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EL CUADERNO DE PEDRO PAN

Un ‘Tríptico’ con diez voces debutantes y Marga Cloquell en el top

Arranca la 38 Temporada de Ópera del Teatre Principal de Palma con la representación íntegra de 'Il Trittico' de Puccini 

Haciéndole un hueco al refranero en este cuaderno, más vale tarde que nunca, toca hablar del inicio de la 38 Temporada de Ópera del Teatre Principal de Palma, que por cierto no ha sido cualquier cosa sino todo lo contrario: la representación íntegra de Il Trittico como lo ideó Giacomo Puccini cuando el estreno en Nueva York el año 1918.  

Ocurría los días 24 y 26 de noviembre, y además de ser la primera vez que se representaba íntegra en Palma, también coincidían una serie de apuestas singulares en esta producción del propio teatro, siendo entre ellas la más destacada el hecho de contar con diez voces debutantes en este ciclo. De las diez, solamente una mallorquina, la soprano Catina Bibiloni. Téngase en cuenta que la ficha artística de Il Trittico contempla otras once voces de la cantera local, convirtiéndose esta producción en todo un referente.

Tal vez se pregunten a qué vienen tantas voces sumando las internacionales y la respuesta es bien sencilla: nos encontramos ante una obra coral que se desglosa en tres historias diferentes, aunque estilísticamente conectadas. Es interesante el hecho de que tratándose de voces, en la mayoría de los casos obligando a desdoblarse en distintos personajes, el trabajo en común se vea reflejado en una estrecha conexión, consecuencia de las complicidades.

La imagen del saludo de todo el elenco en la despedida es la de un equipo artístico muy bien avenido. Las caras de felicidad lo atestiguaban. 

Complicidad, por cierto, gratamente explosiva en Gianni Schicchi, cuyo protagonista, el debutante barítono italiano Mario Cassi, borda su papel de manera magistral, y antes visto en la piel de Michele (Il Tabarro). Su compatriota, la también debutante soprano Greta Lirussi encarna el papel de Lauretta en quien Puccini confió el encargo de O mio babbino caro.

Si hablamos de los tres papeles femeninos principales, ya hemos citado a la italiana Greta Lirussi encarnando a Lauretta en Gianni Schicchi. Los otros dos venía a interpretarlos la misma soprano, la mallorquina Marga Cloquell muy aplaudida como suor Angelica y no tanto como Giorgetta (Il Tabarro) y en absoluto por falta de méritos, más bien por lo anodino de esta primera parte. En cualquier caso, bien por apostar fuerte con voces mallorquinas.

Poco más del siglo después de su estreno absoluto, la musicología entiende que estamos ante el apogeo de Giacomo Puccini en su incesante búsqueda de soluciones originales presentando cada una de las tres obras una serie de características contrastadas: Il Tabarro –inicialmente juzgada inferior- es trágica y verista; Suor Angelica –la preferida de Puccini- elegíaca y lírica; Gianni Schicchi –que alcanzó popularidad rápidamente- la farsa cómica por excelencia. Recogiendo las palabras de Kurt Pahlen, coinciden en este tríptico «el compositor genial de las pequeñas cosas, como se veía a sí mismo, y el creador de inolvidables personajes femeninos».

A propósito de la capacidad de Puccini para perfilar tan certeramente a sus personajes femeninos, en esta suerte de trilogía  se cuelan dos momentos culminantes concretados en ‘Oh Madonna, sálvame, oye la súplica de una madre’ (Suor Angelica) y la arietta ‘O mio babbino caro'(Gianni Schicchi), que además ponen a prueba  la sutileza interpretativa de las capacidades de una soprano dramática y de una soprano cómica. En la representación que se escenificaba en el Principal de Palma, el encargo-regalo se encomendaba a la mallorquina Marga Cloquell (Suor Angelica) y a la italiana Greta Lirussi (Gianni Schicchi) que ya he apuntado debutaba en la Temporada.

Una de las ventajas de ver representado íntegramente Il Trittico es poder comprobar, de nuevo en palabras de Pahlen, que «es una unidad que bien representada cumple perfectamente su función». Un valor añadido es que hablamos de una producción del propio Teatre Principal, que ha confiado la dirección musical a la debutante noruega Anna Hartmann que despunta ya con fuerza en la Filarmónica Ártica.

También ha de subrayarse el trabajo excelente de Rafel Duran en la dirección de escena y como escenógrafo el también mallorquín Rafel Lladó, a pesar de pequeños matices que parecen responder al capricho totalmente gratuito, como sin ir más lejos ese paseo sadomasoquista  que se ve en Il Tabatrro, en efecto la parte floja de este tríptico. El resto del trabajo de ambos francamente bien.

Otro debutante, en este caso en la iluminación, el extremeño David Picazo en mi opinión cometió el error de dejar que en Suor Angelica se colase la sombra del apaño de grúa portuaria que sobresale como el eje central de la escenografía en Il Tabarro. ¿Qué pintaba su sombra en un convento?

En resumen, Marga Cloquell situándose en el top y próxima a consagrarse, durante una representación plagada de excelentes debutantes.