Sucesos
NARCOLANCHAS EN EL ESTRECHO

La fiesta de las narcolanchas en medio del Estrecho mientras esperan a recibir órdenes

El Servicio de Vigilancia Aduanera ha captado unas imágenes surrealistas en el Estrecho de Gibraltar. Varias narcolanchas esperan en grupo a recibir órdenes para comenzar a actuar. Y lo hacen con no pocas previsiones. Como se aprecia en las imágenes que acompañan a estas líneas, en las seis embarcaciones disponen de sombrillas, de decenas de bidones de gasolina e, incluso, de tiendas de campaña.

Mientras esperan en los fondeaderos para empezar a actuar, saltan de una embarcación a otra e intercambian bidones de gasolina. Así permanecen hasta que reciben una orden y salen de forma coordinada.

Según ha informado el Servicio de Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria, ha aprehendido cinco toneladas de hachís en varias actuaciones en una semana en aguas del Estrecho de Gibraltar y el Mar de Alborán. Las actuaciones, englobadas en el marco de la operación especial denominada ‘Marchoco’, de refuerzo de la vigilancia en la zona, se han desarrollado en ejecución de lo previsto en las directrices generales de control de la Agencia para 2022, que establece como prioritaria la vigilancia marítima para la lucha contra el tráfico de hachís procedente del norte de África.

De esta forma, la operación, desplegada durante la primera semana de este mes de junio, ha contado con un amplio despliegue de medios navales y aéreos y está dirigida a la implementación de nuevos procedimientos para la represión y lucha contra las actividades ilícitas de las mafias contrabandistas en las aguas del Estrecho y Alborán.

Así, y como resultado de esta operación, se han localizado y monitorizado en aguas internacionales 21 narcolanchas dedicadas al transporte de grandes cantidades de hachís procedente de Marruecos, se han intervenido dos embarcaciones semirrígidas y se han incautado más de cinco toneladas de hachís.

Al realizar los medios aeronavales del Servicio de Vigilancia Aduanera, un total de 12 persecuciones de narcolanchas se vieron obligadas a regresar buscando refugio en aguas marroquíes tras tener que desprenderse de sus mercancías arrojándolas al mar, frustrándose así los posibles alijos.