Viajes

En Alemania no diga mazapán, diga Lubeck

Cuando hablamos de mazapán en España hay una provincia que aparece por encima de todas: Toledo. Sin embargo, en esta ocasión vamos a detenernos en su réplica alemana en estos menesteres. Hablamos de Lubeck.

Lubeck es una ciudad situada al norte de Alemania por la que pasa el río Trave. De hecho, en ella se halla el puerto germano más grande en el Báltico. Sin embargo, destaca más por otras dos cosas. La primera es la citada capacidad para crear buenos mazapanes. Y la segunda, por ser una de las ciudades medievales más bellas de Europa.

Lubeck, una ciudad con mucha historia

Durante siglos esta ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO fue la capital de la Liga Hanseática. Se salvó parcialmente de los bombardeos en la Segunda Guerra Mundial gracias a que fue centro logístico de la Cruz Roja. Esto hizo que mantuviera en pie estructuras muy antiguas.

Rodeada por el citado Trave y por el río Wakenitzes, en su casco antiguo se elevan con elegancia las agujas de sus siete iglesias. Las más antiguas son las de la catedral y la iglesia de Santa María, del siglo XIII.

Como solía ocurrir en la antigüedad, solo se podía acceder a la ciudad por las cuatro torres que eran las puertas de acceso. De ellas quedan vestigios, especialmente de la de Holstentor, la más bella de todas, que data de 1478.

Lubeck no podía crecer

Los buenos tiempos llevaron a Lubeck un crecimiento que se tradujo en un aumento de la construcción. Se edificaron mansiones y se quedaron prácticamente sin suelo. Así que encontraron la solución en abrir pasadizos desde las calles a los patios interiores y allí construyeron casas pequeñas para los trabajadores. En la actualidad las casas ya no existen, pero sí los pasadizos. El misterio para el viajero es que se entra por uno y no se sabe dónde va a salir: a un patio de vecinos, a un bar, a un lugar tranquilo…

Como es evidente, el viajero se encontrará con las tiendas de mazapán. El único problema será decidirse por la variedad más deliciosa. ¡Buen provecho!