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El menorquín Torito pasa a la final de ‘MasterChef Celebrity 10’

El showman y presentador se ha clasificado para la gran final del reality de cocina

Recibió la visita de su marido Raúl y de su hijo Nathan

Torito lo ha conseguido. El showman y presentador menorquín se ha clasificado este lunes para la gran final de MasterChef Celebrity 10 y lo ha hecho con la sorpresa de recibir la visita de su marido Raúl y de su hijo Nathan.

El plató del programa ardía de emoción. Los cinco finalistas llegaron dispuestos a darlo todo. La tensión era máxima y Torito comenzó la gala 11 agradecido de haber llegado hasta allí y prometiendo no llorar. «A los que nos gusta la tele, trabajar en la sagrada familia del entretenimiento es oro bendito», afirmó refiriéndose al exitoso formato gastronómico que en su semifinal obtuvo una audiencia de 705.000 espectadores de media con un 14,5 de cuota de pantalla.

La emoción lo desbordó al escuchar la voz de su hijo diciéndole: «Estoy súper orgulloso de ti y ya sabes que, pase lo que pase, para nosotros ya eres el ganador». No pudo contener ese brillo chispeante en los ojos, que se acrecentó cuando su marido le dijo que, a pesar de llevar más de 20 años juntos, le seguía sorprendiendo su capacidad de superación.

Torito aseguró que  ha tenido la suerte de «encontrar a una persona que ha sido mi compañero de vida; los dos teníamos claro que queríamos montar una familia y tuvimos la suerte de que naciera Nathan». Muy feliz aseguró que «los sueños se cumplen», aunque le haya costado más de diez años ser padre.

La semifinal contó con la visita de Victoria Federica de Marichalar, hija de la infanta Elena.

La primera prueba, inspirada en la cocina francesa del chef con una estrella Michelin José Manuel Miguel, fue un desafío de precisión y sensibilidad.

Torito cocinó acompañado de Raúl, su marido, demostrando la buena química que fluye entre ambos. Entre risas y complicidad, el comunicador mostró una faceta distinta: menos televisiva, más personal. Contó que su marido no había estado con un hombre antes de conocerlo. «No fue fácil, estuvimos como un mes hablando y lo convencí para que cayera en mi camino», contó.

Torito recibiendo la visita de su marido y su hijo Nathan.

La sorpresa mayúscula para el concursante de Baleares llegó cuando su hijo entró en el plató vestido como una réplica de él. Justo antes había confesado que el pequeño estaba en Menorca con sus primos y que lo que peor llevaba es estar separado de él. «Yo igual sigo los pasos de mi padre o igual soy científico», dijo el pequeño.

La valoración de los jueces fue más que positiva, ya que rozó la excelencia.

El reto continuó en Casa Marcial, el templo gastronómico del chef Nacho Manzano, en Arriondas (Asturias). Allí, los concursantes se enfrentaron a un menú que mezclaba la vanguardia con el alma asturiana. Mariló Montero logró el pase directo a la final en primer lugar y Torito fue el segundo elegido por el jurado. Los dos se abrazaron emocionados. Ya estaba conseguido y eso, además de una desbordante alegría, suponía una gran tranquilidad.

La última prueba fue un postre de la chef Mar Ibáñez, también con estrella Michelin, con coliflor como ingrediente principal. Era un momento clave para determinar quién quedaría fuera. Las espadas estaban en alto y nervios a prueba de todo porque la ejecución del postre requería de una precisión quirúrgica. Parada volvió a caer en la angustia del exceso de responsabilidad y, finalmente, fue el expulsado.

De este modo, Torito se medirá con Mariló, Juanjo y Miguel en la batalla final el próximo lunes.