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ENTREVISTA AL ENTRENADOR DEL MALLORCA

Javier Aguirre: «Mi mejor aportación como jugador en España fue dejarle mi dorsal a Robinson»

Vuelve a LaLiga uno de sus entrenadores más carismáticos, con 385 partidos en Primera a las espaldas

Llegó a España tras el Mundial de México 86, pero no duró ni dos meses: se lesionó en una jugada con Ablanedo

"Sabía que no llegaba a esa pelota, pero pensé: que la gente vea que ese mexicano es flojito, pero al menos tiene pantalones"

Aguirre y la crisis del Barcelona: «En 20 años aquí nunca había visto nada parecido»

Con 385 partidos a las espaldas en Primera División LaLiga recupera a uno de sus entrenadores clásicos. Javier Aguirre visita el Camp Nou con el Mallorca este domingo, pero antes repasa para OKDIARIO una carrera deportiva que supera ya los 40 años. «Cuando llegué a Osasuna no tardé en darme cuenta que no tenía calidad para jugar en España. Me comparaban con Hugo Sánchez, y esa comparación era imposible de soportar».

Pregunta.- Su primera aparición como futbolista en el plano internacional se produjo en el Mundial de México 86. Han pasado 36 años ya. ¿Lo sigue teniendo fresco?

Respuesta.- Cómo no. Por supuesto. Estábamos muy bien dirigidos por Bora Milutinovic y teníamos una selección con mucha personalidad. Casi todos jugábamos en México con la excepción por supuesto de Hugo Sánchez, que estaba en la cumbre de su carrera. Quizás no éramos los mejores futbolistas del país pero sí que éramos líderes en nuestros equipos y eso nos ayudó a soportar la presión de jugar en casa. Y la verdad es que nos salió bien.

P.-De aquel México siempre quedará el espectacular gol de Negrete en octavos de final ante Bulgaria…

R.- Fue un golazo. Antes de comenzar aquel partido le pregunté qué cuál era su objetivo para después del Mundial y me dijo que quería irse a Europa. “Entonces ya sabes lo que tienes que hacer hoy”, le respondí. Luego en el vestuario le di una colleja cariñosa y le felicité. Se fue al Sporting de Lisboa y luego estuvo medio año en el Sporting de Gijón. Regresó pronto a México, pero por lo menos cumplió su sueño.

P.- México cayó en cuartos de final ante Alemania por penaltys en un partido en el que además usted fue expulsado. Ese sí es un recuerdo doloroso, ¿verdad?

R.- Muy doloroso. Fíjese que por diferentes circunstancias no había en el campo en el momento de la tanda casi ninguno de los lanzadores habituales, sólo Negrete. Schumacher nos paró dos penaltys seguidos y nos mandó a casa. Fue una lástima, pero conseguimos que todo el país se sintiera orgulloso de nosotros.

P.- ¿Cuál era su posición en aquella selección?

R.- Jugábamos con cinco volantes. Por un lado jugaba el padre del Chicharito y por el otro entraba yo, aunque tenía poco de extremo. En esa posición ya me había puesto en Estados Unidos Rinus Michels. Yo no era un futbolista muy técnico, pero sí que tenía un buen timing para llegar al área.

P.- Al final fue campeona Argentina. Una Argentina que, analizando la calidad individual de sus futbolistas, salvo Maradona por supuesto, no parecía que pudiera tener entidad suficiente para ganar el Mundial…

R.- Recuerdo que en la fase de preparación jugaron tres veces contra nosotros y no pudieron ganarnos, sólo nos empataron. Bilardo sorprendió a todos con una línea de cinco atrás. Es cierto que a nivel individual no destacaron demasiado más allá por supuesto de Maradona y quizás de Valdano, pero como equipo eran muy, muy sólidos.

P.- Acabó el Mundial y se vino usted a España, a jugar a Osasuna. ¿Recuerda contra quién debutó?

R.- Sí, contra el Mallorca en El Sadar.

P.- Me llama la atención que nunca lo haya mencionado en ninguna rueda de prensa…

R.- Porque jamás me lo preguntaron.

P.- Su carrera en España como futbolista fue muy corta. Apenas un par de meses porque se lesionó de forma grave ante el Sporting de Gijón. Una lástima, ¿no?

R.- La verdad es que yo no tenía calidad para jugar en España y no tardé en darme cuenta de que lo mío no iba a ser para mucho tiempo porque yo era el segundo mexicano que había en la Liga y el otro era Hugo Sánchez. Por supuesto yo salía perdiendo en la comparación y la gente lo sabía. La jugada de la lesión la recuerdo perfectamente porque fue en una pared que me devolvió Iñaki Ibáñez. Yo ya sabía que no podía llegar al balón, pero fui de todos modos a por ella para que la gente pensara “ese mexicano es flojito, pero al menos tiene pantalones”. Por desgracia me rompí la tibia.

P.- Y ahí se acabó su experiencia en la Liga…

R.- Mire, lo mejor que hice yo por España fue facilitar que para ocupar mi dorsal trajeran a la Liga a Michael Robinson, que fue mi sustituto. Osasuna me ofreció dejarme sin ficha pero seguir cobrando o marcharse cedido a un Segunda cuando me recuperara, pero no lo acepté. Volví a mi país y jugué seis años más hasta que me retiré dignamente.

P.- Recién retirado, en el Mundial 94 de Estados Unidos estuvo usted como ayudante de Mejía Barón, pero en el de Corea 2002 ya fue seleccionador absoluto…

R.- Llegamos bien. Le ganamos a Croacia, que había sido tercera en el Mundial anterior, derrotamos también a Ecuador y empatamos a uno con Italia después de haber ido mucho rato por delante 1-0. Fuimos campeones de grupo y nos enfrentamos en octavos a Estados Unidos. Éramos favoritos, pero aquel día entramos mal en el partido y nos dejaron fuera.

P.- Al final de esa Copa del Mundo empieza su etapa en España como entrenador. Primero en Osasuna y luego en el Atlético. Siete años de muchos éxitos deportivos…

R.- Con Osasuna llegamos a ir varias jornadas líderes. En el Atlético estuve casi tres años. Nos metimos en Champions y superamos un grupo muy difícil con PSV, Olympique y Liverpool. Nos tocó el Oporto en octavos, pero a mí me echaron antes porque después de Navidad el equipo entró en un bache y pasaron de ser segundos a sextos. Fue una etapa muy bonita a pesar de las dificultades.

P.- Entró en el Atlético en un momento extraño, en el último año de Torres y el primero de Agüero, y le tocó vivir una humillación histórica ante el Barcelona de Guardiola, que les ganó 0-6 en el Calderón…

R.- Recuerdo ese partido. Jugó Cuéllar porque teníamos a los otros porteros lesionados. Era la mejor versión del Barcelona de Guardiola y fueron imparables.

P.- Se dice que fue tras ese partido cuando Fernando Torres tomó la decisión de marcharse del Atlético…

R.- No lo sé, pero si le puedo contar que tras la última jornada acabamos séptimos, lo que nos daba la opción de jugar la Intertoto. En el vestuario le di una palmada a Fernando y le dije que por fin podría jugar en Europa porque hasta aquel momento no había podido hacerlo con el Atlético. Él se río, y de la forma en la que lo hizo comprendí que ya tenía un acuerdo con otro equipo.

P.- Aquel Atlético era muy potente en ataque, con Agüero, Forlán, Simao o Maxi, pero quizás en la parte de atrás estaba más desequilibrado, ¿verdad?

R.- Con ese equipo fuimos cuartos y regresamos a la Champions tras una época negra en la que el Atlético había llegado a bajar a Segunda. Fue fantástico para la afición, que creo que llevaba 12 años esperando una noticia así. Ahí se inició una época muy buena porque después llegó Quique, que les hizo campeones de la Europa League, y más tarde comenzó la etapa del Cholo. Desde luego fue una experiencia fantástica para mí aunque no acabara como yo hubiera deseado.

P.- Tras salir del Atlético México vuelve a llamarle y de nuevo le clasifica para un Mundial. Ahora en Sudáfrica, en 2010, y una vez más caen ustedes en octavos de final…

R.- Nos había tocado el grupo de la muerte con Francia, subcampeona del mundo, Uruguay, con Forlán, Cavani y Luis Suárez en la delantera, y Sudáfrica, que era el país organizador. Empatamos el primer partido con Sudáfrica, le ganamos a Francia y perdimos con Uruguay. Fuimos segundos y nos enfrentamos a Argentina. Nos metió un gol Tévez en fuera de juego y luego encajamos el 2-0 en un error defensivo, pero jugamos de maravilla. Fíjese que en el descanso les dije a los futbolistas que estaba orgulloso y que siguiéramos así. No pudo ser al final, pero creo que México estuvo a una gran altura en ese Mundial.

P.- Luego regresó a España. Primero entrenó al Zaragoza y luego al Espanyol, aunque entre y entre le tocó dirigir a otra selección. A Japón, en concreto. ¿Qué pasó allí?

R.- Estuve un año en Japón y todo iba muy bien, pero salió en la prensa la noticia del presunto amaño del partido Levante-Zaragoza que me salpicó a mí porque yo fue aquel día el entrenador del Zaragoza. Les dije a los directivos japoneses que estuvieran tranquilos que no iba a pasar nada porque en realidad todo era falso, como luego se ha demostrado en el juicio, pero no confiaron en lo que les dije y decidieron rescindir el contrato. No obstante fue también una buena experiencia.

P.- En el Mallorca se ha encontrado a Manolo Reina, que estuvo aquella tarde en el banquillo del Levante. ¿Han hablado sobre ese partido?

R.- No. En absoluto. Mire, lo único que buscaban era la foto. Ya sabían de antemano que no pasaría nada, como así fue, pero lo cierto es que durante ocho años fue una mancha en nuestras vidas de la manera más injustificada posible.

P.- De Japón a Emiratos. Una nueva experiencia…

R.- Allí conocí a Toni Amor, que vino después conmigo al Leganés y desde entonces me sigue a todas partes. También descubrí a otro mallorquín, a un fisio excelente llamado Tomeu Quetglas que también se ha incorporado a nuestro equipo de trabajo.

P.- Los Mundiales siguen marcando etapas de su carrera porque tras el último, el de Rusia, fichó por Egipto como seleccionador nacional sustituyendo a Héctor Cúper…

R.- Fue muy curioso lo que me pasó allá. Estuve un año fantástico viviendo con mi esposa en El Cairo. Mo Salah me trató de manera excelente y estábamos muy contentos, pero las circunstancias lo cambiaron todo. A mí me habían dicho que preparara con tranquilidad el Mundial de Qatar porque no iban a darle importancia a la Copa de África que se jugaba en Camerún y así lo hice. Empecé a armar una selección joven con un plan a cuatro años vista, pero sucedió que le quitaron la sede a Camerún y se la dieron a Egipto. Entonces nos dijeron que tenían que ganar la Copa de África y era imposible, teníamos muy poco tiempo y la selección era muy joven. Pasamos bien la fase de grupos, pero luego nos eliminó Sudáfrica y se armó el lío porque nos echaron a nosotros, pero también a todos los directivos. Así les fue, porque ni siquiera van a ir a Qatar.

P.- Siguiente estación, el Leganés. Estuvo a punto de llevar a cabo un verdadero milagro…

R.- Hicimos muy buenos números a pesar de que nos quitaron en mitad de la Liga a Braithwaite y En Nesyri. Pagaron por ellos 38 millones y no nos dejaron margen de maniobra. Hasta el último minuto tuvimos opciones, pero el fútbol es así. Aquel penalty de Jovic que no nos pitaron…

P.- Y por fin tocó entrenar en México, en su país, y nada menos que a un histórico como Monterrey…

R.- Jugamos el Mundial de clubes en Abu Dabi y no nos salió como esperábamos. No logramos el objetivo y decidieron prescindir de mis servicios, pero al cabo de una semana me llamó el Mallorca y aquí estoy, feliz de la vida.

P.- ¿Qué es lo que más le ha gustado de la isla en las semanas que lleva aquí?

R.- La gente. La gente es muy entrañable. El otro día fuimos con mi esposa a conocer la catedral. No pudimos entrar, pero nos hicimos una foto y mucha gente se acercó a darnos ánimos. Son muy cercanos, muy amables. Estamos encantados aquí.

P.- Pues a ver si se perpetúa…

R.- Eso quisiera yo, pero el fútbol depende de muchas circunstancias, de factores que no puedes controlar. Yo siempre digo que el árbitro y la suerte no entrenan conmigo entre semana, pero luego aparecen siempre cada domingo y no sabes por dónde te van a salir.

P.- Para empezar toca jugar en el Camp Nou ante un Barcelona que lleva tres derrotas consecutivas en casa..

R.- En 20 años aquí nunca había visto nada parecido. A ver si nosotros somos los cuartos, pero me da que no será precisamente fácil.