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SEGURIDAD VIAL

Un conductor rumano de 22 años borracho arremete de madrugada contras tres coches estacionados en Palma

La colisión entre los diferentes vehículos provocó un estruendo que despertó a media barriadas

La tranquilidad de la madrugada palmesana saltó por los aires en cuestión de segundos. Eran aproximadamente las 00:30 horas de la noche del viernes al sábado cuando un estruendo brutal, comparable al de una explosión, sacó de la cama a decenas de vecinos de la calle Eusebio Estada, a la altura del número 103. Lo que parecía un accidente de grandes dimensiones terminó confirmándose como una escena caótica provocada por el alcohol, la velocidad y la imprudencia.

Según fuentes presenciales, un joven conductor rumano de tan solo 22 años irrumpió en la vía a gran velocidad, perdiendo el control del vehículo y empotrándose literalmente contra tres coches que se encontraban correctamente estacionados. El impacto fue tan violento que varios vehículos quedaron con daños severos, algunos de ellos prácticamente destrozados, dejando la calzada sembrada de restos y piezas metálicas.

Tras el brutal choque, el conductor salió del coche tambaleándose, incapaz de mantenerse en pie con normalidad. Presentaba evidentes signos de haber ingerido grandes cantidades de alcohol, según relatan testigos. Junto a él viajaba una mujer, ocupante del asiento del copiloto, que protagonizó una escena cuanto menos inquietante: intentó ocultar la matrícula del vehículo, un comportamiento que levantó sospechas entre los vecinos que ya se agolpaban en ventanas y balcones, alarmados por lo sucedido.

El nerviosismo era palpable. Ambos ocupantes se mostraban muy alterados mientras los residentes, todavía en pijama y asomados a balcones y portales, alertaban de inmediato a la central de emergencias. En cuestión de minutos, varias patrullas de la Policía Local de Palma llegaron al lugar, encontrándose a la pareja fuera del coche siniestrado.

A pesar de la espectacularidad del accidente y del estado del vehículo, ninguno de los ocupantes necesitó ser trasladado en ambulancia, algo que muchos calificaron de «milagroso». Sin embargo, los daños materiales fueron descritos como muy cuantiosos, afectando a los tres coches estacionados y al propio turismo del conductor.

Los agentes sometieron al joven a la prueba de alcoholemia, que arrojó un resultado demoledor: 0,78 mg/l, muy por encima del límite legal permitido. Ante estos hechos, el conductor fue imputado por un delito contra la seguridad vial, siendo las causas principales del siniestro el exceso de velocidad y la pérdida de control del vehículo bajo los efectos del alcohol.

Un nuevo episodio que vuelve a poner sobre la mesa el peligro real de conducir bajo los efectos del alcohol y que, por suerte, no terminó en tragedia humana, aunque sí dejó una estela de miedo, indignación y graves daños materiales en plena noche palmesana. OKBALEARES ha conseguido las imágenes de los instantes posteriores de haberse producido el siniestro.