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El ‘síndrome de La Habana’: culpan a Rusia de provocar un trastorno en los funcionarios de Estados Unidos

Los casos de Viena salieron a la luz por primera vez en la revista New Yorker el pasado viernes

El informe final, publicado en 2023, concluyó que era "muy improbable" que fuese obra de un Estado extranjero

El Congreso norteamericano ha aprobado medidas de apoyo a las víctimas

  • Diego Buenosvinos
  • Especialista en periodismo de Salud en OKDIARIO; responsable de Comunicación y Prensa en el Colegio de Enfermería de León. Antes, redactor jefe en la Crónica el Mundo de León y colaborador en Onda Cero. Distinguido con la medalla de oro de la Diputación de León por la información y dedicación a la provincia y autor de libros como 'El arte de cuidar'.

Una investigación conjunta de medios de comunicación ha alertado del conocido síndrome de La Habana, un trastorno inexplicable que estaría afectando a decenas de diplomáticos de Estados Unidos, así como a funcionarios del Gobierno desde 2016. Al parecer se habrían encontrado evidencias de que una unidad militar de élite rusa podría ser la responsable.

Ha sido bautizada como síndrome de La Habana por su incidencia inicial en Cuba, deriva supuestamente de actividades encubiertas promovidas por la Inteligencia rusa, según una investigación que contradice ahora la versión oficial de Washington.

Al parecer, este asunto se retrotrae a 2016 y 2017, donde cerca de veinte trabajadores de la Embajada de EEUU en La Habana sufrieron síntomas que iban desde el dolor de cabeza a náuseas o la pérdida de audición. Algo como una conmoción cerebral, sin que nadie supiera por qué.

Decenas de personas padecieron una serie de síntomas que expertos médicos atribuyeron a ultrasonidos o microondas de origen desconocido. El informe final, publicado en 2023, concluyó que era «muy improbable» que fuese obra de un Estado extranjero, si bien tampoco se ofreció una teoría alternativa y esta ola de «incidentes médicos anómalos» sigue siendo un misterio.

¿Qué provoca este síndrome?

El estudio de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) ha revelado que unos 81 pacientes de Estados Unidos estaban afectados por  «incidencia en la salud anormal con afección de migraña, mareos, náuseas, problemas de visión, entre otros».

Ahora, una investigación conjunta publicada por The Insider, Der Spiegel y CBS apunta a la autoría de Moscú. Uno de los responsables de las pesquisas llevadas a capo por el Pentágono, Greg Edgreen, ha situado el «nexo ruso» como el común denominador de todos los casos.

De hecho, las autoridades de Rusia habrían recompensado a una unidad de sus servicios de Inteligencia militares, por su buena labor en este campo. Miembros de este grupo habrían estado en todos los lugares donde se han denunciado ataques, coincidiendo también con estos incidentes, expone la información periodística que ahora ve la luz.

«Verdades incómodas»

Edgreen ha explicado que los propios investigadores estadounidenses se pusieron un baremo demasiado exigente para poder lanzar una acusación formal contra Moscú, entre otras costas porque implicaría enfrentarse a ciertas «verdades incómodas», como que Estados Unidos pudo cometer fallos en la protección de su personal.

El Congreso norteamericano ha aprobado medidas de apoyo a las víctimas. Una de ellas, identificada como Carrie, ha contado a la CBS cómo vivió el supuesto ataque que le provocó de primeras un desmayo y, después, problemas de memoria y de concentración.

Esta agente del FBI explica que estaba en su casa de Florida cuando, de repente sintió un fuerte sonido en su oído derecho. La batería de su teléfono móvil también comenzó a hincharse, hasta el punto de que rompió la carcasa del aparato.

También en la OTAN

Otro de los incidentes tuvo lugar en Lituania el año pasado, en plena cumbre de líderes de la OTAN. Según las fuentes consultadas por los medios que han participado en la investigación, un alto cargo del Departamento de Defensa estadounidense fue atacado.

«Esto demuestra que no hay límites sobre lo que hará Moscú o a quién atacará y que, si no hacemos frente, el problema irá a peor», ha advertido Edgreen en su entrevista.

Rusia siempre se ha desmarcado de cualquier sospecha y, tras las últimas publicaciones, ha vuelto a tachar la acusación de «infundada», en palabras del principal portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov. «No son más que acusaciones sin fundamento», ha declarado ante los medios, según las agencias de noticias oficiales.

En este sentido, ha alegado que no es un tema «nuevo» y que ya desde sus inicios en prensa se lanzaron sospechas sobre Moscú, sin que se hayan puesto sobre la mesa «pruebas convincentes».

Los casos de Viena

Los casos de Viena salieron a la luz por primera vez en la revista New Yorker el viernes, como ha recordado la BBC, para ser  confirmados por el Departamento de Estado.

En esta información se ha citado una declaración del Ministerio de Relaciones Exteriores de Austria que decía que estaba «trabajando con las autoridades estadounidenses para llegar al fondo de esto».

Viena ha sido durante mucho tiempo un centro de actividad diplomática internacional y ha tenido la reputación de ser un punto de acceso para el espionaje, particularmente durante la Guerra Fría, según la misma publicación.