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VIOLENCIA DOMÉSTICA

El infierno de un niño de 7 años en Palma: golpes, insultos y amenazas de su propia madre

Una denuncia relata los supuestos malos tratos de una madre hacia su hijo hasta provocarle una "depresión impresionante"

Agresiones físicas, insultos y gritos componían el día a día de un niño de apenas siete años, atrapado durante meses en un auténtico infierno de violencia doméstica. Era su propia madre quien, supuestamente y de forma reiterada, descargaba sobre él golpes, amenazas y humillaciones, aprovechando la ausencia de la otra progenitora del menor, de la que se había separado años atrás.

Según la denuncia interpuesta ante la Policía Nacional a la que ha tenido acceso OKBALEARES, los episodios se repetían de manera sistemática en la vivienda que compartían, situada en una popular barriada de Palma. Entre aquellas paredes, los malos tratos y las conductas inapropiadas se sucedían sin tregua, erosionando poco a poco la integridad física y emocional del pequeño.

Durante los quince días de custodia compartida en los que la agresora se hacía cargo del niño, las agresiones, los insultos y las amenazas eran habituales. «Ojalá seas ya grande para irte, cállate la boca, pesado de mierda», llegó a decirle en alguna ocasión, según consta en las actuaciones.

Las secuelas de aquel entorno no pasaron desapercibidas. El menor acudía al colegio con evidentes signos de abandono en la higiene y con el ánimo hundido, reflejo de lo que vivía en casa. Según ha asegurado a este periódico la otra madre del niño y expareja de la agresora, su hijo cayó en una «depresión impresionante»·.

El sufrimiento no terminaba ahí. Al pequeño le costaba conciliar el sueño y, en muchas ocasiones, se iba a la cama sin haber cenado. Además, su madre le exigía que se comportara en casa de su ex pareja y le amenazaba con pegarle si revelaba lo que sucedía en la vivienda de La Soledad. «Podría haber pasado una desgracia», lamenta la denunciante.

La presunta maltratadora tiene además otros tres hijos con distintas exparejas. Fue uno de ellos, de tan solo doce años, quien destapó la situación al relatar el clima de violencia que sufrían tanto él como su hermano. Su testimonio encendió todas las alarmas y llevó a los familiares del niño de siete años a presentar una denuncia ante la Policía Nacional.

Como medida cautelar, la autoridad judicial dictó un auto en el que  ha prohibido a la madre, supuestamente agresora, acercarse a su hijo a menos de 200 metros y comunicarse con él por cualquier medio durante un plazo de 30 días. El incumplimiento de esta medida cautelar podría acarrear la prisión provisional de la acusada.