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‘Fuegos y fuentes’, exquisita exposición de Caterina Bosch Rubio en ABA Art Lab

El bosque mediterráneo es el protagonista de esta exposición creada con pigmentos naturales extraídos de sus recursos

Primera exposición individual de la joven artista mallorquina

Coincidiendo con la celebración conjunta que realizan las principales galerías y espacios expositivos de la ciudad de Palma con motivo del denominado Art Palma Brunch 2024, se inauguró, el pasado sábado 23 de marzo, el Project Room nº 32 en la galería ABA Art Lab.

En esta ocasión se trata de una exposición individual, la primera en galería de la joven artista Caterina Bosch Rubio (con anterioridad ha participado en diversas colectivas, y en una muestra en torno a un proyecto de investigación en el espacio Muaré del barrio palmesano de Pere Garau).

Licenciada en Bellas Artes por la Universidad de Barcelona y con diversos estudios complementarios de serigrafía, obra gráfica y biología, Caterina Bosch también cuenta con una trayectoria como docente, habiendo impartido cursos y talleres en diversos espacios, como el Museo Fundación Juan March de Palma, el Centro de Documentación y Museo Textil de Terrassa o el Museo Arqueológico de Saint-en-Gal en Francia.

La exposición que puede visitarse en el espacio de la plaza de la Porta de Santa Catalina de Palma, titulada Fuego y fuentes, se basa en la mirada hacia la naturaleza mediterránea, y en concreto al pino característico de esta zona, el llamado Pinus Halepensis.

‘Fuego y fuentes’ se basa en la mirada hacia la naturaleza mediterránea.

Tomado como símbolo tanto del eterno renacer de los ciclos naturales como de la armonía que a nivel cromático y formal exhibe la naturaleza en su metamorfosis vegetal, el pino ha sido colocado en el centro de esta muestra, dominando incluso la totalidad de las tonalidades con las que las distintas piezas que componen la muestra se presentan ante la mirada extasiada del espectador. Porque el tono dominante hace referencia al pino maduro, al ocre amarronado de la pinaca y también al verde hambriento de aire puro con el que se visten los bosques mediterráneos.

Por último, el fuego, que también juega su particular función en el ciclo de la regeneración, de la vida y de la muerte, oscuro pero prometedor, tras esa aparente opacidad de la visión, es invitado a la fiesta de los sentidos que es esta exposición de gran belleza.

Caterina Bosch ha destilado los pigmentos con los que ha elaborado las piezas pictóricas.

Dentro de este planteamiento, Caterina Bosch ha destilado los pigmentos con los que ha elaborado las piezas pictóricas extrayendo de las flores, hojas, matas, árboles y cortezas de esos bosques mediterráneos el material de base, consiguiendo así un ejercicio muy relevante de coherencia, de arte en la senda de la autenticidad.

Papeles y telas indianas (telas policromadas de la Mallorca del siglo XVIII) son trabajadas por la artista «mediante una técnica que se remonta al antiguo Egipto, el algodón pintado, bañado en la materia orgánica al calor de la llama», que «gesta imágenes entre lo cotidiano y lo sublime, dando lugar a piezas llenas de simplicidad e ingenuidad», como se puede leer en la hoja de sala que la galería ha elaborado para facilitar la comprensión de la obra.

De una gran belleza, la muestra presenta diversos planos de exposición, habilitando telas colgadas que marcan posibles itinerarios de recorrido, y otorgan un abrigo amable a la mirada. Una exquisita primera exposición de una artista a la que habrá que seguir de cerca en los próximos años.