La fiscal mantiene la pena de 77 años de prisión para el pederasta de Ciudad Lineal
La Fiscalía ha mantenido hoy la pena de 77 años de prisión para el presunto pederasta de Ciudad Lineal, Antonio Ángel Ortiz, como también han hecho las acusaciones que elevan las penas hasta los 126 años, mientras que la defensa ha pedido la libre absolución del acusado por no quedar acreditada su autoría.
La fiscal le considera responsable de tres delitos de agresión sexual, uno de violación, cuatro de detención ilegal y uno de lesiones, por lo que ha elevado a definitivas las conclusiones en la vista oral que se celebra desde el pasado 18 de octubre en la Sección Séptima de la Audiencia Provincial de Madrid.
Ha solicitado también cuarenta años de libertad vigilada una vez cumplida la pena de prisión, que según recuerda sería de un máximo de 25 años, y ha reclamado una indemnización de 426.300 para las cuatro jóvenes por los daños morales causados y por las lesiones sufridas.
Podría haber provocado la muerte de sus víctimas
Una de las forenses que exploró en el hospital a varias de las víctimas de Antonio Ortiz ha manifestado en el juicio que las pastillas de benzodiacepinas, antidepresivos y tranquilizantes que ingirieron las niñas podrían haber provocado su muerte o llevarlas al coma. «Hubo riesgo vital», ha aseverado.
Así lo ha afirmado la doctora en Medicina Forense María del Mar Robledo, quien ha expuesto el informe que elaboró sobre la menor agredida el 10 de abril de 2014 y el 17 de junio de 2014. Su relato ha sido seguido con atención por el acusado a escasos metros.
La perito y criminóloga comparece a instancias de una de las acusaciones particulares, que representa a la familia de una de las víctimas. Esta parte pide que se condene al presunto pederasta de Ciudad Lineal también por dos delitos de tentativa de homicidio. También lo pide una de las acusaciones populares.
En primer lugar ha hablado del estado de la pequeña secuestrada el 10 de abril de 2014, cuyo hallazgo tuvo lugar cuatro horas después. «En el momento en el que fue encontrada estuvo en riesgo vital», ha aseverado la especialista.
También ha detallado que la pequeña agredida en abril presentaba un cuadro de intoxicación elevado. «La niña se dormía en la exploración y estaba aturdida», ha precisado.
Tras exponer que las pastillas empiezan a actuar a los 40 minutos, ha recordado que esta niña vomitó en tres ocasiones, lo que hace inferir que el nivel de pastillas que ingirió era mucho mayor al encontrado en el lavado de estómago.
«Si no la hubieran encontrado, teniendo en cuenta su cuadro de intoxicación que le hacía estar desorientada y que estaba fuera de su entorno, estaba expuesta a un peligro como caerse por las escaleras o ser atropelladas», ha indicado.
«Hay constancia de que la niña sufrió somnolencia, pero había otros riesgos como entrar en coma o llegar a producir la muerte», ha aseverado en respuesta a las preguntas formuladas por la presidenta del tribunal.
En cuanto a la menor agredida en agosto, la forense ha destacado que en el caso de junio se le dio varias pastillas de diferentes fármacos y que la dosis suministrada era superior a la que debía haber tomada, partiendo de la idea de que son medicamentos de adultos.