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El alcalde de Palma quiere aumentar hasta 1.015 el número de agentes de Policía Local: 234 más que ahora

Duplicará el número de mandos: 114 para dirigir a 900 policías de base

Negocia el primer plan de ordenación policial que fijará funciones y derechos

  • Indalecio Ribelles
  • Redactor de OKBaleares, información local de Palma, social y política. Antes, redactor en EL MUNDO/ Baleares durante 20 años.

El alcalde del PP de Palma, Jaime Martínez, quiere acabar con la pérdida de recursos humanos en la Policía Local y en el borrador del plan de reordenación que negocia la dirección del Cuerpo con los sindicatos contempla que tenga 1.015 efectivos en 2028: 234 más que ahora.

Todo ello en apenas cuatro años, lo que unido a las jubilaciones que se prevén en este periodo de tiempo obligaría al primer edil a tener que doblar el número de nuevas incorporaciones, para alcanzar ese loable objetivo.

Una meta más que complicada en la práctica pero que así figura en un plan de reorganización policial que fija en 900 los policías de base frente a los 714 actuales; en 72 los oficiales frente a los 49 de estos momentos; en 24 los subinspectores frente a los 18 de ahora; en ocho los inspectores que ahora son cinco, y que triplica el número de mayores: de dos se pasaría a seis.

Comisarios habrá cuatro frente al par de ahora, manteniéndose al frente de la Policía Local un Intendente Jefe, como ocurre en estos momentos.

En la actualidad, fruto de años sin procesos selectivos por los anteriores gobiernos municipal y de la reforma de la Seguridad Social que ha supuesto un adelanto en la edad de jubilación de los agentes, la plantilla de la Policía Local de Palma adolece de una notable falta de efectivos.

Palma cuenta con un número total de agentes que está incluso por debajo de las cifras de hace 20 años. Al mismo tiempo, la capital balear ha experimentado un significativo incremento poblacional y de actividad turística siendo, en estos momentos, la quinta con mayor índice de inseguridad ciudadana.

El nivel de exigencia ciudadana también se ha incrementado, y en la actualidad, el abanico de competencias en materia de policía administrativa y de lucha contra el incivismo es notablemente superior al que se manejaba hace dos décadas.

Tras la reforma de la Seguridad Social con el adelanto de la edad de jubilación a los 59 años, la falta de mandos es muy notable.

A ello hay que sumar que los procesos de promoción se suelen prolongar por encima de los dos años, entre la convocatoria de las plazas, pruebas, alegaciones, resolución del tribunal, curso de capacitación (EBAP) y un periodo de prácticas obligatoria de seis meses.

De ahí la notable dificultad de cumplir las previsiones de un plan de ordenación de la plantilla que establecerá la estructura organizativa del cuerpo, definirá las condiciones laborales, turnos, horarios y responsabilidades de cada puesto de trabajo, y determinará la distribución de los recursos humanos de manera efectiva.

La plantilla de la Policía Local de Palma no tiene en sí un plan de ordenación en vigor, y las relaciones en el desarrollo de la tarea, los derechos laborales y las funciones de los distintos puestos, se concretan en el actual acuerdo regulador de condiciones de trabajo 2010-2013 del personal del Ayuntamiento de Palma.

A lo largo de los últimos años, los diferentes gobiernos municipales han ido negociando y acordando condiciones laborales para distintos puestos, dentro de la propia plantilla y el resultado es que, en la actualidad, existen notables diferencias por lo que respecta a los derechos de los agentes, dependiendo del destino o puesto que ocupen.

Para alcanzar una organización más justa, eficaz y orientada al cambio, el plan municipal propone una simplificación de puestos de trabajo para mejorar la eficiencia, incrementar la respuesta operativa en situaciones de crisis o en temporadas de alta demanda, y aumentar la satisfacción de los agentes al eliminar tareas innecesarias y optimizar las responsabilidades.

Sin embargo, es importante, tal y como recoge el texto, llevar a cabo este proceso de manera cuidadosa y considerar el impacto en los funcionarios policiales con el fin de poder minimizar cualquier resistencia o confusión entre la plantilla.