El Ayuntamiento de Pamplona aplicará repelente de orina en las fachadas durante los Sanfermines

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La noche del Pobre de mí, final de los Sanfermines.

Los borrachos de los Sanfermines ya no podrán aliviarse a gusto en la vía pública. A partir de las fiestas de este año, su micción no se quedará en las fachadas, sino que se mancharán indefectiblemente por mucho cuidado que tengan… si es que son capaces de tenerlo de madrugada y tras ingerir las ingentes cantidades de alcohol que se sirven durante los días de celebración. El Ayuntamiento de Pamplona va a aplicar un repelente de orina en varios puntos de la ciudad para evitar los olores y la suciedad que se acumulan en las fiestas «por estas conductas incívicas».

Según ha explicado hoy en un comunicado el consistorio, el repelente, que se aplicará en una superficie de unos 500 metros cuadrados, consigue que la orina rebote en la fachada y manche los pantalones y el calzado de quien micciona en la vía pública.

El producto, denominado CK-Splash Back, de reciente creación, ya se ha probado con éxito en Vitoria, Miranda de Ebro, San Sebastián, Hernani o Santander, aunque son necesarias para su aplicación y efectos temperaturas superiores a los 10 grados.

El Ayuntamiento calcula que los orines en San Fermín le cuestan a la ciudad unos 10.000 euros en gastos de limpieza y desinfección, además de la mala imagen que crea de la ciudad.

El año pasado sólo en San Fermín se multó a 76 personas y durante todo 2015 esa cifra ascendió hasta 614. La sanción económica por orinar en la vía pública es una multa de 300 euros, que se reducen a la mitad, a 150, en caso de pronto pago.

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