso por lo que ahora vamos a dar unas pautas en cuánto a qué se debe acometer cuando el bebé vomita:

1-¿Es vómito realmente o no?

Lo primero que un padre o una madre deben tener claro es si realmente su hijo ha vomitado o no. Con esto nos referimos al hecho de que, en ocasiones, se puede confundir el vómito con lo que es un simple reflujo después de comer, que es muy habitual en los bebés. Por eso, hay que comprobar qué es realmente lo que ha sucedido para así saber qué pasos dar a continuación.

Y es que si simplemente es un reflujo no hay que alarmarse en absoluto, es algo normal durante sus primeros meses de vida y eso no entraña ningún tipo de peligro.

2-¿Cuál puede ser la causa?

Si después de analizar lo sucedido se tiene claro que sí es vómito, hay que pensar qué es lo que se lo ha podido provocar. En ese caso, hay que ver si presenta síntomas concretos, como puede ser dolor de tripa o cuadros de diarrea, y se debe analizar qué ha tomado en las últimas horas o si ha hecho algo diferente a lo normal.

Partiendo de todo se puede llegar a distintas conclusiones, como por ejemplo las siguientes:

3-Calma

Una de las cosas más importantes que deben tener en cuenta los padres cuando su hijo ha vomitado es, además de llevar a cabo las dos acciones anteriores, mantener la calma. Primero, porque si están nerviosos eso se transmitirá al bebé, que podrá ponerse aún más inquieto y lloroso si cabe. Segundo, porque es la manera de que se pueda actuar convenientemente.

4-Nada de medicamentos

Si ya está mal que los adultos, en muchas ocasiones, nos automediquemos, más aún que eso se haga con los niños. Por eso, aunque las personas del entorno aconsejen darle un fármaco al pequeño para aliviar la situación que está viviendo, nada de eso. En ese sentido, no hay que hacerles caso porque hacer que tome un medicamento porque sí puede traer consigo que se le provoque un daño mayor.

5-Acudir al pediatra

Ni que decir tiene que cuando no se trata de un simple reflujo, lo mejor que se puede hacer es llevar el niño a la consulta del pediatra para que este pueda reconocerlo y pueda determinar qué es lo que le ha provocado el vómito. En ese caso, puede afirmar desde que está sufriendo un catarro hasta que sufre un cólico pasando porque presenta cierta intolerancia a la lactosa, por ejemplo.

El médico le estudiará a fondo y una vez que realice un diagnóstico certero, será el encargado de establecerle el tratamiento más oportuno, el que permitirá que se recupere y vuelva a tener un salud estupenda.

Otras recomendaciones

Además de las pautas que hemos dado al respecto, es importante que los padres sepan que hay una serie de situaciones en las que un vómito requiere que, de manera urgente, se lleve al niño al hospital más cercano. En concreto, es imprescindible que sea trasladado rápidamente al centro sanitario cuando presente estos otros síntomas:

Quienes vean que sus hijos presentan estos síntomas u otros de corte similar, lo mejor es acudir a urgencias para que los doctores puedan ver qué les pasa a los pequeños, qué les está causando ese estado y así puedan plantear cuanto antes el tratamiento más adecuado.