El Trastorno de Espectro del Autismo (TEA) afecta al 1-2% de la población mundial

Recursos educativos y terapéuticos, los mejores aliados para un niño con autismo

Gracias a la Asociación Autismo Araya, las personas con TEA, y concretamente los niños, llevan a cabo las mismas rutinas diarias que cualquier otro menor

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Se calcula que, en todo el mundo, uno de cada 160 niños tiene un TEA.

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La Asociación Autismo Araya nació hace más de 25 años con una clara vocación: «Promover el bienestar y la calidad de vida de las personas con autismo y la de sus familias». Hablamos con Adolfo Arrabal, orientador del Colegio Araya e integrante de la organización, quien nos explica que «la Asociación Autismo Araya intenta dar respuesta a las necesidades que presentan las personas con autismo y sus familias a lo largo del ciclo vital».

La prevalencia del Trastorno de Espectro del Autismo (TEA) se encuentra entre el 1 y el 2% de la población mundial, es decir, el autismo afecta a 78 millones de personas en el mundo. Según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se calcula que, en todo el mundo, uno de cada 160 niños tiene un TEA. Esta estimación representa una cifra media, pues la prevalencia observada varía considerablemente entre los distintos estudios. No obstante, en algunos estudios bien controlados se han registrado cifras notablemente mayores. La prevalencia de TEA en muchos países de ingresos bajos y medios es hasta ahora desconocida.

Según el Manual diagnóstico y estadístico de trastornos mentales (DSM-5), una guía creada por la Asociación Americana de Psiquiatría que se utiliza para diagnosticar trastornos mentales, las personas con trastornos del espectro autista tienen: dificultad para comunicarse e interactuar con otras personas; intereses limitados y comportamientos repetitivos y síntomas que merman la capacidad de esa persona para desempeñarse en la escuela, el trabajo y otras áreas de la vida.

El TEA es «un trastorno que se presenta de una manera heterogénea, en el sentido de que tiene diferentes etiologías o causas, distintas presentaciones clínicas, diferentes grados de afectación o gravedad de las conductas y las necesidades de atención varían con el tiempo», explica, en declaraciones a OKSALUD Adolfo Arrabal.

El autismo se presenta en la infancia y acompaña a las personas que lo padecen durante toda la vida. Normalmente «este trastorno va acompañado de otras dificultades y condiciones de desarrollo, como déficit intelectual acompañante, u otras afecciones médicas y de salud mental, como epilepsia, trastornos gastrointestinales y de alimentación, ansiedad, depresión o Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), entre otras».

En el caso de la comunicación social, también existe mucha heterogeneidad y los patrones de comportamientos restringidos y repetitivos que presenta cada persona con TEA son distintos: «El retraso del lenguaje puede ir de leve a grave. Hay personas con unas funciones lingüísticas intactas pero con graves dificultades pragmáticas para utilizar el lenguaje y adecuarlo al contexto o interlocutor», subraya.

«Respiro familiar»

Gracias a la Asociación Autismo Araya, las personas con TEA, y concretamente los niños, llevan a cabo las mismas rutinas diarias que cualquier otro menor. Por las mañanas acuden al Colegio Araya, uno de los cinco centros de educación especial para alumnos con autismo que existen en la Comunidad de Madrid, que se encuentra abierto de 08:00 a.m a 19:00 p.m. Por las tardes, después del horario escolar, «la asociación desarrolla actividades extraescolares de tipo adaptado, talleres artísticos y musicoterapia», explica el orientador.

A través de este servicio, llamado Respiro familiar, «se desarrollan actividades que fomentan la participación de las personas con autismo en actividades de ocio y a la vez se les ofrece a los integrantes de las familias la posibilidad de dedicarse tiempo», relata Arrabal. De esta forma, organizan campamentos durante periodos vacacionales y fines de semana en entornos rurales, entre otros viajes.

En total, la organización cuenta con 27 profesionales especializados en diferentes ámbitos educativos: maestros de pedagogía terapéutica, auxiliares técnicos educativos, pedagogos, logopedas, musicoterapeútas y monitores de ocio y tiempo libre, entre otros.

Necesidades específicas

Una de las grandes polémicas que rodea el trato a los niños con TEA es la inclusión de algunos de ellos en colegios ordinarios. Arrabal asegura que «pretender escolarizar a todo este alumnado en centros ordinarios es un planteamiento totalmente desenfocado y poco realista», ya que cada uno de ellos necesita una educación específica que les ayude a crecer y a desarrollar sus capacidades.

En este sentido, el orientador sugiere que «la educación debe plantearse en estudiar cómo ofrecer a las personas con discapacidad una formación de calidad que les permita una inclusión real en la sociedad». Y añade: «Hay determinados alumnos que precisan de unas condiciones de escolarización, atención y cuidado que sólo pueden ofrecerse en un centro específico de educación especial para alumnos con TEA», concluye el orientador.

Los alumnos con TEA escolarizados presentan ciertas necesidades educativas que deben ser cubiertas de manera intensiva y permanente y las cuales no pueden ser soportadas por el sistema educativo tradicional. De hecho, Arrabal relata que el Colegio Araya se fundó gracias al empeño de algunas familias de la asociación que no encontraban recursos educativos para satisfacer las particularidades que presentaban sus hijos: «El mejor aliado de un niño con autismo es la educación, porque no hay ninguna cura para este trastorno y lo mejor que podemos ofrecer son recursos educativos y terapéuticos específicos».

En la actualidad no es posible determinar una causa única que explique la aparición del TEA, aseguran desde la Confederación de Autismo de España, pero sí la fuerte implicación genética en su origen. La gran variabilidad presente en este tipo de trastornos apunta también a la relevancia que puede tener la interacción entre los distintos genes y diferentes factores ambientales en el desarrollo del TEA, pero por el momento, estos elementos no se encuentran claramente identificados, y aún es necesaria mucha investigación al respecto

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