Innovación tecnológica, formación e información para paliar la desnutrición infantil en los campos de Etiopía
La desnutrición infantil es uno de los grandes problemas que asola muchas partes del mundo. Una situación, además, que se agrava en países sumergidos en conflictos bélicos –y por ende, sociales y económicos– donde su población se ve obligada a huir de sus hogares a campos de refugiados de forma temporal, aunque en muchas ocasiones esta huida puede prolongarse durante décadas.
Cuando esto sucede, cuando hay millones de personas que buscan protección a largo plazo, es muy importante que todos los agentes sociales, tanto públicos como privados a nivel internacional, conformen un ecosistema digno que les permita acceder a aspectos tan básicos como la educación o la alimentación.
En este sentido, cabe destacar el proyecto que han lanzado Fundación ”la Caixa” y ACNUR: MOM. Una iniciativa novedosa e innovadora con la que pretenden luchar contra la desnutrición de los niños que están en 12 campos de refugiados en Etiopía, concretamente en los que se ubican en Gambella y Melkadida, dos de las regiones más afectadas.
No es un plan baladí, ya que en este momento Etiopía cuenta con la tercera población de refugiados más grande de África con casi 800.000 personas acogidas, la mayor parte de las mismas proceden de Sudán, Somalia, Sudán del Sur y Yemen.
MOM de Fundación ”la Caixa” reduce la desnutrición agua grave un 67%
MOM se impulsó hace cuatro años. En este periodo, MOM ha conseguido reducir en la zona la desnutrición aguda de la zona en un 47% y en un 67% la aguda grave. Por su parte, las tasas de anemia habían descendido un 23% y la mortalidad infantil un 36%.
Con respecto a los beneficiados por el programa, debemos destacar que más de 920.000 personas han podido acceder a los servicios de MOM, de las cuales más de 628.000 son niños menores de 5 años y más de 120.000, así como madres y mujeres embarazadas y lactantes.
¿Cómo se han conseguido estos resultados con MOM?
Fundamentalmente, gracias a una metodología innovadora y una puesta en marcha de iniciativas creativas como, por ejemplo, la creación de cupones electrónicos que han servido para entregar dinero en efectivo a las familias de estos campos de refugiados con el que poder comprar alimentos frescos en los mercados locales a través del móvil. Es decir, de este modo las personas pueden decidir qué comprar y decidir cuáles son sus necesidades de sus familias.
Por su parte, la tecnología móvil Last Mile Mobile Solution sirve, además, para optimizar la distribución de raciones alimentarias y productos de alimentación terapéutica, lo cual ha beneficiado especialmente a niños y madres embarazadas y lactantes.
También, bajo el marco de MOM, se está avanza do en la prueba piloto de un dispositivo que permita el diagnóstico de la anemia a partir de técnicas no invasivas. De este modo, entre otras cosas, se podrán disminuir los riesgos para la salud de los niños en un entorno marcado por la escasez de agua e higiene, y elevando de paso la aceptación de estos procedimientos sanitarios entre los progenitores.
Innovación, tecnología e información
La innovación metodológica ha sido, sin duda, otro elemento esencial, que se ha concretado en medidas como la creación de los “grupos de madres”, unos espacios seguros en los que se han abordado temas relacionados con la lactancia y las prácticas apropiadas para la alimentación de la madre y el bebé, con la ayuda de materiales educativos gráficos. También han sido fundamentales las campañas de sensibilización comunitaria con el fin de fomentar la lactancia materna o la corresponsabilidad en el cuidado de los niños, a partir de eventos lúdicos como teatros, desfiles o charlas.
Se han organizado también talleres de cocina para toda la familia, de este modo todos los miembros son capaces de conocer los nutrientes de los alimentos y preparar comidas ricas y saludables. En la misma línea, se imparte formación de las madres en la detección de la desnutrición infantil o el desarrollo de la horticultura doméstica, que permite a las familias sembrar y cultivar sus propios alimentos.
Programa de alimentación preventivo y talleres de cocina para toda la familia
MOM también se ha centrado en el diagnóstico de los niños menores en los centros nutricionales, para poder evaluar su estado y derivarlos al tratamiento nutricional correspondiente. En los centros, existe, además, un programa de alimentación preventivo, así como tratamientos específicos para la desnutrición. También se han creado espacios “amigables” para los bebés, en los que se presta apoyo psicológico y psicosocial, así como asesoramiento sobre atención prenatal y postnatal, a las mujeres embarazadas, mientras los niños juegan y son atendidos con total seguridad.
Las encuestas nutricionales han permitido medir las causas de la desnutrición y también el progreso y los resultados de las distintas actividades que componen el proyecto. La formación y la implicación de los participantes ha permitido, además, que las mujeres líderes en prácticas apropiadas de alimentación y lactancia contribuyan decisivamente al proyecto, visitando, puerta a puerta, los hogares con mujeres en situaciones más vulnerables.
La irrupción del Covid-19
A las dificultades diarias de los campos de refugiados llegó el Covid-19. Una patología que, sin duda, ha sido un riesgo adicional para estos colectivos. No sólo por la presencia del virus, sino también por la amenaza de un repunte en la desnutrición aguda como un “efecto secundario” de la crisis sanitaria. Una situación en la que, por ejemplo, se ha trabajado en capacitar a grandes grupos de refugiados en ayudar a difundir mensajes de sensibilización, prevención e higiene en sus propios idiomas y cultura.
Consciente de la complicada situación provocada por la pandemia, el personal clínico de las instalaciones sanitarias de los campos trabaja en la detección de casos y en la identificación de espacios de aislamiento. Por desgracia, la detección y el correcto diagnóstico de la desnutrición se han vuelto más complejos en un contexto marcado por las medidas de distanciamiento social necesarias; aunque eso no ha sido un obstáculo para que la Fundación ”la Caixa” y ACNUR hayan seguido adelante con el Proyecto MOM con el fin de reducir al máximo la desnutrición infantil en los campos de refugiados de Etiopía.