Daniel Cota, penúltimo anticuario de Palma: «A la gente de ahora ya no le interesan las antigüedades»
El propietario de Antiga se jubila y cierra el negocio ante la falta de relevo generacional tras 52 años al frente
"En la Costa de Sa Pols había nueve tiendas de antigüedades y sólo queda una y en toda Palma quedan cuatro"
"En pisos de 70 metros cuadrados no hay espacio para colocar un mueble o un cuadro antiguo"
Comerciante que se jubila, una tienda tradicional que cierra sus puertas en Palma. No hay relevo generacional para este tipo de negocios. Todo el comercio tradicional está en fase avanzada de desaparición para dar paso a franquicias, bares, peluquerías low cost o minimarkets.
El último ejemplo es el de Antiga, la tienda de antigüedades ubicada en la calle Reina Esclaramunda, cerca de la plaza de los Patines, que dentro de unos meses cerrará sus puertas.
Estos días Antiga ha colocado el cartel de liquidación total como paso previo al cierre del local por jubilación del propietario. Muchos ciudadanos se han interesado ahora por las piezas de Antiga en busca de alguna canga pero el cliente tradicional hace años que ha desaparecido.
«A la gente de hoy en día ya no le interesan las antigüedades ni el coleccionismo, ni el arte. Hoy interesan otras cosas, como viajar y la tecnología». Lo afirma Daniel Cota, propietario de Antiga y ya casi el último anticuario de Palma.
«Llevo 52 años en este local, que será la tercera tienda de antigüedades que cerramos. Teníamos una en la Costa de Sa Pols y otra en la calle Borja Moll. Ahora ha llegado el momento de la jubilación y antes de final de año, por Navidad seguramente, cerraremos Antiga».
Daniel Cota explica que empezó con el negocio de las antigüedades en 1972, comprando las monedas de las Olimpiadas de Munich. «A lo largo de estos 52años, ha habido mucho trabajo en Antiga. Hemos estado en el candelero y hemos marcado tendencia. Hemos estado abiertos durante muchos años con una gran clientela que poco a poco se ha ido marchitando», explica Cota.
Según el anticuario que ahora se jubila, los principales clientes de la tienda Antiga han sido coleccionistas y «gente que aprecia el arte» y añade que los objetos que vende proceden preferentemente de antiguas casas señoriales de Palma, de possessions, de casales que se han ido cerrando o que han sido convertidos en hoteles. «Todo el mobiliario antiguo ha acabado en las tiendas de los anticuarios».
Daniel Cota lamenta que este tipo de negocios ha ido a menos: «El arte y las antigüedades requieren una inversión y una cierta sensibilidad que hoy por hoy ha desaparecido en nuestra juventud».
«En toda Palma sólo quedan cuatro anticuarios»
Durante los 52 años al frente de Antiga ha visto una gran transformación del barrio, al igual que ha sucedido en todo el centro de Palma. La Costa de Sa Pols, comenta, era la calle de los anticuarios: «Nosotros abrimos una tienda en esta calle donde de los nueve locales de antigüedades que había, ahora sólo queda uno». «En toda Palma sólo quedan cuatro anticuarios», relata.
«La clientela se ha hecho mayor y no sale cliente nuevo. La problemática que tenemos es que la gente joven no entra dentro del mundo del coleccionismo, del mundo de las antigüedades. Hay otras tendencias que marcan su vida como viajar, la tecnología, etcétera. Además, una de las cosas que condiciona mucho el coleccionismo o el coleccionar antigüedades es el espacio y en pisos de 60 o 70 metros cuadrados no hay lugar para colocar un mueble o un cuadro antiguo, no cabe una cómoda, por ejemplo», explica Cota.
«Todos los negocios antiguos prácticamente estamos en vías de extinción. Unos por falta de continuidad por parte de la familia y otros por falta de clientela», señala.
«Vamos a esperar algunos meses para poder liquidar todo lo que hay»
A la pregunta del valor que tienen las piezas que vende en Antiga, Daniel Cota responde así: «Aquí dentro hay de todo. Te encuentras piezas desde cinco euros a otras que pueden valer varios cientos de euros e incluso algunos cuadros que tienen un valor superior a los mil euros».
Y sobre la fecha del cierre, apunta: «Vamos a esperar algunos meses para poder liquidar todo lo que hay aquí. Creo que cerraremos por Navidad».
En la tienda Antiga hay muchos muebles, objetos de cerámica, trajes militares, colecciones de soldaditos, cuadros de todo tipo, elementos decorativos, lámparas… y mucho material de carácter religioso.
«Las imágenes, crucifijos y cuadros religiosos provienen de capillas que se han ido cerrando, capillas particulares. La gente ahora no quiere nada religioso y se deshace de este tipo de piezas. En todas las casas había el tríptico religioso, crucifijos, imágenes de santos y de la Virgen y todo este tipo de objetos acaba en las tiendas de antigüedades», concluye Daniel Cota.
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