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Santoral

¿Qué santos se celebran hoy, jueves 3 de julio de 2025?

San Tomás, apóstol, es uno de los santos que se celebran en este día

¿Qué santos se celebran hoy, jueves 3 de julio de 2025? Aunque julio es sinónimo de vacaciones, descanso y calor, también es un mes lleno de la celebración de varios santos. En este día en concreto, la iglesia católica, celebra a varios , entre los que destacan tres figuras profundamente significativas para la tradición católica y otras confesiones cristianas. Se trata de San Tomás Apóstol, San Anatolio de Laodicea y San Raimundo de Tolosa, cuyas historias nos conectan con los orígenes del cristianismo, con la sabiduría antigua y con el compromiso con los más necesitados.

Cada uno de estos santos nos recuerda una forma distinta de vivir la fe: el primero, con sus dudas y su redención, representa la lucha interior por creer; el segundo, con su sabiduría, nos enseña que la fe también puede nutrirse de la razón; y el tercero, con su dedicación al prójimo, nos muestra el rostro más solidario y concreto del cristianismo. De todos ellos conocemos ahora su historia, además de enumeraros al resto de santos que se celebran en este día.

San Tomás Apóstol

De todos los apóstoles, San Tomás es quizás el más humano, el que mejor representa esa lucha interior entre la fe y la razón. Conocido por muchos como el incrédulo, su escepticismo tras la resurrección de Jesús ha sido durante siglos símbolo de una fe que se construye no desde la ceguera, sino desde la búsqueda honesta. Según el Evangelio de Juan, Tomás necesitó ver y tocar las heridas del resucitado para creer. Pero cuando finalmente lo hizo, pronunció una de las confesiones más rotundas del cristianismo: “¡Señor mío y Dios mío!”

Sin embargo, la historia de Tomás no termina ahí. La tradición (especialmente viva en la India) afirma que viajó fuera del Imperio Romano, llegando hasta el sur del continente asiático. Allí predicó el Evangelio y fundó varias comunidades cristianas que aún hoy lo veneran como su patrón. En la ciudad de Ortona (Italia), se conservan algunas de sus reliquias, pero su presencia espiritual sigue muy viva en Kerala, donde cada 3 de julio se celebra el Día de los Cristianos de la India. Su figura ha sido objeto de múltiples relatos, desde himnos antiguos hasta leyendas en América Latina que lo vinculan con figuras como Quetzalcóatl o el mítico Pa’í Tumé en Paraguay. La suya es, sin duda, una de las historias más apasionantes de la Iglesia primitiva.

San Anatolio de Laodicea

Menos conocido por el gran público, San Anatolio de Laodicea es una de esas figuras que encarnan el vínculo entre la razón y la espiritualidad. Nacido en Alejandría, uno de los grandes centros intelectuales del mundo antiguo, Anatolio fue un sabio de su tiempo: dominaba la filosofía, la aritmética y las ciencias naturales. Fue tan reconocido por su inteligencia que los cristianos alejandrinos le pidieron abrir una escuela de filosofía aristotélica, un proyecto que lideró hasta que la violencia obligó a su exilio a Palestina.

En Cesarea fue ordenado sacerdote por el obispo Teotecnos, quien lo nombró su sucesor. Pero el destino quiso que acabara siendo obispo de Laodicea, donde su vida se fue apagando. Aunque se conocen pocos detalles de su muerte, la tradición sugiere que pudo haber sufrido el martirio. Su legado más duradero, sin embargo, está en su contribución al cálculo pascual: desarrolló un ciclo lunar de 19 años que sería clave en la determinación de la fecha de la Pascua, una cuestión teológica y astronómica de gran peso durante siglos. Este ciclo influiría en el calendario alejandrino y luego en el juliano, hasta la reforma gregoriana de 1582. San Anatolio nos recuerda que la fe también puede florecer en el terreno de la lógica y la observación del cosmos.

San Raimundo de Tolosa

A diferencia de Tomás y Anatolio, San Raimundo de Tolosa no fue apóstol ni filósofo, sino un laico que vivió su santidad desde la entrega diaria y silenciosa a los demás. Nacido en la primera mitad del siglo XI, Raimundo fue chantre de la basílica de San Sernín, en Toulouse, y más tarde canónigo. Pero lo que realmente marcó su vida fue su vocación de servicio. Tras quedar viudo, consagró su existencia a los pobres, repartiendo su fortuna y ayudando a quienes no tenían recursos ni techo.

También fue un hombre con visión: ante el aumento de peregrinos que acudían a venerar la tumba de San Saturnino, Raimundo promovió la construcción de una nueva basílica más grande, cuyas obras dirigió personalmente desde el año 1078. Este templo, uno de los más bellos del románico francés, fue consagrado por el papa Urbano II en 1096. Raimundo no solo construía iglesias, también edificaba esperanza: fundó un hospital para pobres y enfermos, gestionó donaciones, consiguió rentas para mantenerlo y convirtió ese espacio en una institución clave de la ciudad. Murió el 3 de julio de 1118 y fue enterrado en la capilla del mismo hospital que había fundado. Pronto comenzaron a atribuirse milagros a su intercesión, y la Iglesia reconoció su santidad. Su vida es testimonio de que también en la gestión, la solidaridad y la entrega cotidiana se puede construir un camino hacia lo divino.

Otros santos que se celebran el 3 de julio

Junto a los mencionados, en este día se celebra a estos otros santos: