BARCELONA

Esclavos de la marihuana: cae la banda que traía extranjeros y los forzaba a trabajar en plantaciones

Encerraban a los esclavos en las plantaciones y los amenazaban con armas de fuego para forzarlos a trabajar

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Cae la banda que esclavizaba extranjeros para trabajar en plantaciones de marihuana
Ángel Moya

Son los esclavos de la marihuana. Decenas de extranjeros que fueron traídos como turistas a España para emplearlos como trabajadores forzosos en plantaciones ilegales de cannabis de Barcelona. Una operación conjunta de la Policía Nacional y los Mossos d’Esquadra ha liberado a estos trabajadores esclavos, desmantelado 15 plantaciones de marihuana y de detenido a 36 miembros de la organización que explotaba a las víctimas.

La organización criminal se aprovechaba de personas extranjeras procedentes de países latinoamericanos en situación de vulnerabilidad. Las captaban mediante engaño en su país de origen y una vez en Barcelona, les obligaban a realizar labores de cultivo y seguridad en las plantaciones, todo ello bajo el control del entramado que no dudaba en hacer uso de la violencia cuando las víctimas no obedecían sus órdenes.

La estructura criminal estaba liderada por un violento clan familiar cuyos principales responsables eran tres hermanos que, sirviéndose de colaboradores que se encontraban en terceros países de Latinoamérica o en España, se encargaban de captar potenciales víctimas en situación de necesidad.

La investigación liberó a los ‘esclavos’

La investigación arrancó el mes de mayo de 2023. La Policía inició sus pesquisas cuando una de las víctimas accedió a denunciar la situación vivida a su llegada a España y durante su periodo de permanencia, declarando que había sido explotada en plantaciones de marihuana, encerrada, agredida y amenazada por una organización criminal de origen español asentada en la localidad de Castellbisbal (Barcelona),  hasta que finalmente pudo escapar de esa situación.

Por otra parte, la investigación de los Mossos de Esquadra se inicio cuando una empresa suministradora de luz y gas de la localidad de Rubí (Barcelona) observó en tres fincas un elevado consumo eléctrico que podría ser propio de fincas dedicadas al cultivo clandestino de marihuana.

El calvario de los ‘esclavos’

La investigación pudo determinar que un clan familiar español captaba a inmigrantes latinoamericanos en sus países de origen con la promesa de trabajar en la hostelería.

Una vez que las víctimas aceptaban la propuesta y se encontraban fuera de España, los cabecillas de la organización, a través de sus colaboradores, se encargaban de gestionar los billetes de avión de ida y vuelta, aleccionarles sobre cómo comportarse en frontera en caso de ser controlados por la policía y les proporcionaban una cantidad económica para poder simular solvencia económica. De esta manera, hacían pasar por turistas a los futuros esclavos para sortear los controles fronterizos e introducirlos en España.

Al llegar a Barcelona,  la organización recibía a los futuros esclavos de la marihuana en el aeropuerto y  les informaban  en ese mismo momento, que por el desplazamiento habían contraído una deuda económica de hasta 4.600 euros que debían saldar trabajando sin descanso en plantaciones indoor de droga.

Ahí los esclavos de la marihuana comenzaban a ser explotados en las múltiples plantaciones controlados por miembros armados de la organización que llegaron a usar la violencia cuando las víctimas incumplían sus órdenes.

Los esclavos de la marihuana eran obligados a residir en las propias plantaciones, durmiendo en lugares que se encontraban en condiciones de insalubridad y sin libertad de movimiento, ya que en caso de que quisieran salir a comprar, enviar dinero, o cualquier otra gestión personal, debían pedir permiso e ir acompañados de algún miembro de la organización.

Uno de las víctimas liberadas en la operación policial manifestó que había sufrido varios episodios de violencia que le causaron lesiones físicas de diversa consideración y por las que no pudo recibir tratamiento al ser amenazado de muerte con un arma de fuego.

Durante la investigación la Policía detectó que los cabecillas de la organización se dedicaban además a la cría y entrenamiento de gallos de pelea. Eventos que ellos mismos organizaban en sus propias galleras preparadas para albergar hasta 100 personas, y por las que también obtenían beneficios económicos. En las entradas y registros fueron localizados 168 gallos de pelea en lamentables condiciones de salubridad.

Para blanquear los beneficios económicos de sus actividades delictivas, la organización, adquiría propiedades y regentaba diferentes comercios, dedicados a la venta de productos relacionados con el cultivo de marihuana, al frente de los cuales situaban como testaferros a familiares o a otros colaboradores de total confianza de la organización.

Durante la operación se han llevado a cabo 35  registros en los que los investigadores han intervenido tres armas de fuego, 11.007 plantas de marihuana, 8.381 kilogramos de cogollos, 6.021 kilogramos de marihuana, 614,55 kilos de cocaína, 50.004 euros en efectivo, cinco vehículos, 168 gallos de pelea, varios teléfonos móviles, diferentes efectos informáticos, joyas y objetos de valor.

En total, han sido detenidas 36 personas de distintas nacionalidades en las provincias de Barcelona y Castellón, de las que cinco ya se encuentran en prisión provisional. Han sido desmanteladas 15 plantaciones de marihuana con un consumo eléctrico equivalente al de una población de 1.200 viviendas, y cuyo fraude asciende a 1.050.412 €.

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