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El primer Pueblo Ejemplar de Asturias fue arrasado por inundaciones en 1983 y no tuvo teléfono hasta 1990

El Premio al Pueblo Ejemplar de Asturias nació en 1990 dentro de los Premios Príncipe de Asturias. Su propósito es reconocer a aquellas comunidades que destacan en la conservación de valores sociales, culturales o medioambientales, limitando su ámbito únicamente al territorio asturiano.

Más allá de los 25.000 € que lleva asociados, el galardón se ha convertido en una distinción social y cultural para las localidades que lo reciben. La visita de los monarcas y la proyección mediática han situado a los pueblos premiados dentro de un contexto más amplio, donde el turismo y el reconocimiento social pasan a ser parte de la recompensa.

¿Cuál fue el primer Pueblo Ejemplar de Asturias y qué ocurrió con él?

La primera vez que se entregó el Premio al Pueblo Ejemplar de Asturias fue el 19 de octubre de 1990. El entonces príncipe Felipe visitó la pequeña aldea de San Esteban de Cuñaba, en el concejo de Peñamellera Baja. La comunidad no llegaba al centenar de habitantes y aún no disponía de servicio telefónico.

Ese día, la localidad se convirtió en el símbolo inaugural de un reconocimiento que se ha mantenido hasta 2025 con Valdesoto como último premiado.

La fotografía de la visita, en la que se observa al heredero entre los vecinos con el fondo de los Picos de Europa, refleja un momento en el que la distinción adquiría forma y significado.

El primer Pueblo Ejemplar de Asturias había vivido una situación límite en 1983, cuando una fuerte riada destruyó buena parte de las viviendas y obligó a la población a reconstruirlas. La catástrofe dejó secuelas en un lugar que ya sufría la presión de la despoblación, común en la montaña oriental asturiana.

Lejos de abandonar, los vecinos iniciaron un proceso de recuperación colectiva. Levantaron sus casas, repoblaron el entorno y formaron una Sociedad Agraria de Transformación para comercializar productos locales. Esa organización les permitió mantener actividad económica y resistir en un contexto de pérdida poblacional que afectaba a toda Peñamellera Baja.

¿Cómo el título de Pueblo Ejemplar de Asturias benefició a San Esteban de Cuñaba?

La concesión del título de Pueblo Ejemplar de Asturias supuso una inversión directa. Con la dotación económica, se rehabilitó la calle principal y se fortaleció la imagen de San Esteban como símbolo de resistencia rural.

El galardón también impulsó el turismo. La aldea pasó a ser punto de referencia dentro del Parque Nacional de los Picos de Europa, con rutas como la PR AS-208 (Senda El Pastor) o la PR PNPE 34 (Sierra de Cocón).

Desde el mirador cercano es posible observar la Sierra del Cuera, el macizo de Ándara y el vuelo de buitres sobre los valles, lo que consolidó el enclave como destino senderista.

Pese a ese reconocimiento, los problemas de población en este pueblo asturiano nunca se resolvieron. En 2024, el número de vecinos se reducía a seis, un reflejo del éxodo que afecta a Peñamellera Baja, donde se ha perdido más del 70% de los habitantes en el último siglo.

Un lugar entre tradición y aislamiento

San Esteban de Cuñaba, situado a 300 metros de altitud y a 10 kilómetros de Panes, mantiene una arquitectura vernácula en la que destacan las casas con corredores de madera y la ermita del Santucu, ejemplo del románico rural.

Su acceso por carretera estrecha y serpenteante refuerza la sensación de aislamiento que ha caracterizado siempre al pueblo.

El servicio telefónico no llegó hasta 1990, coincidiendo con la visita del príncipe. Actualmente, la cobertura móvil es escasa, lo que mantiene la percepción de una comunidad detenida en el tiempo.

Sin embargo, su integración en la red de senderos y la cercanía al Parque Nacional han permitido conservar un flujo constante de visitantes.