Stranger Things: los creadores se sienten bajo presión

Hace poco empezábamos a hablar por primera vez en SerieAffinity sobre Stranger Things (en un principio titulada Montauk), la serie de televisión cuyo género se corresponde con el de drama y misterio y que está ambientada en una localidad de Indiana. Haremos una breve descripción para aquéllos pocos que no le hayáis dado una oportunidad aún o que no hayáis oído hablar de ella: la historia narra la repentina desaparición de un niño en esta ciudad durante la década de los 80, lo que hace que salgan a la luz los extraños sucesos que tienen lugar en la zona, a raíz de una serie de experimentos que realiza el gobierno. Además, en la ciudad aparecen fuerzas sobrenaturales misteriosas y una niña muy perturbadora. Sobre esta película os contábamos además que había sido rechazada muchas veces antes de debutar. Sin embargo, una vez que lo hizo tuvo gran éxito: según informaba Business Insider, ya que Netflix no da conocer el número de espectadores que ven sus series originales, gracias a la empresa SymphonyAM podemos tener una estimación del número de personas que han visto ya Stranger Things, y la compañía ha dado a conocer que en los primeros 16 días de Stranger Things, 8.2 millones de personas vieron la serie, consiguiendo de esta forma el tercer puesto de las series originales más vista de Netflix durante ese período de tiempo tras la serie Madres Forzosas y la cuarta temporada de Orange Is The New Black. Más tarde confirmábamos que se convertía en la tercera serie más vista de Netflix.

Ahora, gracias a Sensacine, hemos sabido que la segunda temporada alberga el gran reto de cumplir con las altísimas expectativas de los fans que ha cosechado la serie en la primera temporada.

Los creadores de la serie son conscientes de ello y tienen un plan para que la tan deseada segunda entrega de la serie consiga mantener la aprobación de sus seguidores. Sin embargo, no todo será seguir en la misma línea, por lo que quieren ofrecer algo diferente, respetando a sus personajes.

Éstas fueron las declaraciones: «sí, la presión está ahí. Sería descaradamente poco sincero por mi parte decir otra cosa. Asusta que la gente adore tanto la serie. Es imposible quitase todos esos pensamientos de no querer decepcionar. Este ha sido el reto: por un lado, como hemos visto en el mundo cinematográfico, hacer una secuela que parezca lo mismo es decepcionante para la audiencia; pero abandonar o cambiar cosas también decepciona a la audiencia».

Estamos seguros de que conseguirán deleitarnos hagan lo que hagan, pero está claro que el gran éxito cosechado tiene que asustar.