Viajes

¡Cuidado con los alimentos y bebidas en el extranjero!

Cuando nos vamos de viaje debemos extremar todas las precauciones: nadie quiere que ningún inconveniente te arruine las vacaciones. Así como hemos de prevenir problemas con nuestros vuelos, con el equipaje o robos, también debemos tener cuidado con los alimentos y las bebidas que vayamos a tomar. Sobre todo en el caso de los viajes al extranjero y a países menos desarrollados.

Los alimentos y bebidas contaminados son las causas más comunes de infecciones. Entre las enfermedades que pueden ocasionar se encuentran enfermedades importantes, incluido el cólera, diarreas coleriformes, disentería bacteriana, etcétera, así como la hepatitis vírica tipo A, poliomielitis, fiebres tifoideas y salmonelosis. El principal problema sanitario asociado con el agua y con los alimentos contaminados es la ‘diarrea del viajero’, que puede afectar hasta al 80% de las personas en los destinos de alto riesgo y que puede ser causada por numerosos agentes infecciosos. Incluso un breve episodio de diarrea severa puede estropear una escapada o un viaje de negocios. Máxime teniendo en cuenta que la diarrea puede ir acompañada de náuseas, vómitos y fiebre.

Fotografía por cortesía de iStock

Con el fin de evitar cualquier problema con nuestro estómago, el servicio de medicina preventiva, salud pública e higiene hospitalaria del Hospital General La Mancha Centro ha elaborado una pequeña guía con consejos a tener en cuenta a la hora de hacer nuestros viajes.

Precauciones para evitar los alimentos y bebidas inseguros

Fotografía por cortesía de iStock

La principal recomendación respecto a los alimentos y a las bebidas que nos hacen es un lema que deberían grabar a fuego en su mente todos los viajeros: ‘Cocido, pelado o no tomado’. Siguiéndola al pie de la letra no debería ocurrir ningún incidente. Pero como hay que extremar las precauciones al máximo, también debes tener en cuenta lo siguiente:

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Me he puesto malo, ¿qué hago?

La transmisión de enfermedades no sólo puede hacerse a través de los alimentos y del agua, sino por otros medios como las manos, las moscas, etcétera. Por eso una cuidadosa higiene personal y un buen sistema de saneamiento son de una mayor importancia.

La mayoría de los ataques de diarrea son autolimitados, con recuperación en pocos días. Es importante evitar la deshidratación, especialmente en los niños. Por ello tan pronto como comience la diarrea se debe aumentar la ingestión de líquidos como agua embotellada, hervida o tratada, un té ligero o una solución de sales de rehidratación oral (SRO). Si es necesario puede tomarse un antidiarreico, exclusivamente para adultos y sólo en el caso de diarreas leves (sin fiebre alta, ni sangre o moco en las heces). Se debe buscar ayuda médica si la diarrea dura más de tres días y/o aparecen estos u otros síntomas.