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El ex juez que instruyó el ‘caso Cursach’: «Si algún día aparezco muerto, que se investigue»

El ex juez Manuel Penalva ha asegurado que a raíz del procedimiento que ha derivado en el juicio contra los investigadores del caso Cursach que está «condenado a vivir con miedo» y en su intervención haciendo uso de su última palabra ha pedido que «si un día aparece muerto, que se investigue».

Penalva ha sido el primero intervenir en la última palabra durante la última sesión del juicio contra él, el fiscal Miguel Ángel Subirán y los agentes de la Unidad de Blanqueo.

El antiguo instructor ha asegurado que ha tenido que adoptar multitud de medidas de seguridad activas y pasivas. «No es agradable tener que llevar una arma», ha señalado.

Penalva ha defendido la instrucción de la ORA reconociendo en todo caso que, seguramente, «se podría haber hecho mejor» y ha insistido en negar que haya coaccionado o amenazado a nadie. «Es poco creíble que todo lo hiciéramos mal», ha señalado.

En términos parecidos se ha pronunciado el ex fiscal Miguel Ángel Subirán, que ha apuntado que «si algún día se tira por la ventana, será mentira, porque le habrán tirado por la ventana». Subirán ha comenzado su turno de última palabra afeando que el fiscal Tomás Herranz no se haya quedado a la última parte del juicio. «Tenemos un fiscal que no da la cara y que se esconde debajo de la mesa», ha lamentado.

El ex fiscal ha asegurado que vive con miedo, que no puede volver a dormir solo en su casa «porque por ahí van dos desalmados, dos sicarios» y que no ha podido volver a conciliar el sueño.

La abogada del Estado, Dolores Ripoll ha afirmado en su informe de conclusiones que las acusaciones están reclamando en concepto de responsabilidad civil una cantidad total que asciende a 5,6 millones de euros aproximadamente «sin la más absoluta justificación» y ha calificado las reclamaciones como una «tómbola».

La letrada ha iniciado la lectura de sus conclusiones recordando que la responsabilidad civil es para reparar el daño «no para enriquecerse a costa del delito».

«No hemos oído ni una palabra en las conclusiones de las acusaciones en defensa de estas cantidades ni argumentando la procedencia de las indemnizaciones», ha seguido. «Los escritos de conclusiones carecen de la más absoluta justificación», ha concluido.

Ripoll ha lamentado tener que comenzar su lectura con una «obviedad» que ha estado «ausente» en todo el juicio, apuntando que no todo delito genera automáticamente por daños morales, sino que tienen que existir y se tienen que probar de forma suficiente.