Andalucía

Marlaska incendia las prisiones andaluzas por el acercamiento de seis etarras más, entre ellos el asesino de una niña

Los favores del Gobierno socialcomunista a los etarras están convirtiendo algunas prisiones andaluzas en ollas a presión, dado que los demás convictos no entienden los constantes favores a quienes formaron parte de la banda terrorista ETA. La puntilla a un ambiente ya caldeado se ha dado este martes, cuando la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias ha ordenado el traslado de seis etarras más, entre ellos uno de los terroristas condenados por el atentado contra la casa-cuartel de Santa Pola, en el que murió una niña, y Antonio Troitiño Arranz, histórico dirigente etarra condenado por una veintena de asesinatos y que fue entregado por Reino Unido en 2017.

Según ha informado el organismo dependiente del Ministerio del Interior, Andoni Otegi Eraso, alias ‘Ioso’, pasa del centro penitenciario de Almería al de Logroño. Ingresó en prisión el 17 de octubre de 2008 y cumple una condena de 30 años por los delitos de atentados, estragos, depósito de armas y municiones, y robo de vehículo. Cumplirá las tres cuartas partes de la condena en abril de 2031.

Junto a Óscar Celarain Ortiz, ‘Peio’, fue condenado en 2012 a 843 años de cárcel por ser los autores del atentado contra la casa-cuartel de Santa Pola (Alicante), que ETA perpetró el 4 de agosto de 2002, matando a una niña de seis años, y a Cecilio Gallego Alaminos, de 57. La condena les atribuyó otros 51 asesinatos en grado de tentativa y un delito de estragos terroristas.

Según Interior, Andoni Otegi Eraso – condenado también por el asesinato del concejal de UPN José Javier Múgica Astibia en 2001-, «acepta la legalidad penitenciaria y ha manifestado su intención de hacer frente a su responsabilidad civil». La condena impuso indemnizaciones de 211.768 euros a los padres de la niña asesinada, así como con 75.539 a la familia del hombre, que murió cuando se encontraba en una parada de autobús situada junto al acuartelamiento. También fijó en nueve millones de euros el coste en compensación al Estado.

A propuesta de la junta de tratamiento del centro almeriense, el interno mantiene su clasificación en segundo grado y será trasladado al centro penitenciario riojano.

El histórico Antonio Troitiño Arranz es otro de los acercados. Será trasladado del centro penitenciario Madrid VII-Estremera a la prisión de Soria. Ingresó en prisión el 5 de mayo de 2017, tras un largo litigio para su entrega desde Reino Unido, y tiene una condena de cinco años, once meses y 29 días por el delito de pertenencia a organización terrorista.

‘Antxon’ fue condenado en 2018 por la Audiencia Nacional por reintegrarse en ETA en 2011, cuando salió de prisión tras cumplir 24 años por 22 asesinatos. Troitiño, miembro del sanguinario ‘comando Madrid’ en los años de plomo, se fugó a Londres y no fue entregado a España hasta la cuarta petición.

A propuesta de la junta de tratamiento del centro madrileño, la Secretaría General ha resuelto aplicarle el artículo 100.2 del Reglamento Penitenciario a su clasificación en primer grado y su traslado al centro penitenciario soriano. Troitiño cumplirá las tres cuartas partes de la condena en mayo de 2021.

Aitzol Maurtúa Eguren pasa, por su parte, de la cárcel de Huelva a la prisión de Dueñas, en Palencia. Ingresó en prisión el 14 de junio de 2002 y cumple una pena de 20 años por pertenencia a banda armada, tenencia de explosivos, tenencia de armas sin licencia y falsedad en documento público.

Cumplió las tres cuartas partes de la condena en junio de 2017 y, según Interior, acepta la legalidad penitenciaria, por lo que la Secretaría General ha resuelto aplicarle el principio de flexibilidad del artículo 100.2 del Reglamento Penitenciario a su clasificación en primer grado.

Delitos

Interior también aprueba el traslado de Víctor Franco Martínez del centro penitenciario de Huelva al centro penitenciario Madrid VII-Estremera. Ingresó en prisión el 12 de octubre de 2002 y cumple una condena de 20 años por los delitos de asesinato e incendio. Este preso de ETA es uno de los condenados por intentar asesinar a dos agentes de la Ertzaintza el 5 de agosto de 2001 en la localidad de Portugalete (Vizcaya) mediante un ataque con ‘cócteles molotov’.

Cumplió las tres cuartas partes de la condena en noviembre de 2017.
La Secretaría General ha resuelto aplicarle el artículo 100.2 del Reglamento Penitenciario a su clasificación en primer grado y, a propuesta de la junta de tratamiento del centro de Huelva, su traslado al centro penitenciario madrileño.

Mikel Arrieta Llopis deja la cárcel de Algeciras para ingresar en la de Soria. Ingresó en prisión el 19 de enero de 2000 y tiene una pena de 30 años por los delitos de asesinatos, atentados y receptación y utilización ilegítima de vehículos a motor. Cumplió las tres cuartas partes de la pena en julio de 2020.

Según Interior, «acepta la legalidad penitenciaria y se ha desvinculado de la banda terrorista», de ahí que la junta de tratamiento de la prisión gaditana propusiera la progresión del interno a segundo grado y su traslado a la prisión castellanoleonesa.

Agustín Almaraz Larrañaga, el último etarra acercado, pasa de Puerto I en Cádiz a Madrid VII-Estremera. Ingresó en prisión el 29 de diciembre de 1995 y cumple una condena de 30 años por terrorismo, asesinatos y atentados. Cumplió las tres cuartas partes de la pena en noviembre de 2014.

La Secretaría General, a propuesta de la junta de tratamiento de la prisión gaditana, ha resuelto aplicarle el principio de flexibilidad del artículo 100.2 del Reglamento Penitenciario a su clasificación en primer grado y su traslado al centro penitenciario madrileño. Fue condenado a 48 años por el asesinato de Emilio Castillo López de la Franca en 1993, así como el de Ángel María González Sabino o el de Rafael Leiva Loro y Domingo Durán.

Prisiones andaluzas

Los presos de las prisiones andaluzas en las que también se encuentran presos etarras, como Puerto III (Cádiz) o la de Sevilla, están cada vez más enfadados por los privilegios de quienes pertenecen a la banda terrorista. El motivo: el incipiente acercamiento sistemático de presos de ETA a las prisiones próximas a sus familias. A primeros de octubre, el Gobierno de Sánchez anunciaba también el acercamiento de cuatro etarras más que, hasta ahora, estaban en cárceles de Andalucía.

Fuentes penitenciarias aseguran a OKDIARIO que la gran mayoría de presos muestra su rechazo y disconformidad con el hecho de que cada vez sea más frecuente ver cómo los miembros de la banda terrorista vasca tienen privilegios de este tipo cuando ellos no los tienen.

Y es que la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, dependiente del Ministerio del Interior, aprobó hace un par de semanas otro nuevo acercamiento para seis presos de ETA, de los que cuatro se encuentran en cárceles andaluzas.

Así, entre ellos figura Roberto Lebrero Panizo, que puso tres bombas en una discoteca en Navarra en 2001, y que pasará de la cárcel de Sevilla a la de Burgos. Miembro del ‘comando Araba’, fue condenado a 71 años por esta acción terrorista en la discoteca Universal de la localidad navarra de Lacuntza en 2001, y según la AVT -que vuelve a censurar estos acercamientos sin colaboración previa con la Justicia-, tiene delitos de sangre y otros relacionados con incendios, tenencia de explosivos y colaboración con banda armada.