Manuel Aguilera: «Los muertos en Mallorca por las bombas republicanas se han ocultado, yo daré la lista»
"Era muy extraño que en Mallorca no supiéramos cómo se llamaban las víctimas de los bombardeos republicanos"
"En la historia, Mallorca fue el primer lugar en el que se bombardeó de forma sistemática a la población civil"
"Las víctimas de los bombardeos republicanos han sido ignoradas por las instituciones y también por la historiografía"
"En Palma cayeron bombas en la Almudaina, Puerta de Sant Antoni, Gerreria, Santa Catalina, Plaza Mayor, Son Espanyolet..."
En ocasiones la historia no se cuenta de forma correcta o bien por desconocimiento, falta de medios para investigarla o incluso por motivos ideológicos. Uno de los casos más sangrantes es el de los bombardeos del bando republicano sobre Mallorca que causaron decenas de muertos y heridos, un hecho que de forma sorprendente tanto las instituciones como los propios historiadores han ocultado. Ahora el periodista e historiador Manuel Aguilera (Palma, 1978) pone fin al silencio que siempre ha existido sobre una parte de la Guerra Civil en Mallorca y, fruto de una intensa investigación, en breve publicará un libro en el que ofrecerá la lista de las víctimas de las bombas del bando republicano en Mallorca.
En esta entrevista, Manuel Aguilera lamenta que las víctimas de los bombardeos en Mallorca hayan sido ignoradas sistemáticamente por los políticos y la historiografía cuando en Menorca e Ibiza la lista de fallecidos se publicó hace más de 20 años. «Era muy extraño que en Mallorca no supiéramos cómo se llamaban las víctimas de los bombardeos republicanos. Y lo que he hecho es investigar esto, que era lo que faltaba por hacer», afirma Aguilera. También señala que en la historia, Mallorca fue el primer lugar en el que se bombardeó de forma sistemática a la población civil.
Manuel Aguilera es periodista y doctor en Historia por la Universidad CEU San Pablo de Madrid. Como historiador se ha centrado en investigar la Guerra Civil en Mallorca. También es profesor de periodismo en el Centro de Enseñanza Superior Alberta Giménez (CESAG).
La próxima aparición del libro de Manuel Aguilera coincide con el reciente anuncio de la presidenta balear, Marga Prohens, de rendir un homenaje a las víctimas civiles de los bombardeos republicanos.
PREGUNTA.- Usted es un gran divulgador de la historia de la Guerra Civil en en Balears pero, sobre todo, un investigador y pronto publicará un nuevo libro. ¿Qué cuenta en la nueva publicación?
RESPUESTA.-Pues en este libro cuento una cosa que no se habían querido contar hasta ahora, que es la historia de las víctimas de los bombardeos de Mallorca. La gran mayoría de víctimas fueron causadas por los bombardeos del bando republicano. Es verdad que hubo un bombardeo italiano en Artà y las víctimas de este sí que se han querido recordar. Sin embargo, las víctimas de los bombardeos republicanos, sobre todo en Palma, se han ignorado completamente. Han sido ignoradas por las instituciones y también por la historiografía.
P.-¿Qué título tendrá el nuevo libro?
R.-Bueno, todavía lo estoy pensando, pero seguramente será Mallorca en llamas. Las víctimas de los primeros bombardeos sobre civiles de la historia. Porque Mallorca fue el primer lugar donde se bombardeó de manera sistemática a la población civil con el objetivo de conseguir una rendición sin llegar a un combate tradicional con otras fuerzas de infantería o de artillería.
P.-¿En qué fecha empezaron estos bombardeos?
R.-Se produjeron desde el principio de la Guerra Civil. El primer bombardeo registrado es el 21 de julio del 1936, sólo tres días después del golpe de Estado y las primeras víctimas se producen el 24 de julio del 36 en Inca. Fueron tres payeses que no tenían nada que ver con la guerra, fueron víctimas civiles. Y luego las primeras víctimas en Palma se producen el 28 de julio, es decir, diez días después del golpe de Estado.
P.-¿Hubo muchas víctimas en Palma?
R.-Yo he contabilizado unas 100 en Mallorca y más de la mitad se producen en Palma, que era donde estaban los cuarteles.
P.-Después creo que hubo, por lo que he leído en sus artículos, un bombardeo importante el 23 y 24 de mayo de 1937.
R.-Sí, el bombardeo con más víctimas se produce en Palma el 24 de mayo del 37, en el que yo he contado 20 víctimas mortales y alrededor de 50 heridos. Ese bombardeo fue muy grave. Primero porque a la población no se le avisó a tiempo para poder bajar a los refugios antiaéreos. Y esto se produjo porque la aviación republicana quiso llegar planeando para no hacer ruido y las sirenas no sonaron a tiempo. Entonces cogió a la gente yendo hacia los refugios. Murió mucha gente, sobre todo mujeres y niños.
P.-¿Qué zonas de Palma fueron las más castigadas por las bombas?
R.-Una de las zonas más afectadas fue el puerto. Se intentaba machacar a los barcos que estaban en el puerto. También muy afectada la zona de la Almudaina, porque era la Comandancia General, pero luego se castigaron otros barrios, en algunos había cuarteles pero en otros, no. Por ejemplo, el barrio de Sa Gerreria se castigó mucho porque estaba el cuartel de Avenidas aunque es curioso que no cayó ninguna bomba en este recinto. Luego se machacaron mucho los barrios de Santa Catalina, Son Espanyolet y Son Cotoner, quizá porque eran los barrios de retorno de los aviones hacia Barcelona. Entonces, como les quedaba todavía carga, les quedaban bombas, las lanzaron en esos barrios en los que no había ningún cuartel.
P.-Y después, otro bombardeo importante el 7 de octubre del 37.
R.-Sí, pero hubo algunos más importantes. Por ejemplo, el 31 de mayo, también del 37, el 7 de octubre y el 7 de diciembre del 37. Todos estos son bombardeos masivos con muchos aviones,. Eran bombarderos modernos. Estamos hablando de bombardeos franceses Potez y bombarderos rusos Katiuska, que eran de los mejores de la época y podían transportar bombas de entre 100 y 250 kilos. Y cayeron bombas en lugares tan sensibles, por ejemplo, como el Instituto Ramon Llull o en la zona de la Puerta de San Antonio. Eran zonas llenas de civiles. También cayeron bombas en barrios obreros como Son Espanyolet o Santa Catalina, que eran barrios de tradicional voto de izquierdas. Y también ocurrieron algunos milagros como bombas de bastante peso que no llegaron a explotar, por ejemplo, en el colegio La Salle, que en aquel momento estaba en la calle Concepción.
P.-También se castigó el centro de Palma.
R.-La Plaza Mayor fue muy castigada y era una zona sin cuarteles, sólo había tiendas, sobre todo de ropa, de alpargatería, de calzado… Había gente que se dedicaba al pequeño comercio y tanto mujeres como hombres y murieron muchos niños.
P.-¿En el nuevo libro figura una relación de las víctimas?
R.-Sí.
P.-De esta forma en su libro aparecerá la primera relación de víctimas de los bombardeos republicanos. ¿Por qué no han explicado los historiadores todo esto que está contando?
R.-Pues es raro, porque la lista de las víctimas de los bombardeos de Menorca y de Ibiza se publicó hace más de 20 años y la de las víctimas de Mallorca no se ha publicado nunca porque a nadie le ha interesado. Las instituciones que eran más de izquierdas hacían la memoria democrática y no querían tratar sobre estas víctimas ni reconocerlas.
P.-¿Y los historiadores?
R-.A los historiadores por equis motivos, sobre todo porque muchos también simpatizan con la izquierda, no les interesan estas víctimas, sino otras. Y yo vi ahí una laguna muy extraña. Era muy extraño que en Mallorca no supiéramos cómo se llamaban las víctimas de los bombardeos republicanos. Y lo que he hecho es investigar esto, que era lo que faltaba por hacer.
P.-¿Y qué tipo de fuentes ha utilizado?
R.-He utilizado fundamentalmente los registros civiles y los libros de difuntos de las parroquias. En esos libros, en muchos casos, aparece la causa de la muerte, y cuando ponía por bombardeo aéreo o por bomba de aviación, yo lo registraba y contrastaba con los partes de guerra o con la prensa local de la época, que sí informaba de los bombardeos pero no siempre daba los nombres de las víctimas. También he utilizado testimonios orales recogidos hace años por investigadores locales y, en algunos casos, por familiares que me han contado sus historias personales. Todo esto ha permitido reconstruir una lista muy completa y, sobre todo, dar nombres y apellidos a esas personas que hasta ahora eran solo números.
P.-¿Ha encontrado algún caso especialmente significativo o que le haya impactado más?
R.-Sí, hay varios. Uno que me impresionó mucho fue el de una familia entera que murió en una calle de Palma. Eran padre, madre y tres hijos pequeños que estaban saliendo de casa cuando cayó una bomba. También hay casos de niños que estaban jugando en la calle o mujeres que estaban haciendo cola en la panadería. En el bombardeo del 24 de mayo, por ejemplo, murieron muchas personas que simplemente iban hacia los refugios o intentaban ayudar a otros.
P.-¿Y cómo ha sido el proceso de documentar todo esto? ¿Ha tenido facilidades o se ha encontrado con obstáculos?
R.-Ha sido un proceso largo y con bastantes dificultades. Algunos archivos parroquiales no estaban bien conservados, y en otros no querían dar acceso fácilmente, sobre todo cuando se trataba de documentos que podían tocar temas considerados sensibles. También hay registros civiles con páginas deterioradas o datos incompletos. Pero con paciencia, comparando fuentes y cruzando información, se puede llegar a reconstruir casi todo. A veces, incluso encontré contradicciones entre lo que decían los registros civiles y los eclesiásticos, lo que me obligó a revisar varias veces los datos.
P.-¿Ha podido determinar de dónde salían los aviones que bombardearon Mallorca?
R.-Sí, la mayoría salían desde Barcelona, concretamente desde el aeródromo del Prat y, en algunos casos, desde otros aeródromos de Cataluña. Eran aviones republicanos pilotados por aviadores españoles, pero también por extranjeros, sobre todo soviéticos y franceses, que apoyaban a la República. Los primeros bombardeos fueron más improvisados, con pocos aviones y poca precisión, pero a medida que avanzó la guerra se fueron perfeccionando las técnicas y los ataques se volvieron mucho más sistemáticos y letales.
P.-¿Los refugios antiaéreos ya existían o se empezaron a construir a raíz de esos ataques?
R.-Se empezaron a construir cuando los bombardeos ya habían comenzado. Al principio, la gente se refugiaba en sótanos, en iglesias o incluso en las cuevas naturales que había por la zona. Luego, las autoridades empezaron a construir refugios antiaéreos más formales, sobre todo en Palma. Algunos todavía existen y se pueden visitar, aunque muchos están cerrados o abandonados. Aun así, en los primeros meses la mayoría de la población estaba completamente desprotegida.
P.-¿Hubo algún tipo de respuesta militar o defensa aérea en Mallorca?
R.-Sí, pero muy limitada. En Mallorca había algunas baterías antiaéreas italianas, porque los italianos estaban apoyando al bando sublevado, pero eran pocos efectivos y con tecnología de la época, que no era muy precisa. Se intentaba defender sobre todo el puerto y la zona militar, pero era difícil. De hecho, muchos de los bombardeos republicanos se hacían por la noche o en días nublados para evitar ser detectados.
P.-¿En qué momento cesaron los bombardeos sobre Mallorca?
R.-El último bombardeo registrado fue el 30 de mayo de 1938. A partir de entonces, ya no hubo más ataques porque la República estaba en plena retirada y la guerra prácticamente decidida. En total, he documentado unos 60 bombardeos sobre Mallorca entre 1936 y 1939, con un centenar de muertos y varios centenares de heridos.
P.-¿Y cómo cree que se debería recordar hoy a esas víctimas?
R.-Creo que simplemente reconociéndolas. No se trata de reabrir heridas ni de hacer una guerra de memorias, sino de reconocer que esas personas también sufrieron. No eran culpables de nada, y merecen tener su nombre en la historia igual que las demás víctimas del conflicto. En algunos pueblos, como Inca o Manacor, ya se han hecho pequeños homenajes, pero en Palma todavía no hay una placa ni un memorial que recuerde a los civiles muertos por los bombardeos. Me gustaría que este libro sirviera para impulsar ese reconocimiento.
P.-Usted hablaba antes de los bombardeos republicanos, pero también ha mencionado que hubo uno italiano en Artà. ¿Qué ocurrió exactamente allí?
R.-Sí, fue un caso muy singular. En agosto de 1936 un avión italiano que se dirigía hacia la Península soltó accidentalmente la carga de bombas sobre Artà. Cayeron sobre el casco urbano y murieron varias personas, entre ellas, niños. Este hecho sí se recordó durante muchos años porque las autoridades franquistas lo utilizaron como símbolo del sacrificio, aunque paradójicamente había sido un error cometido por sus propios aliados. En cambio, los bombardeos republicanos, que fueron mucho más numerosos y con más víctimas, se silenciaron después de la guerra por motivos políticos y, más tarde, también por razones ideológicas.
P.-¿Ha encontrado resistencia o críticas por investigar este tema?
R.-Al principio sí, porque todavía hay quien piensa que hablar de las víctimas de un bando u otro es tomar partido. Pero lo que yo he hecho no es juzgar ni reescribir la historia, sino completarla. Si decimos que queremos una memoria completa y democrática, eso incluye a todas las víctimas, no solo a unas. Y la investigación se apoya exclusivamente en documentos, no en opiniones. Es más, muchos de los familiares que me han ayudado ni siquiera tenían una posición política, solo querían saber qué pasó con sus abuelos o bisabuelos.
P.-¿Cree que su libro puede cambiar la manera en que se entiende la historia de la Guerra Civil en Mallorca?
R.-Espero que sí, o al menos que la amplíe. Durante mucho tiempo, la historia de la guerra en Mallorca se ha contado desde una sola perspectiva, centrada en la represión franquista y en los fusilamientos, que por supuesto existieron y hay que conocerlos. Pero eso no puede hacernos olvidar que también hubo sufrimiento en el otro lado. La historia es más compleja, y cuando se cuentan todos los hechos, sin excluir a nadie, se entiende mejor lo que realmente ocurrió.
P.-¿Tiene previsto presentar el libro pronto?
R.-Sí, la idea es presentarlo en los próximos meses, seguramente en Palma y luego en varios municipios donde hubo víctimas. Me gustaría que cada pueblo pudiera conocer los nombres de sus vecinos que murieron en aquellos bombardeos. Creo que será un acto de justicia simbólica para ellos. Lo presentaré el año que viene, coincidiendo con el 90 aniversario de los hechos, tanto del inicio de la guerra como de los bombardeos de Mallorca.
P.-¿Podría adelantar algún ejemplo de cómo aparecen las víctimas en el libro?
R.-Sí, he intentado que sea lo más humano posible. Cada víctima aparece con su nombre completo, edad, profesión, dirección donde murió y la fecha del bombardeo. En algunos casos, si he podido, añado una pequeña nota biográfica o una anécdota contada por familiares.
P.-¿Y no resulta sorprendente que una asociación subvencionada como Memoria de Mallorca no tenga noticias de las víctimas de un bando?
R.-Bueno, porque ellos se han dedicado a reconocer a las víctimas del bando que no se reconoció durante la dictadura. Y eso lo entiendo: había una prioridad. Pero creo que no estaría mal reconocer también a las otras víctimas. No solo murieron por sus ideas en un bando, murieron en los dos. Hay que ampliar el plano y reconocer a todos los que murieron de manera injusta.
P.- Cambiando de tema, ¿cree que en los colegios se explica bien la Guerra Civil en Mallorca?
R.-Depende del profesor. Algunos lo hacen bien, otros no, y otros nada. Debería homogeneizarse y contarse todo, porque si sólo se cuenta la mitad, se entiende mal.
P.-Cuando hablábamos de los bombardeos sobre Palma, ha mencionado los refugios. ¿La población ya preveía los bombardeos?
R.-No. Al principio no estaba preparada. No había refugios, ni baterías antiaéreas, ni barcos de guerra. La aviación republicana lo tenía fácil. Luego se creó la Defensa Pasiva, que habilitó sótanos y construyó 130 refugios en Palma, algunos grandes como el del Instituto Ramon Llull (para mil personas) o el de Es Baluard (para 250).
P.-¿Serías partidario de rehabilitar algunos como centro de memoria?
R.-Exacto. Se podrían rehabilitar para visitas, por ejemplo el de Es Baluard o el del Consell de Mallorca, muy céntrico, o el del Instituto Ramon Llull.
P.-¿Y qué nuevos episodios estás investigando ahora?
R.-Datos biográficos de las víctimas para contar historias humanas y una recopilación de historias de ambos bandos: asesinados, huidos, sobrevivientes…
P.-Recientemente IB3· ha emitido la serie Norats.
R.-Els Norats fueron dos socialistas que, ante la represión en la Mallorca golpista, se escaparon a las montañas y resistieron escondidos más de diez años. Es una historia curiosa, porque incluso los historiadores de izquierdas se preguntan por qué no salieron después del 43, cuando la represión bajó mucho. Luego se supo que habían cometido un asesinato, el de un joven de 17 años, y eso explicaría por qué nunca regresaron.
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