Andalucía
Tribunales

Prisión para una pareja de Málaga por bañar a su bebé en agua hirviendo y otros maltratos «aterradores»

La pequeña, de tan sólo 47 días, sufrió quemaduras en casi la mitad del cuerpo

La otra hija, de dos años, tenía quemaduras por cigarrillos

La Audiencia de Málaga ha condenado a prisión a una pareja por malos tratos habituales a sus dos hijas, una bebé de 47 días y una niña de 2 años. El padre bañó a la pequeña en agua hirviendo y la mayor tenía quemaduras por cigarrillos. También presentaban fracturas y hematomas. La sentencia describe los maltratos como «aterradores».

El tribunal condena al padre a 16 años de cárcel por tres delitos: malos tratos habituales, violencia doméstica con alevosía y lesiones con la agravante de parentesco. No podrá acercarse a la bebé durante 19 años. La madre ha sido sentenciada a cuatro años de prisión por los dos primeros delitos. Queda absuelta de las lesiones ya que no consta que estuviera en casa cuando el padre metió a la pequeña en agua hirviendo. Fue ella quien la llevó al hospital.

El tribunal considera probado que ambos son responsables de dichos delitos porque «es imposible sostener que la madre nada tuviera que ver con tales hechos ni que acatara como normal el padecimiento constante de heridas, hematomas y quemaduras en el cuerpo de una pequeña de tan sólo 47 días».

Aunque las lesiones las hubiera causado el padre, la madre «se encontraba en situación de garante respecto a su hija de apenas unos días de vida y nada hizo por que tales hechos no se siguieran produciendo» ni tampoco denunció estos episodios, añade.

Las niñas disfrutan ahora de una nueva oportunidad y de una familia de acogida.

Los maltratos

El episodio del baño se remonta a octubre de 2022. La temperatura del agua, según la sentencia, oscilaba entre los 45 y los 55 ºC. La bebé sufrió quemaduras «profundas» y «de segundo grado» en el 42% de su cuerpo.

Cuando la madre la llevó al hospital, los médicos vieron que la bebé tenía un bulto en el lado izquierdo de la cabeza, otra lesión en la mejilla con forma de mordisco, varios huesos rotos, múltiples heridas en las orejas, el pecho y las piernas, quemaduras en los genitales y marcas de uñas en la piel.

Algunas de las lesiones mostraban un maltrato continuado, como los callos en las costillas que evidenciaban que la fractura, desatendida, comenzaba a curarse sola. La pequeña ingresó tres veces en el hospital (90 días en total) y arrastra secuelas físicas y un retraso en su desarrollo.

Para la Sala, la lectura del informe forense y de la documentación médica «es aterradora». La sentencia señala que las lesiones fueron causadas por sus padres «actuando de mutuo acuerdo a lo largo de los 47 días de vida», causándole lesiones y secuelas «importantísimas», además de una desnutrición marcada y deshidratación leve. Los magistrados concluyen que hubo maltrato continuado y «prácticamente permanente desde el nacimiento».

Además, la hija de dos años tuvo que ser asistida en un hospital donde se apreciaron lesiones en el muslo compatibles con quemaduras por cigarrillos. El tribunal considera probado que las heridas se las causaron los padres actuando de mutuo acuerdo y sin posibilidad alguna de defensa.

La madre de acogida de la bebé ha manifestado, según recoge la sentencia, que cuando llegó a su nuevo hogar estaba «asustada y con temor a cualquier nuevo acontecimiento, y que se agachaba y se cubría la cabeza con terrores nocturnos» que la despertaban diciendo: «Bebé se quema, bebé pupa».

La madre de acogida: «Es injusto»

En declaraciones a Canal Sur, la madre de acogida de la bebé se ha mostrado disconforme con el fallo de la Audiencia: «Afortunadamente ya hay un juicio y una sentencia, pero no es equitativo con el daño físico y emocional que se le ha hecho a la niña, que lo va a llevar para el resto de su vida. Su madre también fue cómplice de todo eso y me parece injusto que tenga una pena tan corta.¿Por qué no la defendió? ¿Por qué no la protegió? ¿Por qué no la cuidó? ¿Por qué la dejó en manos de una persona que la estaba torturando? ¿Por qué?», se ha preguntado.

La mujer ha explicado que la menor ha empezado a andar con dificultad a los tres años, apenas habla y aún tiene ataques de pánico, de ansiedad y pesadillas: se despierta sobresaltada gritando «¡agua, agua!» o señala la bañera mientras llora «sin saber por qué». Además, «arrastra secuelas importantes para el resto de su vida, tiene un daño cognitivo bastante alto, un retraso en su desarrollo físico y va a necesitar terapias y atención constante, especialmente en su adolescencia psicológica. Ella es consciente de que no es tan normal como los otros niños», ha relatado.

Su madre de acogida ha dicho que cuando la pequeña llegó a casa dejó su trabajo para dedicarse enteramente a ella. La madre maltratadora, por su parte, está embarazada de nuevo, según informa Canal Sur.