Grito desesperado de los ganaderos de Baleares al Govern: «Vamos camino de la desaparición»

• Miquel Ángel Font @mafontvilla3
• Corresponsal político en OKDIARIO Baleares. Antes, redactor jefe de EL MUNDO/ El Día de Baleares.
• • 13/12/2021 06:50
  • Actualizado: 13/12/2021 14:24

El sector de la ganadería de vacuno de Baleares va camino de la extinción debido a unos costes de producción del litro de leche muy por encima del precio que cobran los productores. Los ganaderos muestran su desesperación en un informe realizado por la Asociación Raza Frisona Balear que han entregado al Govern en el que concluyen que el sector «está agotado y descapitalizado y ha dicho basta». Y añaden: «Así no podemos continuar. Si hemos de cerrar las explotaciones de ganado vacuno, que nos lo digan de una vez».

Según el informe, elaborado con datos del propio Govern balear, entre el año 2003 y 2020 han desaparecido casi dos terceras partes de las explotaciones y esto a pesar de que la ganadería está considerada en las Islas un sector estratégico y así se establece en la Ley Agrarias de Baleares de 2029 aprobada por el pacto de izquierdas que gobierna en las Islas bajo la presidencia de la socialista Francina Armengol.

En el informe de Raza Frisona se explica que en 2003 había en Baleares 18.683 vacas productoras de leche de las que ahora sólo quedan 8.757. También había hace 18 años 299 explotaciones ganaderas que ahora se han reducido a 134. El descenso no cesa y todo indica que irá en aumento si no se  pone remedio.

En el año 2020 se produjeron en Baleares 65.200 toneladas de leche de las que el 45% se comercializaron como leche líquida y el 54% transformada en queso y derivados.

El informe de la Asociación Raza Frisona Balear explica que el declive del sector ganadero se produce a pesar de «la sanidad de primer nivel que hay en Baleares hasta el punto de que las vacas son ahora indemnes a las principales enfermedades como son tuberculosis, brucelosis, leucosis y perneumonía». Señala también los programas de control de mamitis y de vacunación de diversas enfermedades víricas.

También es destacable que el 100% de la cabaña ganadera de Baleares está en el Libro Genealógico Oficial de la raza frisona, lo que no sucede en ninguna otra comunidad autónoma. Igualmente habla el informe de Frisona Balear de la genética puntera que hay en Baleares utilizando los mejores sementales probados del mundo a través de la inseminación artificial desde hace más de 40 años.

Igualmente se señala en el informe de los ganaderos de Baleares que la calidad de la leche está más que garantizada al estar controlada oficialmente por Laboratorios Interprofesionales Lácteos del propio Govern.

Sobre las superficies agrarias, el informe señala que las explotaciones de ganado vacuno lechero de Baleares son las mayores de España en cuanto a tamaño con una media de 99 hectáreas siendo 27 hectáreas la media española. «Esta gran extensión de las explotaciones en Baleares es muy importante desde el punto de vista de la sostenibilidad y la gestión del territorio», explica Frisona Balear.

Las ganadería en su conjunto gestiona y ocupa en Baleares más del 60% de la superficie agraria. Esto a nivel general de Baleares porque en Menorca el 90% de la superficie agraria está vinculada a la ganadería, lo que da buena nota de lo que supondría la desaparición del sector para la isla: el abandono casi total del campo.

Otro dato que apunta el informe es que la leche no es un producto excedentario ya que en Baleares se consume casi tres veces más de la que se produce. Baleares produce 40.000 toneladas de leche al año y consume 112.000.

«Nos encontramos con un sector bien estructurado, gestionado por ganaderos con  un alto nivel de capacitación, con un modelo de explotación  principalmente familiar y mayoritariamente extensivo y a sí lo reconoce la Ley Agraria de Baleares. Es el modelo que se impulsa desde Europa, al ser perfectamente sostenible desde el punto de vista social y ambiental pero cuya sostenibilidad económica es imposible. El hecho de tener el sector en vías de extinción desde hace años hace imposible el relevo generacional», se apunta en el informe de Frisona Balear.

El problema, como explica Asociación Raza Frisona Balear en su informe son los denominados efectos perversos de la insularidad que no encuentran ninguna solución a pesar de que se habla de ellos desde hace 20 años: «Baleares sufre lo que se conoce como ‘efecto hamburguesa’ de la insularidad que se traduce en unos sobrecostes de producción que presionan por arriba y unos infra precios de venta del producto que presionan por abajo».

Según diversos informes avalados por el propio Govern balear, una vaca genera en Baleares un sobrecoste de 1.133 euros al año debido a la insularidad. El sobrecoste por litro de leche es de 0,125 euros.

Explica el informe que a nivel nacional los ganaderos perciben por término medio 0,33 euros por litro de leche cuando los de Baleares se ven obligados a venderla a 0,31 euros. Como cada vaca produce 9.000 litros de leche al año, los ganaderos de Baleares pierden 235 euros por vaca al año.

Sumando los 1.133, 23 euros por vaca de sobrecoste en Baleares y los 235 euros por vaca al año de infra precio resultan unas pérdidas de 1.367 euros por vaca al año en las explotaciones debido a la insularidad. Para compensar estas cifras los ganaderos de las Islas deberían cobrar 0,15 euros más por litro de leche para igualarse con los ganaderos de la Península. El precio debería ser de 0,461 euros por litro como mínimo.

Los datos del Ministerio de Agricultura determinan que el coste de producción del litro de leche para los ganaderos de la Península es de 0,36 euros. Así, el precio justo en Baleares debería resultar de la suma de estos 0,36 euros a los 0,151 de sobrecostes y esto es 0,50 euros por por litro.

Reclamaciones al Govern

Por todo ellos la Asociación Frisona Balear exige al Govern «realizar todos los esfuerzos necesarios para que un sector tan importante como el vacuno lechero, declarado estratégico, no desaparezca y todo ello mediante un reparto más justo y equitativo de costes y beneficios en la cadena de valor de la leche y los productos lácteos de forma que se permita a los productores percibir un precio que como mínimo cubra los costes de producción».

También reclama involucrar a los representantes de la hostelería y la restauración en la «adquisición de leche y derivados producidos en las Islas para consumo preferente en sus establecimientos por simple solidaridad con los que mantienen el medio ambiente, la biodiversidad, el territorio y el paisaje, todo lo que constituye la postal que luego venden a sus respectivos clientes».

Finalmente Raza Frisona afirma que está a la espera desde hace meses de conocer el anunciado del Plan Estratégico e la Ganadería. Un informe que no llega «mientras toda la ganadería está en caída libre por falta de rentabilidad, lo que  conduce al  abandono de miles de hectáreas».

El informe de Raza Frisona concluye con un grito de desesperación: «Después de años de sufrir extra costes e infra precios y ante la subida en los últimos meses del precio de los alimentos necesarios para producir leche, el sector está agotado y descapitalizado y ha dicho basta. Así no podemos continuar. Si hemos de cerrar las explotaciones de ganado vacuno, que nos lo digan de una vez».