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Calima, un barco mítico de la flota española que juega en casa

Es una de las grandes atracciones de la Illes Balears Clàssics de Club de Mar

Pachi Rivero lleva ya varias Copas América y Vueltas al Mundo a sus espaldas,

“Durante dos o tres años fue el mejor barco de la flota española con diferencia"

El Calima juega este año en casa. Este mítico barco de la flota española de barcos de regata compite estos días en la Illes Balears Clàssics bajo la grímpola de Club de Mar – Mallorca con uno de los referentes internacionales de la vela al timón: el cántabro Pachi Rivero. Rivero se ha hecho con el barco este año. El Calima había navegado durante décadas para un grupo de armadores encabezado por Javier Pujol, que consiguió llevarse la victoria en unas cuantas ediciones de la Copa del Rey de Clásicos de Mahón, y también obtuvo grandes triunfos internacionales en la Giraglia y en la Fastnet con este gran barco botado en 1971. “Durante dos o tres años fue el mejor barco de la flota española con diferencia”, recordaba Pujol el año pasado en Menorca.

Pachi Rivero ha debutado este año en Palma con el Calima con un gran triunfo en la PalmaVela. Ahora afronta el reto de ‘jugar en casa’ en la Illes Balears Clàssics antes de continuar el circuito balear de vela clásica en el Trofeo Cormorán de Pollença y la Copa del Rey de Clásicos de Mahón.

Rivero explica cómo es el Calima: “Está construido en madera en el astillero catalán Carabela. Es un Sparkman & Stephens de 43 pies. Su anterior armador, Javier Pujol, siempre lo ha tenido muy bien mantenido y a tope. Es una maravilla. Es un barco Espíritu de Tradición de 1971 que ahora comienza una nueva vida conmigo. Queremos que siga en los puestos en los que ha estado siempre, ganando regatas”.

La historia de los Astilleros Carabela es la historia de un visionario: Nick Kenyeres. No es fácil igualar la trayectoria de este húngaro que participó como aviador en la Segunda Guerra Mundial, donde obtuvo 19 victorias hasta ser derribado. Acabó prisionero en un campo de concentración soviético del que logró escapar y, tras pasar por Reino Unido, Canadá y Francia, evolucionó hasta convertirse en una referencia de la construcción naval en Europa gracias a su astillero, asentado en la catalana Sant Adrià de Besós.

Carabela se distinguió desde el primer día por construir barcos siempre de madera, muy livianos pero extraordinariamente fuertes. Kenyeres introdujo innovaciones como el sistema WEST, de laminado en frío con resina epoxi, que confiere al casco una extremada ligereza y resistencia, o la construcción invertida, comenzando por el interior para continuar después hacia el exterior del barco. Él era el visionario, el artífice, y Pepe Medina, que entró en el astillero en 1962, un año después del nacimiento de Carabela, el ebanista artesano de origen malagueño que materializaba hasta el último detalle cada proyecto. Carabela consiguió convertirse en uno de los cuatro o cinco astilleros aprobados por Sparkman & Stephens para construir sus barcos en toda Europa, toda una garantía. El sueño duró hasta 1984, dos décadas no exentas de aventuras y vicisitudes, en las que el astillero construyó en total 113 embarcaciones.

Ahora el encargado de sacar lo mejor de este gran barco es Pachi Rivero. Rivero ha completado dos veces la increíble aventura de dar la vuelta al mundo sin escalas en barcos de dos tripulantes y ha participado en dos ediciones de la Copa América, además de ser técnico en la que tuvo como sede Valencia. Ahora este navegante se ha establecido en Club de Mar Mallorca y competirá en la Illes Balears Clàssics con el Calima, uno de los barcos más laureados de la vela española.