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Estos son los dos helados que debes evitar si vas al supermercado: lo pide la OCU

Helados de Kinder, Nestlé y Milka entre los que no recomienda la OCU

Con la llegada del verano, pocos placeres resultan tan irresistibles como el de disfrutar de un buen helado. Nadie se resiste a ellos, por lo que es normal que en cuanto comienzan a subir las temperaturas, llenemos el congelador con todos los helados que venden en los supermercados. Sin embargo, dentro de esa amplia variedad disponible debemos saber qué elegir y qué no, por lo que nada como guiarse por la OCU que ha revelado cuáles son los dos helados que es mejor evitar.

La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha analizado recientemente varios de los helados más populares del supermercado y ha lanzado una advertencia clara: algunos de los que más se venden y más presencia tienen en las estanterías destacan por sus pobres valores nutricionales. El problema no es sólo la cantidad de azúcar, sino también las grasas saturadas, los aditivos y la ausencia de fibra. A pesar de la advertencia, el informe de la OCU no pretende demonizar este tipo de productos, pero sí ofrecer información útil para elegir mejor y poder garantizar que ya que nos damos un pequeño capricho en forma de helado, que sea de manera consciente y lo más saludable posible.

Los tres helados que es mejor evitar según la OCU

En el reciente análisis que ha hecho la OCU sobre los helados que venden en los supermercados, hay dos en particular que se sitúan a la cabeza de la lista negra por superar ampliamente los niveles recomendados de azúcar y grasa, y por presentar un perfil nutricional que, según los expertos, debería mantenerse alejado especialmente de la dieta de los más pequeños. A continuación, repasamos cuáles son y por qué conviene evitar su consumo frecuente.

Oreo Stick Sandwich de Nestlé

Oreo Stick Sandwich de Nestlé.

El primero de los helados de los que tenemos que hablar no es otro que uno de los más populares. Todo un éxito entre los más pequeños y adolescentes: el Oreo Stick Sandwich, de Nestlé. En este caso, nos encontramos ante un producto que cuenta con unas cifras preocupantes en lo que respecta sobre todo al azúcar. En concreto, estamos hablando de un helado que aunque se presente como irresistible, no deja de tener 31 gramos de azúcar por cada 100 gramos, pero no sólo eso, ya que tiene también 13 gramos de grasas saturadas. Por otro lado, la OCU señala que brilla por la ausencia total de fibra o nutrientes que lo equilibren o compensen una cantidad tan elevada de grasas y de azúcar.

Lo más llamativo es que muchos consumidores, al ver marcas conocidas como este helado Oreo de Milka, tienden a confiar en estos productos casi sin mirar la etiqueta. Pero el envoltorio, por muy llamativo o familiar que sea, no cambia su realidad nutricional. Su formato en palo, además, lo hace aún más atractivo para los niños, lo que según la OCU debería encender todas las alarmas.

Choco Clack de Nestlé

Choco Clack de Nestlé.

El segundo helado en discordia es el Choco Clack, también de Nestlé. En este caso, tenemos un helado que presenta como una propuesta de textura crujiente y un sabor potente a chocolate. Pero su perfil nutricional no dista mucho de lo antes mencionado. Aunque varía ligeramente las proporciones, sigue moviéndose en torno a los 30 gramos de azúcar y más de 13 gramos de grasa saturada por cada 100 gramos. Y, como en el caso del de Oreo, sin ningún tipo de aporte en fibra.

Este patrón repetido entre distintos productos de la misma compañía refleja una tendencia preocupante: muchos de los helados dirigidos a los más pequeños o a los jóvenes están diseñados para resultar adictivos al paladar, pero sin cuidar lo que realmente importa desde el punto de vista de la salud. La OCU insiste en que el consumo de este tipo de productos debe ser puntual, nunca diario, y siempre con conciencia de lo que contienen realmente.

El consejo de los expertos

El objetivo del estudio de la OCU no es alarmar, sino educar. Por eso, más allá de señalar a estos dos helados concretos, los expertos recuerdan la importancia de leer las etiquetas antes de comprar. Como regla general, se recomienda evitar aquellos helados que contengan más de 20 gramos de azúcar por cada 100 gramos, así como cantidades excesivas de grasa saturada. También conviene desconfiar de productos que no aporten ni un solo gramo de fibra, ya que eso suele indicar un alto grado de procesamiento.

Una alternativa saludable (y también deliciosa) es optar por helados caseros elaborados con ingredientes naturales: frutas frescas, yogur, leche vegetal, o incluso aguacate o plátano congelado. Existen numerosas recetas fáciles que permiten disfrutar de un postre frío sin renunciar al sabor, pero con un perfil mucho más equilibrado. Y si se opta por los industriales, lo mejor es reservarlos para ocasiones especiales y no convertirlos en un hábito cotidiano.